Integrantes de la tribu Sioux de Standing Rock en Dakota del Norte, Estados Unidos, se oponen a la construcción de un ducto de petróleo que, dicen, pondría en peligro el agua potable y destruiría sitios históricos de su comunidad.
La tribu, cuya reserva está situada justo al sur de donde el oleoducto de 1900 kilómetros cruzará el río Misuri, afirma que el equipo que hace las excavaciones destruyó un cementerio sagrado, centros de oración y artefactos de su tradición cultural.
El martes pasado, tras los enfrentamientos que protagonizaron cientos de manifestantes y operadores de excavadoras, los nativos americanos lograron una victoria parcial cuando un juez federal ordenó la suspensión temporal de un tramo del oleoducto Dakota Access que prevé conectar a finales de año Dakota del Norte con Illinois cruzando otros dos estados.
Sin embargo, este viernes el juez de distrito James Boasberg negó la petición a la tribu sioux para continuar el cese temporal de las obras, y ordenó a las dos partes volver a la corte en Washington el 16 de septiembre.
Sin embargo, poco después de la decisión del juez este viernes, el gobierno dijo que tratará de detener los trabajos del oleoducto.
“La armada no autorizará la construcción del oleoducto de Acceso a Dakota, en las tierras fronterizas o bajo el Lake Oahe, hasta que se pueda determinar si necesita alguna reconsideración a la decisión previa”, dijeron en un comunicado la Armada, el Departamento de Justicia y el Departamento del Interior de Estados Unidos.
“Mientras tanto, hemos pedido a la compañía que haga una pausa voluntaria a toda la construcción del ducto en un perímetro de 20 millas al este y oeste de Lake Oahe”, agregaron.
El gasoducto podría transportar más de 400,000 barriles de crudo al día desde la región de Bakken de Dakota del Norte occidental a través de Dakota del Sur y Iowa para conectar con una tubería existente en Illinois.
Cientos de manifestantes de todo Estados Unidos, así como integrantes de otras tribus de nativos americanos han acampado a lo largo de la zona para oponerse al proyecto.
La compañía constructora, Energy Transfer Partners, con sede en Texas, niega que sus trabajadores destruyeran terrenos ancestrales y argumenta que ha tomado las precauciones necesarias para evitarlo.
Pese a ello, los nativos temen que las gigantescas construcciones contaminen el agua del río Misuri y los acuíferos de los que depende su modo de vida.
“Parece que las leyes hechas por el hombre no se aplican a nosotros sino que se utilizan en nuestra contra. Además ni siquiera respetan sus propias reglas”, lamentó el jefe Arvol Looking Horse, líder espiritual de la nación Sioux.