JILL SOLOWAY se ríe de las fanfarronadas
que hacía durante las reuniones de ventas a principios de su carrera con
ejecutivos televisivos de Hollywood. “Yo solía entrar y decirles: ‘Quiero hacer
alguien que nadie ha hecho antes, y quiero cambiar al mundo’”, cuenta. Pronto
aprendió que los guionistas que de verdad ven producidos sus programas lo hacen
prometiéndole a los estudios que ganarán muchísimo dinero, por lo que le bajó
el tono a su rollo revolucionario. Pero ahora, después del éxito desmesurado de
Transparent, ganadora del Emmy —una serie de pago por evento en Amazon que se
estrenó en 2014 y está basada libremente en el propio padre de Soloway
revelándose como una mujer transgénero—, ella ha vuelto a la agitación. Con
Topple, la compañía productora que ella fundó en 2016, esta
guionista-directora-productora aspira lograr nada más que “derrocar al
patriarcado”.
Mientras camina alrededor de la reserva
Silver Lake, Soloway concede que su meta de perturbar la hegemonía masculina
blanca tal vez sea un poco arrogante. La mayoría de los productores ejecutivos
estarían más que contentos con la aclamación que ella ha recibido por
Transparent y Six Feet Under, y algo de dinero de Porsche. Pero no subestimes
su ambición de inyectarle feminismo al mundo del entretenimiento dominado por
los hombres. Con Transparent, Soloway decidió contratar tanta gente gay y
transgénero como fuera posible, lo cual demostró el valor crítico y comercial
de incluir voces marginadas en un proceso creativo y ayudó a lanzar varias
carreras. Ahora, con I Love Dick, su serie más reciente para Amazon, ella rompe
con las expectativas convencionales de cómo las mujeres deberían aparecer en
pantalla (léase: agradables, sexis) para contar una historia en la que una
mujer es, en sus propias palabras, “el sujeto, no el objeto”.
I Love Dick está basada en una novela de
culto de 1997 de Chris Kraus. Es un libro mezclado —en parte libro de memorias,
en parte crítica cultural, en gran medida epistolar— sobre Chris Kraus, una
cineasta casada quien se obsesiona con un académico delgaducho y distante
llamado Dick. Mucho de la historia se cuenta a través de las cartas de Chris a
Dick, su encaprichamiento incitándola a analizar casi cada parte de su vida y
matrimonio. La voz de Chris tiene un carisma único: lo hace a sabiendas y a
consciencia, es intelectual y vulnerable. El libro trata descaradamente del
arte, la vida, las relaciones y el deseo femenino.
Esta perspectiva singular es lo que
inspiró a Soloway a adaptar la novela. Su serie sigue principalmente a Chris
(Kathryn Hahn) mientras explora los contornos de su lujuria por Dick (un
delgado Kevin Bacon de mirada penetrante) y lucha por controlar su propia
narrativa. También considera las vidas de otros personajes, en su mayoría
femeninos, en la ciudad artística de Marfa, Texas. “Mucha gente se va a acercar
a este programa porque quiere ver a Kevin Bacon”, dice Soloway. “Pero en
realidad se trata de la voz femenina y la mirada femenina y crear protagonismo
para las mujeres”.
Para entender cómo se ven y suenan esta
mirada y voz, Soloway y la cocreadora del programa, Sarah Gubbins, reclutó a un
grupo de guionistas exclusivamente mujeres, incluidas las aclamadas dramaturgas
Annie Baker y Heidi Schrenk. Soloway notó los efectos de esta homogeneidad de
género inmediatamente. “No hay nadie allí que dirá: ‘Bueno, eso es grosero, no
cuentes esa historia’, o ‘Ella es horrible, es una zorra, ¿qué mujer haría
eso?’” Durante sus 15 años de escribir guiones antes de tener su propio
programa, Soloway dice que con regularidad recibía notas de hombres quienes se
quejaban de lo agradable de sus personajes femeninos. Ella estaba ansiosa de
hacer de la sala de guionistas de I Love Dick “un espacio protegido para que
las mujeres se pregunten a sí mismas: ‘¿Quién soy cuando no hay hombres
observando?’”
LECCIONES OBJETIVAS: Kathryn Hahn,
derecha, se obsesiona con Kevin Bacon en la nueva serie de Soloway, I Love
Dick. FOTO: AMAZON PRIME
Muchas de las guionistas involucradas en
el programa han descrito la atmósfera como especialmente democrática, empática
y no competitiva, un lugar de “honestidad radical y vulnerabilidad radical”,
según Gubbins. Esto es típico de Soloway. La gente quien trabaja cerca de ella
con regularidad alaba la manera en que ella evita la sensación jerárquica de un
set de Hollywood por un ambiente más abierto y cooperativo en el que todos son
motivados a discutir sus sentimientos e ideas.
Soloway sugiere que esta sensibilidad es
una desviación “matrilineal” del enfoque convencional de los estudios
encabezados por hombres. (Ella prefiere el término matrilineal en vez de
matriarcal pues argumenta que el género tiene más que ver con la herencia
cultural que con la política, y el segundo “suena como si fuéramos a crear una
dinastía de puras mujeres y todos adorarán a las mujeres”.) Para ayudarse a
crear un ambiente más abierto, Soloway introdujo una práctica que ella llama
“Caja”. Cada mañana, todos en el set, desde actores hasta artistas de
escenografía, aplauden con las manos, dicen “caja, caja, caja” y se reúnen
alrededor de una caja de manzanas vacía. “Es algo así como el llamado a rezar”,
se ríe Soloway. La gente se sube en la caja y comparte cosas de sí mismo o su
experiencia en el programa. Este ritual podrá sonar un poco como superchería,
pero los participantes dicen que alimenta la confianza e inspira un mejor
trabajo.
Todo esto es parte del esfuerzo de
Soloway de deconstruir lo que ella llama “una idea patriarcal de la
cinematografía”. A ella le sorprende que algo tan simple como gritar “acción” o
“corte” pareciera inapropiado —y más bien masculino— para un trabajo que
finalmente se trata de registrar emociones auténticas: “Te percatas de que
incluso girar la cámara hacia alguien podría considerarse una extensión de la
mirada masculina”, dice ella. “Tengo a todo el equipo aquí, y estamos viéndote,
ahora actúa. ¡Acción!” Más bien, Soloway a menudo hace que las cámaras empiecen
a rodar durante el ensayo, lo que les da a los actores un poco más de tiempo y
espacio para hallar su camino en una escena, y crea un alivio que se ve en la pantalla.
El análisis de Soloway de la relación
entre la cinematografía y el género es especialmente fascinante dada la manera
en que coincide con su interrogación de su propio género. Cuando Soloway empezó
primero Transparent, ella llevaba su cabello en rizos cobrizos y estaba casada
con un hombre (Bruce Gilbert, con quien tuvo un hijo). Ahora está divorciada,
se identifica como gay, tiene el cabello gris y corto y prefiere el pronombre
sin género ellos (que desgraciadamente fuimos incapaces de acomodar en este
artículo). “Soy algo así como mi propia travesía también”, explica ella. La
transformación de Soloway empezó cuando descubrió cuánto le molestaba pasar
tiempo maquillándose antes de grandes eventos. Se percató de que no le gustaba
sentir que tenía que emperifollarse para que la tomaran en serio. Con el
tiempo, descubrió que se sentía más presente, con más derecho al poder en el
set, cuando ella habitaba su cuerpo como si fuera un hombre exitoso.
“Cuando ves a gente como J.J. Abrams o Judd Apatow, ves a
tipos llegando a trabajar en jeans desaliñados y playeras viejas, solo estando
100 por ciento en su poder”, dice Soloway. “Ese es el tipo de cosas que me
daban celos. No ser más poderosa en mi femineidad, sino estar más relajada en
mi forma de ser”.
A primera vista, podría parecer un poco
extraño que una cineasta quien busca derrocar el patriarcado también se haya
vuelto, en palabras de ella, “menos mujer”. Pero los cambios de Soloway son una
parte de su misión de desafiar los estereotipos culturales de cómos e ve el
poder y cómo mujeres y hombres deberían comportarse. Con Topple, y con
programas como I Love Dick, Soloway está ansiosa de contar las historias de
quienes tienden a ser ignorados y subestimados y empoderar a tantos de ellos
como se pueda en el proceso. “Solía pensarme como una guionista y una
comediante, por lo que a veces me parece una locura verme como líder de un
movimiento”, dice ella. “Es impactante, pero también es más o menos lo único
que me hace pararme en la mañana”.
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“I Love Dick” se estrena el 12
de mayo en Amazon Prime; AMAZON.COM
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Publicado en
cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek