Parece
que el papá de los narcos es Pablo Escobar, por la dimensión de su crueldad,
por sus ambiciones políticas y ‘apostolado social’, o quizás porque fue del
primero que se hicieron programas en la tele. Los políticos y las autoridades mexicanas
pretenden frenar la tendencia con prohibiciones y algunos arrestos, pero El
Señor de los cielos recién terminó la temporada 5, y aseguró la sexta para
2017, y Narcos estrena temporada 2 en septiembre de este 2016, por citar un par
de una lista que se antoja tan peligrosa como atractiva para un segmento de
televidentes.
Narcos: en su primera temporada logró dos nominaciones a los
Globos de Oro. Es una serie original de Netflix sobre el legendario
narcotraficante colombiano Pablo Escobar, interpretado por el actor brasileño Wagner Moura. En la temporada 2 (que se
estrena el próximo 2 de septiembre) viene la fuga del capo de la cárcel, las
autoridades colombianas y la DEA tras él, que no se amedrenta, se vuelve mucho
más peligroso.
El señor de los cielos: cuenta la
historia de Aurelio Casillas, líder del Cártel de Juárez, que hace de todo:
controla el gobierno de México, conquista a las mujeres más hermosas, tiene
varios hijos, diversifica el negocio de las drogas, entre aventuras, romance,
muchos muertos y crítica política. En días pasados, salió al aire el capítulo
en el que el presidente de México, Omar Terán, le promete a La Paloma, su
esposa, una casa nueva.
Camelia, la Texana: inspirada
en el personaje principal de la famosa canción de Los Tigres del Norte
‘Contrabando y traición’, la colocan de heroína frente a un destino lleno de
amor, traición y poder, hasta convertirse en leyenda en el peligroso mundo del
narcotráfico en México.
El Patrón del mal: basada en
el libroLa Parábola de Pabloy
el testimonio de sus víctimas, cuenta la historia de Pablo Escobar Gaviria; apuesta
ambiciosa deCaracol Televisiónen
2012, contó con más de 1.300 actores y se grabó 100% en exteriores en más de
500 locaciones de Colombia y Miami.
La reina del sur: adaptación
de la novela del mismo nombre, del escritor Arturo Pérez-Reverte, relata la
vida de Teresa Mendoza, joven sinaloense, novia de un narco menor que por
cuestiones de vida o muerte se muda a España, donde se mete en las redes del
narcotráfico.
Rosario Tijeras: una mujer
criada entre criminales que jura venganza por la muerte de su mejor amiga en
manos de narcotraficantes; descubre que matar es una forma de adquirir poder y,
de esa forma, se convierte en una de las sicarias más solicitadas.
El capo: el protagonista
no se basa en ningún personaje real o caso particular, es una mezcla de las
principales líneas de los capos más conocidos de la historia de los cárteles en
América. Es la producción más costosa que se haya realizado en Colombia.
Las muñecas de la mafia: la
historia de cinco mujeres que por distintos motivos caen en las redes del
crimen organizado, y cómo sobreviven unas y mueren otras en el marasmo del
narcotráfico.
La viuda de la mafia: luego del
asesinato de su esposo, Diana se entera de que su familia tiene negocios con
narcos y la sociedad la acusa de criminal.
Sin tetas no hay paraíso:
es una adaptación del libro (del mismo nombre), de Gustavo Bolivar, que narra
la obsesión de Catalina por salir de pobreza, que cree que necesita un par de
buenas tetas para acercarse a la fortuna de los capos de la droga, y hace de
todo por conseguirlo.
El cartel: se basa en
el libro El cartel de los sapos, escrito por el ex narco colombiano
Andrés López López, alias ‘Florecita’, y que también participó en la
elaboración de los guiones; cuenta su entrega a la DEA y cómo se convirtió en
informante.