Miles de mujeres salieron a las calles este sábado para exigir un alto a los feminicidios y a la violencia de género en Perú, como parte de la campaña #Niunamenos, que tiene como objetivo frenar las agresiones físicas, sexuales, psicológicas y emocionales en contra de la mujer.
Hasta ahora, son miles los peruanos que se han solidarizado con la campaña, desde el presidente y la primera dama hasta la ciudadana más sencilla, policías y reclusas, ministros, actores y medios de comunicación.
“Sin respeto no hay sociedad que funcione. Rechazamos cualquier acto de desigualdad y violencia de género. #Niunamenos”, se lee en un tuit publicado por el nuevo presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, junto con una fotografía en la que aparece su esposa y su hija menor, con un cartel presente en la marcha.
Fueron dos casos que hicieron reventar la situación de las mujeres peruanas, el de la bailarina Lady Guillén, quien fue golpeada por su novio hasta quedar desfigurada, el hombre recibió un castigo que no contemplaba cárcel; y el de Arlette Contreras, una mujer que recibió una paliza de su expareja, quien la dejó inconsciente, luego de arrastrarla de los cabellos en un hotel. El criminal también quedó libre, pues el hecho se consideró como lesiones leves.
“Somos doblemente víctimas, porque somos atacadas no sólo por nuestros agresores sino por la justicia”, dijo Contreras; mientras que Guillén se convirtió en abogada para defender a mujeres que sufren violencia.
Tan sólo en 2015 ocurrieron 95 feminicidios, en lo que va del año suman 54, además de los 118 intentos. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, el 33 por ciento de las víctimas ya había denunciado a sus agresores.
En la última semana, en el país murieron tres mujeres víctimas de la violencia, y en días recientes, un alarmante caso fue difundido. Shirley Pajuelo fue golpeada con un ladrillo por su esposo y padre de sus hijos, quien se lo lanzó directo al rostro porque la comida que le sirvió tenía mucho ajo.
Perú ocupa el tercer lugar en el mundo con mujeres entre 15 y 49 años que son víctimas de violencia sexual por parte de su pareja, por debajo de Etiopía y Bangladesh.