El gobierno de EE UU ha pasado los últimos seis años invirtiendo millones de dólares en investigar enfermedades mortales vinculadas con los ataques del 11 de septiembre de 2001 al World Trade Center. Sin embargo, nunca ha advertido oficialmente a la gente que vivió y trabajó en el Bajo Manhattan durante el 11/9 que los ataques convirtieron al área en un semillero de cáncer.
En una conferencia en la academia de Medicina de Nueva York el miércoles, investigadores compartieron evidencia nueva de elevados índices de cáncer, enfermedades cardiacas y respiratorias y trastorno de estrés postraumático vinculados al Área Cero. Un médico incluso declaró que las consecuencias peligrosas a la salud de los ataques están a la par de los accidentes nucleares en Chernóbil en Ucrania en 1986 y Fukushima, Japón en 2011.
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Al presentar un avance de un ensayo todavía sin publicar que él escribió con varios colegas en el extranjero, el Dr. Roberto Lucchini del Programa de Salud del World Trade Center en Mount Sinai en Nueva York dijo a los asistentes que aun cuando los ataques del 11 de septiembre resultaron en índices exacerbados de cáncer para quienes vivían y trabajaban en el Área Cero, hasta ahora Fukushima no los ha tenido.
“Tratamos de ver lo que sucedió en cada una de estas situaciones y lo que sucedió después para tratar de derivar lecciones” que podrían llevar a mejores respuestas a desastres medioambientales en el futuro, dijo él al público de médicos, psicólogos y sobrevivientes durante el evento de un solo día. Chernóbil también llevó a cáncer entre la población circundante, señaló él. Dado que el período de incubación puede tomar años, los médicos dicen que es posible que Fukushima con el tiempo resulte en índices elevados de cáncer cuanto más tiempo pase.
En su estudio, Lucchini comparó los hallazgos de programas de salud establecidos alrededor del mundo después de importantes desastres medioambientales. Su análisis comenzó con un accidente químico en Seveso, Italia, en 1976. “Sólo en Seveso se supo el número de individuos expuestos con certidumbre razonable”, dijo él. La mayoría de los incidentes importantes que él observó, como el desastre nuclear de Three Mile Island en Pensilvania en 1979 y la fuga de gas en una planta de Union Carbide en Bhopal, India, en 1984, se originaron en importantes descuidos industriales, resultando en regulaciones más duras y mejores acciones preventivas, dijo él.
Lo que hizo diferente al 11/9, señaló Lucchini, fue que el desastre medioambiental se originó en un ataque terrorista.
Su informe fue uno que varios médicos presentaron en la conferencia y se sustenta en una cantidad creciente de investigación sobre las consecuencias graves de salud de los ataques del 11/9. La nueva investigación citada este mes del Departamento de Salud e Higiene Mental de la Ciudad de Nueva York mostró índices elevados de cáncer entre los trabajadores de rescate y recuperación y sobrevivientes civiles al compararlos con la población general del estado de Nueva York. “El cáncer de próstata contribuyó sustancialmente al exceso total de cáncer en todos los sitios”, dijo el Departamento de Salud, citando datos del Registro de Salud del World Trade Center, el cual rastrea a más de 71,000 trabajadores de rescate y recuperación y sobrevivientes.
Con la excepción de Chernóbil y Bhopal, los ataques del 11/9 han afectado a la mayor cantidad de personas, con alrededor de 400,000 en riesgo de cáncer, enfermedades y padecimientos mentales, según el Programa de Salud del World Trade Center. (Esto en comparación con los 600,000 de Chernóbil y los 500,000 de Bhopal, según halló Lucchini.)
El informe de Lucchini fue uno entre muchos que resaltaron al Área Cero por su cantidad sin precedentes y combinación de enfermedades, cánceres y padecimientos mentales. Otros participantes en la conferencia incluían a médicos de la Universidad de Nueva York, el Departamento de Bomberos de la Ciudad de Nueva York, el Registro de Salud del World Trade Center y el Programa de Salud del World Trade Center en Mount Sinai.
Estudiar los efectos inmediatos en la salud de la nube tóxica liberada después del 11/9 tomó muchos meses, dijo la Dra. Joan Reibman, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York. Ella y su equipo “fueron puerta por puerta, edificio por edificio”, hablando con los residentes. Como muchos de los investigadores que presentaron su trabajo en la conferencia, Reibman halló que muchos sobrevivientes del 11/9 seguían sufriendo de síntomas respiratorios graves 15 años después de los ataques.
“¿Qué le sucedió a nuestra población con el tiempo? Muchos han mejorado, pero muchos han tenido persistentes síntomas respiratorios severos”, dijo ella. Un examen de los pulmones de los residentes quienes viven cerca del Área Cero muestra la inflamación de células, con “partículas de asbesto, partículas de ceniza flotante y fibra de vidrio degradada muy dentro de los pulmones”, señaló Reibman. “Se ve como enfisema, pero no es enfisema”.
Los investigadores quienes presentaron ensayos el miércoles mostraron que los lesionados el 11/9 enfrentaban un riesgo exacerbado de problemas de salud tanto físicos como mentales con mayores posibilidades de sufrir de trastorno de estrés postraumático y nuevas enfermedades cardiacas que las de la población en general. Lesiones severas el 11/9 se asociaron con un mayor riesgo de enfermedades respiratorias y cardiacas años después de los ataques, dijeron ellos.
La Dra. Mary McLaughlin, de la Escuela Icahn de Medicina en Mount Sinai, presentó datos los cuales sugieren un vínculo entre riesgos cardiovasculares, apnea del sueño y problemas mentales en pacientes que aspiraron el polvo tóxico del Área Cero. “Estar en la nube pareció llevar a un mayor riesgo de trastorno de estrés postraumático y un endurecimiento del corazón”, dijo ella.
Quienes estaban en las Torres del World Trade Center al momento de los ataques tenían 30 por ciento más de posibilidades de tener trastorno de estrés postraumático y 50 por ciento más de posibilidades de excederse con el alcohol en la década posterior al 11/9, según datos del Registro de Salud del World Trade Center.
Los trabajadores con padecimientos de salud crónicos y relacionados con el 11/9 también tenían más posibilidades de experimentar una jubilación temprana o pérdida de empleo, con la posibilidad de la jubilación temprana o pérdida de empleo aumentando considerablemente cuando el trabajador también tenía trastorno de estrés postraumático, dijo el registro.
Los médicos quienes asistieron al evento dijeron a Newsweek que estudiar los efectos a la salud del 11/9 podría llevar a una investigación revolucionaria, en especial sobre el cáncer y el trastorno de estrés postraumático. El consenso fue menos claro con respecto a si el centro de Manhattan volverá a ser seguro. Aun cuando la investigación en la conferencia mostraba que muchos de los expuestos al polvo tóxico el 11/9 o poco después parecían sufrir más, algunos médicos dijeron que habían visto pacientes nuevos que llegaban con padecimientos que podrían derivar de una exposición más continua. Estos médicos pidieron no ser nombrados, porque sus empleos e investigación sobre las consecuencias a la salud del 11/9 dependen principalmente del financiamiento gubernamental, el cual les preocupa que les sea retirado. Como dijo un médico: “Tiene una carga política”.
En un correo electrónico a Newsweek, el Departamento de Salud de Nueva York, el cual mide la contaminación a nivel de calle a todo lo largo de Manhattan todos los años, dijo que sus datos de calidad del aire para el centro muestra que los contaminantes son “relativamente similares a los niveles promedios a todo lo largo de Manhattan”.