El chef Massimo Botura es el dueño del
restaurante número uno de la lista 50 Best, la más importante en gastronomía en el mundo; en Modena,
Italia, está Osteria Frencescana, con tres estrellas Michelin. Y desde ahí, el
chef lanzó una iniciativa para dar de comer a la gente de la calle en Río,
aprovechando lo que las personas desperdician y que se puede usar perfectamente para
comer.
Así se asoció con Gastromotiva, una
escuela gratuita de gastronomía para jóvenes de escasos recursos, que además
apoya otros proyectos como este: un concepto que pretende ayudar a alimentar a
la gente que más lo necesita, con insumos que terminan en la basura. Se trata
de una red en la que participan otros chefs y voluntarios.
Desde antes de que iniciaran los Juegos
Olímpicos de Río 2016, Massimo Bottura pensó en la cantidad de comida que se
desperdiciaría en la Villa Olímpica y decidió llevar a cabo este proyecto que
abrió sus puertas la semana pasada en un
espacio que el alcalde de Río le donó para este motivo en el barrio de
Lapa; con 190 mil dólares que el chef consiguió en donativos, en 55 días
Reffetorio Gastromotiva estaba listo.
“No se trata sólo de caridad ni de darle
de comer a la gente; se trata de inclusión social, de enseñarle a las personas
del desperdicio de la comida, y de darle esperanza a la gente que ya la
perdió”, explicó el chef Botura a The New
York Times.
Al proyecto se sumaron más de 50 chefs
que se turnan para ir a cocinar y a servir cada noche desde su apertura el
miércoles pasado.
Lo importante es que este comedor
Reffetorio Gastromotiva no se cierra al terminar los Juegos Olímpicos, la idea
de Massimo Botura es mantener el lugar abierto y hacerlo autosustentable con
comensales que paguen sus comida de manera normal, para poder regalar diariamente 108
comidas a gente que vive en las calles.
Más que caridad
La fundación de Massimo Botura Food for
soul lleva más de 10 años operando, por su parte, el chef brasileño David Hertz
creó en 2006 el proyecto Gastromotiva, inicialmente como una escuela gratuita
para chefs, que es en realidad su principal función pero que bajo el lema “No
basta con que la comida sea buena, debe hacerle bien a la sociedad” se ha
sumado a otros proyectos de este tipo.
Gastromotiva opera en Sao Paulo desde 2006, en Río desde 2013, y en El Salvador en 2014. Desde febrero de este año, también opera en México. En septiembre abre en Sudáfrica.
En México abrió su escuela en Coacalco,
Estado de México, donde se acaban de graduar los primeros alumnos.