CALIFORNIA encabeza la lucha para eliminar el plomo: pronto se convertirá en el primer estado de la Unión Americana en prohibir completamente la cacería con balas de plomo. Se espera salvar los cóndores y otros animales que se alimentan de cadáveres y que, al hacerlo, se envenenan con el plomo.
Debido a su masa y maleabilidad, el plomo ha sido desde hace mucho tiempo el principal metal utilizado para la fabricación de balas y municiones. En Estados Unidos, 95 por ciento de los proyectiles están hechos con un componente de plomo, de acuerdo con la Fundación Nacional de Deportes de Tiro (NSSF, por sus siglas en inglés), que es la asociación comercial de la industria de las armas de fuego y las balas y municiones. Algunos estados han limitado el uso de proyectiles de plomo en áreas en las que los cazadores persiguen codornices, faisanes, urogallos y otras aves, en tanto que otros han restringido el uso de pesos y anzuelos para pescar hechos de plomo. Por ejemplo, New Hampshire prohíbe el uso de ciertos tamaños de pesos y anzuelos de pesca en todos los cuerpos de agua dulce del estado. Y en una orden que entró en vigor en junio de 2016 se prohíbe el uso y la venta de pesos y anzuelos de pesca que pesen 28 gramos o menos. En California, los legisladores aprobaron un proyecto de ley en 2013 en el que se buscan alternativas menos tóxicas para la cacería, como el uso de cobre o acero. La prohibición completa entrará en efecto en 2019.
La batalla por el plomo comenzó hace más de 25 años. En 1991, el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (FWS, por sus siglas en inglés) prohibió el uso de ese metal en la fabricación de las municiones que se utilizan para cazar aves acuáticas, pero su uso en las municiones que se usan para la caza de aves terrestres, así como en los deportes de tiro y en la pesca sigue estando muy extendido, de acuerdo con el Centro Nacional para la Salud de la Vida Silvestre. Durante años, los grupos ambientalistas, científicos, médicos y expertos en salud pública han pedido a la Agencia de Protección Ambiental que, como mínimo, limite el uso de plomo en la fabricación de las balas y municiones para escopetas que se utilizan para la caza o para actividades recreativas. Después de todo, afirman, el plomo ha sido prácticamente eliminado en otros productos, como la pintura y la gasolina.
En 2008, funcionarios estatales también prohibieron las municiones de plomo en países en los que los icónicos cóndores de California vuelan y se alimentan. Esta ave, que también visita Arizona y Utah, es una de las más grandes y poco comunes de América del Norte. Funcionarios estatales de Arizona y Utah pusieron en marcha programas voluntarios para el uso de municiones sin plomo, proporcionando a los cazadores balas alternativas si cazaban en territorios donde habita el cóndor, debido a que en distintos estudios se encontró que el envenenamiento por plomo era una de las causas de muerte entre los cóndores de California.
Una de las últimas acciones que realizó Barack Obama durante su último día completo como presidente de Estados Unidos fue promulgar una prohibición de las municiones y aparejos de pesca elaborados con plomo, la cual, de acuerdo con la Casa Blanca, protegería a los animales y a los peces contra el envenenamiento. El director del FWS firmó una orden el 19 de enero en la que se pedía la supresión progresiva hasta 2022 del uso de plomo tóxico en las tierras federales, como los parques nacionales y los refugios para la vida silvestre. Sin embargo, tan solo seis semanas después, Ryan Zinke, en su primer día como secretario del Interior, revocó la regulación, afirmando que “había sido emitida sin realizar una comunicación, consulta o coordinación importantes con las partes afectadas”. Su acción se produjo después de que varios grupos de defensa del derecho a usar armas, entre ellos, la Asociación Nacional del Rifle y la NSSF, pidieron al gobierno de Trump que diera marcha atrás de inmediato con la orden.
Los defensores del derecho a usar armas y los grupos de caza criticaron la orden como un ataque contra las actividades al aire libre. Lawrence Keane, vicepresidente de alto rango de la NSSF, declaró a Newsweek que tenía varios problemas con la prohibición de Obama, entre ellos, el hecho de que el gobierno no hubiera tenido ningún diálogo previo con deportistas o con grupos de conservación. “El momento elegido para la orden, literalmente el último día del gobierno —dice—, nos dice todo lo que debemos saber acerca de la naturaleza política de dicha orden”.
En el ámbito estatal, muchas personas se sintieron molestas, e incluso ofendidas, de que el gobierno de Obama hubiera realizado una acción autoritaria, sin consultar a las autoridades locales del país, y haya roto así con una larga tradición, señala Greg Sheehan, director de la División de Utah de Recursos de la Vida Silvestre y presidente del Grupo de Trabajo sobre el Plomo y la Salud de los Peces y la Vida Silvestre. Las autoridades estatales establecen las temporadas de caza y pesca, así como los medios y métodos con los que se pueden realizar dichas actividades.
Los estados están en contra de establecer restricciones innecesarias a los cazadores estadounidenses, y prefieren examinar las amenazas en los hábitats locales para buscar soluciones con base en la comunidad. “Hacer algo como extender un manto que abarque todo Estados Unidos y decir ‘esta es la dirección en la que debemos avanzar’ no es algo que se base realmente en la ciencia”, declaró Sheehan a Newsweek. “Apoyamos la realización de acciones limitadas, pero no solo diciendo: ‘Miren, encontramos un águila que murió en Misisipi debido a cierta contaminación por plomo, por lo que quedan prohibidas todas las municiones de plomo en Estados Unidos’”.
Keane y otras personas también afirman que la prohibición del plomo pudo haber provocado que los precios de las balas y municiones se fueran a las nubes y afirma que no hay ninguna prueba científica que avale la orden. La respuesta a la pregunta sobre si los temores de usar plomo se basen en la ciencia, o de si el plomo es un riesgo de salud para los animales y los seres humanos, depende de la persona a la que se le haga dicha pregunta. Mientras tanto, los ambientalistas, científicos y expertos en salud pública consideran que las balas de plomo son perjudiciales para el ambiente y dicen que puede ser tóxico para los humanos y los animales. Consideran que la prohibición realizada durante el gobierno de Obama es un paso pequeño pero importante para minimizar el daño provocado por el plomo en la vida silvestre, debido a que las balas fabricadas con ese metal pueden fragmentarse en cientos de pedazos y ser fácilmente ingeridas por animales carroñeros o incorporarse en la carne procesada para el consumo humano. En distintas investigaciones se ha encontrado que este tipo de municiones aumentan de manera importante los niveles de plomo, especialmente en las áreas que concentran una gran actividad con armas de fuego.
Jonathan Evans, director legal de salud ambiental y abogado de alto rango del Centro para la Diversidad Biológica, afirma que actualmente existen en el mercado opciones más seguras y más costeables. Afirma que el uso de municiones sin plomo constituye un costo menor para los cazadores y pescadores si se tienen en cuenta otros gastos relacionados con esas actividades, como el transporte.
Los partidarios de la prohibición del plomo en todo el estado de California esperan que otros estados también emprendan acciones para disminuir la amenaza. “Si no se tratara de un tema con tanta carga política —señala Evans— habríamos dejado de utilizar plomo desde hace años”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek