A PRINCIPIOS DE OTRO INVIERNO sin sol,investigadores del Centro Médico de la Universidad de Georgetown decidieron publicar un estudio donde demuestran que la exposición a la luz azul y la luz ultravioleta aumenta el movimiento de las células T, elementos clave del sistema inmunológico. Por consiguiente, la luz solar podría actuar como un fortalecedor de la inmunidad.
“Hay alguna relación entre la luz solar y la salud humana, la autoinmunidad e incluso el cáncer”, afirma Gerard Ahern, profesor asociado de farmacología y fisiología en Georgetown, y principal autor del estudio. Desde hace tiempo, los investigadores han sabido que la luz del sol estimula la producción cutánea de vitamina D, pero Ahern y sus colegas han identificado otro efecto potencialmente benéfico de la luz solar, el cual es independiente de la vitamina D.
Cuando los investigadores irradiaron células T de ratones y humanas con luz UV o luz azul, las células se activaron y movieron con más rapidez. Solo se necesitan cinco o diez minutos de exposición solar para lograr este efecto.
Aunque tanto la luz UV como la azul incrementan el movimiento de las células, los investigadores se han enfocado en la luz azul por dos razones: se sabe que la luz UV causa cáncer y que solo alcanza la capa más exterior de la piel, la epidermis. La luz azul profundiza más, hasta la segunda capa: la dermis, donde se encuentran casi todas las células T de la piel.
“Por lo que sé, este es el primero estudio que demuestra el impacto [de la luz] en este tipo de célula inmunológica”, dice el Dr. Matthew Galsky, oncólogo y profesor de la Escuela de Medicina Icahn, en el Hospital Monte Sinaí. “Podríamos sacar la conclusión —aunque se requiere de mucha más investigación— de que la exposición a la luz podría impactar en el movimiento de las células inmunes del organismo, lo cual podría impactar en la respuesta del cuerpo ante condiciones como infecciones [o] cáncer”.
Galsky puede visualizar la luz azul como complemento de las estrategias inmunoterapéuticas para tratar el cáncer. Pero no lo llames todavía. Esta es una observación de laboratorio hecha en una caja de Petri, previene, y requiere de validación extensiva antes de saber si tiene utilidad en el ámbito clínico. Su mejor consejo: abstente del bronceado terapéutico.
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Publicado en cooperación con Newsweek/ Published in cooperation with Newsweek