Resultó muy interesante el ejercicio periodístico recién efectuado con la participación de tres panistas distinguidos: Margarita Zavala, exlegisladora y exprimera dama del país; Rafael Moreno Valle, todavía gobernador de Puebla; y Gustavo Madero, coautor del Pacto por México y otrora dueño absoluto del PAN. Los tres comparten dos objetivos importantes en común: les interesa la candidatura presidencial de su partido y visualizan en Ricardo Anaya Cortés su principal obstáculo para lograrlo.
Anaya es un político joven que, a muy corta edad, ha demostrado gran capacidad para destacar en los primeros planos de la política nacional; no obstante, parece que ahora esa está siendo también su principal debilidad: su impericia para el proceso de selección de la candidata o el candidato presidencial blanquiazul, pretender ser pícher, cácher, bateador, manejador y hasta ampáyer. Y peor aún, estar haciéndolo bajo la premisa de que él es más listo que los demás y que nadie se da cuenta de la jugada que realiza.
Don Ricardo se ha hecho del control absoluto del partido y lo está manejando como si fuera su negocio propio, es decir, a su antojo. Sin duda que Gustavo Madero podrá quejarse de traición, pero jamás de que su pupilo no aprendió el cómo sí ejercer el poder sin preguntar.
Y justo por ello ahora coinciden estos tres personajes de orígenes y corrientes disímbolas en el interior de Acción Nacional, porque el presidente Anaya les está comiendo el mandado a través de los tiempos oficiales que el INE le otorga al PAN, a la par de los cuantiosos recursos que en el mismo CEN y en las cámaras ejerce por sí mismo o vía sus aliados. Y por eso lo vemos un día sí y otro también en televisión nacional hablando de la agenda temática nacional, porque decidió que él mismo sería la voz e imagen del partido que preside. En pocas palabras, don Ricardo se propuso secuestrar la candidatura presidencial, y en ello trabaja con ahínco.
Su escribidor desconoce si lo hace pensando que pude equipararse con AMLO —él sí, dueño absoluto de un partido político—, lo cual es totalmente imposible, dado que López Obrador no representa un partido plural y con gran vida interna como lo es el PAN, sino una doctrina para sus seguidores.
El camino de Anaya parece más bien una réplica de lo hecho por Roberto Madrazo Pintado durante el foxismo, cuando se adueñó del PRI y secuestró una candidatura presidencial que terminó como el peor fracaso electoral en la historia del partido tricolor.
En ese entonces, Madrazo se adueñó del PRI, sin duda que sí, pero pasó por alto que no por ello se estaba adueñando también de los priistas. Creo que fue parte de su error, considerar que con el puro partido le alcanzaba. Y bueno, tal y como hoy observamos al joven Ricardo Anaya.
Cierto que Gustavo Madero no se visualiza como posible candidato presidencial, pues su carrera nacional luce sepultada, empero, eso no significa que no vaya a participar desde alguna trinchera con un objetivo muy claro: cobrarle los favores pendientes a don Ricardo. Algo similar sucederá con Rafael Moreno Valle, quien una vez que deje el poder en Puebla, comenzará a observar cómo este joven presidente nacional, sin bochorno alguno, dejará los acuerdos políticos hechos sin cumplir. Un político experimentado le comentaba a su escribidor que en estas danzas vale la pena no dejar cadáveres en el camino, porque luego se levantan y van tras de ti. Y bueno, por lo pronto ya los tiene sentados a todos en la misma mesa.
Pienso que Anaya no logrará su objetivo, pues a la hora de los votos la militancia interna le dará la espalda, ya ve que a los panistas no les gusta que les den línea, su ADN de oposición se convierte también en su pecado original. Sin embargo, de no cejar en esta intentona, Anaya Cortés sí logrará lo único que le puede impedirle al PAN el regreso a Los Pinos: la división del partido, la fractura interna.
Ojalá para los panistas que su presidente nacional madure y no siga los pasos del exgobernador tabasqueño en 2006, so pena de convertirse en el Madrazo de 2018.
Amable lector, recuerde que aquí le proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado le corresponde a usted.