En agosto, Río de
Janeiro alojará a unos 10,000 atletas Olímpicos y a más de un millón de
espectadores, entre ellos, 500,000 de otros países. Un número importante de
ellos se infectarán con el virus del Zika. La cuestión es, ¿qué tan graves serán
las consecuencias?
Brasil está en
medio de un brote de Zika que, de acuerdo con la Organización Mundial de la
Salud (OMS) ha infectado hasta a 1.5 millones de personas, por lo que más de
200 expertos en salud escribieron una carta abierta en mayo pidiendo que los juegos
fueran pospuestos o reubicados, opciones que serían extraordinariamente
desafiantes, aunque no imposibles, a tan sólo dos meses de la ceremonia de
inauguración.
Christophe De
Kepper, director general del Comité Olímpico Internacional se mostró optimista
acerca de los juegos en Río en una reunión entre el COI y la OMS realizada en
mayo, diciendo que “Confiamos plenamente en las medidas tomadas en Brasil
proporcionarán condiciones seguras”.
La OMS afirma que
el virus se expandirá independientemente de si los juegos se realizan o no, y
no ha recomendado un cambio de sede o la cancelación de los mismos, lo cual ha
hecho surgir preocupaciones de que está sacrificando la salud por el interés económico.
“Hay una oportunidad de posponerlos” dice el profesor Arthur Caplan,
experto en bioética y director de la División de Ética Médica del Centro Médico
Langone de la Universidad de Nueva York. “Será algo costoso y difícil, pero me
parece moralmente necesario debido a estos riesgos.”
Caplan advierte
que el COI podría ser responsable. “El COI se expone, al igual que las
federaciones atléticas, a una demanda legal bastante considerable si algo sale
mal, pues la OMS tiene inmunidad
contra las demandas legales como organismo de las Naciones Unidas”, señala.
La mayoría de las
personas que contraen Zika, el cual se propaga a través de los mosquitos, se
recuperan sin sufrir ningún efecto duradero. Sin embargo, algunas mujeres
embarazadas que contraer el virus ha dado a luz a bebés con microcefalia, y
algunas personas desarrollan el síndrome de Guillain-Barré, una enfermedad
potencialmente devastadora.
El COI ha
aconsejado a los Comités olímpicos nacionales que sigan la orientación de la OMS.
Esta última recomienda usar repelente para insectos, ropa de colores claros que
cubra todo el cuerpo y practicar el sexo seguro durante la visita y al menos
durante cuatro semanas después de ella. (Una vez que quedó claro que el virus
del Zika también puede propagarse por contacto sexual, el COI señaló que
distribuiría 450,000 condones olímpicos.) Asimismo, se aconseja a las mujeres
embarazadas que no viajen a áreas infectadas por el virus.
La crisis del Zika
se presenta en medio de tipos difíciles para Brasil: el índice de delitos es
alto, la presidente Dilma Rousseff ha sido retirada de su cargo para ser
sometida a juicio político y el real ha caído en picada debido a la prolongada
crisis económica del país. En una declaración a la prensa en mayo pasado, el
alcalde de Río de Janeiro Eduardo Paes desestimó la amenaza del Zika pero dijo
que nadie debía esperar que la ciudad fuera “de primer mundo”.
Ningún equipo ha
cancelado, pero sí varios atletas, entre ellos los golfistas Marc Leishman de Australia
y Vijay Singh de Fiji. Los expertos preguntan por qué son los atletas quienes
deben decidir. “Decir que los atletas pueden decidir es insincero; ellos
confían en sus entrenadores que las autoridades para que les digan que es
seguro,” señala Caplan.
Cameron Myler,
cuatro veces competidor olímpico de descenso en trineo y antiguo miembro del
comité olímpico de Estados Unidos, es abogado y catedrático de Gestión
Deportiva de la Escuela de Estudios Continuos y Profesionales de la Universidad
de Nueva York y desestima la idea de que el COI pudiera ser responsable: “Los
atletas han recibido información acerca de los riesgos del virus, así que si
deciden viajar a Río y participar en los juegos, deberán asumir esos riesgos.”
Aunque el equipo
de natación de Estados Unidos optó por no entrenar en Puerto Rico debido a las
advertencias del gobierno estadounidense acerca del virus del Zika, los nadadores
todavía planean asistir a los juegos. “Todos estamos tomando las precauciones
necesarias para asegurarnos de que la seguridad de los atletas sea nuestra
máxima responsabilidad y la prioridad número uno,” dice Scott Leightman,
director de comunicaciones de USA Swimming.
Amir Attaran,
catedrático de la Universidad de Ottawa y uno de los expertos que redactaron
una carta abierta en mayo, dice que los nadadores deberían estar más seguros
que los visitantes. “Me preocupan menos los atletas que los turistas”, señala.
“Ellos van a visitar vecindarios atestados, algunos de los cuales serán barrios
pobres en los que los índices de la enfermedad son estratosféricamente altos, y
van a infectarse.”
En un artículo
publicado en la revista Harvard Public Health Review en el que se documentó
cómo está floreciendo el brote de Zika, Attaran dijo que Río de Janeiro tiene
el mayor número de presuntos casos de Zika en Brasil, con 26,000, y un índice
de 195 por cada 100,000. Él examinó el dengue, una enfermedad similar también
transmitida por mosquitos, para averiguar, a partir de patrones históricos,
como podría comportarse el virus del Zika, que es relativamente nuevo. “A
partir de este año, cuando Río de Janeiro inició sus intensos esfuerzos contra
los mosquitos, el dengue aumentado en lugar de disminuir”, concluyó. Este
investigador afirma que el dengue fue un excelente sustituto para aprender
acerca del Zika debido a que es transmitido por la misma especie de mosquito,
el Aedes aegypti. “En el primer trimestre de 2016, existen 600 por ciento más
casos de dengue que en el primer trimestre de 2015”, afirma. “Por ello, las
promesas de que lo hemos controlado en Río de Janeiro son falsas.”
El ministro de
salud de Brasil Ricardo Barros viajó a Ginebra a finales de mayo para hablar
con el COI y el OMS; presentó datos en los que se afirma que el mosquito que
transmite el virus, el A. aegypti, es menos común durante los meses más fríos y
más secos del invierno brasileño. Sin embargo, estos datos han sido puestos en
duda en la publicación International Journal of Infectious Diseases por una
docena de expertos en salud pública, quienes llegaron a la conclusión de que la
transmisión del Zika en Brasil puede ocurrir en cualquier mes del año.
“El punto no es si
tú, como individuo, tienes suerte [para evitar contagiarte de Zika]. El punto
es que estás recibiendo a medio millón de turistas para este evento y que viajarán
de regreso a todos los rincones del mundo”, señala Attaran. Advierte que los
juicios para proceder con los juegos parecen estar basados en cuestiones
económicas y no de salud pública. “Lo que dicen básicamente es, ‘Sigamos
adelante con los Juegos Olímpicos del daño cerebral para aprovechar la
oportunidad comercial. No nos importa si habrá niños con daño cerebral; hay
negocios por hacer’” afirma.
Pie de foto:
Un fisioterapeuta
ejercita a un niño de cinco meses con microcefalia en un hospital de Santos,
Brasil, el 20 de abril. NACHO DOCE/REUTERS
¿La OMS está a
cargo?
La doctora Margaret
Chan, directora general de la OMS desde 2006, tiene mucha experiencia con los
brotes de enfermedades, pero como directora de salud de Hong Kong, fue
criticada por subestimar la gripe aviar y el SARS, así como por la lenta
respuesta de la OMS ante el ébola.
De nueva cuenta,
Chan trata de calmar el nerviosismo, pero algunos expertos cuestionan la
independencia de la OMS. A finales de mayo, los directores de la OMS votaron a
favor de reducir las restricciones que las empresas influyentes del sector
privado (léase: patrocinadores olímpicos) pueden tener en la organización. Bill
Jeffery, director ejecutivo del Centro de Ciencias de la Salud y Leyes en
Ottawa, Ontario, señala que aunque las reglas están diseñadas para aplicarse a
la cooperación técnica y no a desarrollar estándares y orientación sobre temas
de salud, el cambio es “proclive a exponer a la OMS a la influencia comercial
si se aplican de manera poco rigurosa por el personal de la OMS.” Él compara
esta situación con “invitar zorros al gallinero”
También han
surgido cuestionamientos acerca de la relación entre la OMS y el COI, en
particular, un memorando de entendimiento mutuo vigente de 2010 a 2015 que no
fue hecho público. Según un acuerdo posterior, la OMS proporciona asesoría de
salud pública a Brasil y al COI.
Al cuestionársele
sobre posibles conflictos de interés, Nyka Alexander, funcionaria de medios del
Departamento de Comunicación de la OMS, dice, “es exactamente lo contrario.”
Los comentarios
de Chan sobre el Zika han ido desde lo displicente hasta lo atemorizante. Tras
expresar inicialmente sus dudas acerca de la relación entre el Zika y la
microcefalia, en enero dijo que el Zika “pasó de ser una amenaza leve a
convertirse en una de proporciones alarmantes” y que podría considerarse como
una emergencia de salud mundial. Tres meses después, cuando me topé con ella en
las oficinas generales de Naciones Unidas, Chan señaló riendo, “Si no estás
embarazada, no te preocupes por el Zika.”
Aun si los
organizadores y los patrocinadores están persuadidos de que no vale la pena
correr el riesgo de seguir adelante con los juegos en Río de Janeiro, ¿es
realista hacer un cambio?
Algunas personas
han considerado la idea de dividir los juegos en diferentes deportes que se
practicarían en estadios olímpicos preexistentes en Londres, Beijing, Atenas o
Sydney, señalando que hay muchas más personas que ven los juegos por televisión
que en persona, y para ellas, el hecho de tener diferentes sedes no constituye
una gran diferencia.
Sin embargo, Jay
Kriegel, ex presidente y director ejecutivo del Comité para organizar las
Olimpiadas en Nueva York, dice que los juegos deben estar en un solo lugar por
razones logísticas. “En los viejos tiempos, uno podía haber dicho, ‘Recojamos
todo y vayamos a Los Ángeles porque esa ciudad en la más preparada y tiene
todas las instalaciones’”. Actualmente, dice, no se trata sólo de los
patrocinadores, de los boletos y de los pasajes de avión que ya han sido
pagados. La seguridad en 2016 es clave, señala, y los organizadores nunca
podrían realizar ningún arreglo en tan poco tiempo. Menciona la amenaza del
terrorismo y los años de discusiones con los servicios de seguridad de todos
los países participantes.
Harvey Schiller
el director ejecutivo del Comité Olímpico de Estados Unidos, señala que sería
muy difícil trasladar los juegos a otras sedes. Descarta a Tokio, diciendo que
la sede de 2020 no está lista, y a Londres, que ha reconvertido sus sitios
olímpicos desde los juegos de 2012. “La única ciudad que podría tener la
capacidad sería Beijing,” afirma, y añade que aun cuando requeriría mucho
tiempo y dinero, Beijing organizó los Juegos de Verano de 2008 y será sede de
los Juegos de Invierno en 2022. Está a favor de mantener los juegos en Río de
Janeiro.
A Caplan le
preocupa que las inquietudes acerca de los costos tengan más peso que otros
problemas. “Seguimos hallando que [el virus del Zika] no se comporta como se
esperaba”, dice. “En primer lugar, pensamos que afectaba sólo a las mujeres,
luego resultó que podía encontrarse en el torrente sanguíneo, y después supimos
que ocurrían cosas en el nivel neurológico quese limitaban tan sóloa nacer con una cabeza pequeña, por ello,
resulta claro que realmente no lo entendemos bien.”
Chan dijo algo bastante
similar en una conferencia de prensa realizada en marzo.
“Cuanto más lo conocemos, tanto peor lucen las cosas”.
—
Publicado en colaboración con Newsweek / Published in colaboration with Newsweek