“HAY UN CAMINO que nos trajo hasta aquí [que] no conoce las fronteras”, dice una canción que la cantante guatemalteca de blues Gaby Moreno les dedica a los latinos. Identificada con los millones de dreamers que llegan anualmente a Estados Unidos, ella busca llevar un mensaje positivo a las personas que “lo dejaron todo por irse a otro país a buscar oportunidades y seguir sus sueños”.
El tema “Fronteras”, incluido en su último álbum, Ilusión, es un “himno a los soñadores”, a los latinoamericanos que se esfuerzan por cumplir sus ilusiones. Porque, en momentos de tanta incertidumbre, también debemos ser portadores de luz, dice la ganadora del Latin Grammy en 2013 en esta entrevista con Newsweek en Español.
Su carrera comenzó a los nueve años, cuando le abría conciertos a Ricky Martin y Magneto en Guatemala. A esa edad le dijo a su mamá que quería estar en Estados Unidos, el país de donde son los géneros del blues y del jazz. Gaby radica en Los Ángeles desde hace 17 años.
En la distancia, recuerda a su madre declamando el poema “Reír llorando” del poeta mexicano Juan de Dios Peza, en el que se basó para escribir su canción favorita, “Garick”.
Foto: Metamorfosis
—¿Qué mensaje le das a los latinos que tienen miedo del triunfo de Donald Trump?
—Todo lo que está pasando es como surreal. Es un momento de mucha incertidumbre. Ya no sabemos qué pensar, en cada momento se dicen cosas distintas sobre las deportaciones. Hoy más que nunca tenemos que estar unidos, debemos entender que el cambio no viene de líderes políticos, sino de cada uno de nosotros, ahí comienza todo.
—¿Para ti qué significó migrar?
—Estados Unidos es un lugar sumamente competitivo, muchísimos artistas están en busca de oportunidades en la industria, es un mercado muy saturado. Desde el inicio yo no tenía el estilo ni la apariencia de muchos artistas prefabricados, pero tampoco quería tenerla, de cierto modo, eso fue un beneficio para mí.
“Soy una latina que canta blues, la gente lo veía un poco loco, pero a mí me costó años encontrar mi estilo. Esa ha sido la lección más grande que he aprendido: tengo que ser fiel a lo que hago y en lo que creo. Porque no estoy en esto ni por fama ni fortuna, sino para conectar con la gente que quiera escucharme”.
Foto: Metamorfosis
—¿A que se enfrenta un artista latinoamericano en la industria musical en Estados Unidos?
—Creo que los artistas de todo el mundo enfrentamos retos similares. Con los avances tecnológicos, cualquier persona puede grabar su música y subirla a internet o a iTunes. La gente ya no compra tantos discos, se van directo al streaming a escucharlo gratis. El reto es buscar que tu música llegue a más oídos y seguir creciendo.
—¿Cuándo fue la última vez que sentiste absoluta felicidad?
—Nunca había estado en Budapest, estuve dos días para dar un concierto, pero luego tuve todo el día libre. Fue uno de esos momentos que dices: ¿es esto la vida real? No puedes imaginar la belleza de ese lugar, me sentí como una niña de diez años en un parque de diversiones, estaba yo sola con total independencia, me perdí en la ciudad y fue un momento mágico.
—¿Cuándo fue la última vez que un momento te dio una lección?
—Hace un año murió mi perrita con la que estuve diez años, fue un momento de suma tristeza porque murió en mis brazos y todavía no lo supero. Mi esposo y yo sentimos su presencia en donde vivimos. Nos ha costado mucho superar esa pérdida, ella me enseñó el amor incondicional, el amor en su forma más pura.