Miles de peregrinos del mundo entero y palestinos cristianos
rehicieron el viernes en Jerusalén el camino que, según la tradición
cristiana, siguió Jesús portando su cruz hasta el lugar de su
crucifixión.
La policía israelí se apostaba en estrechas callejuelas entrelazadas
de la Ciudad Vieja, situada en la parte palestina de Jerusalén,
desplegada en mayor número que de costumbre, según su portavoz, Micky
Rosenfeld.
Los territorios palestinos, Jerusalén e Israel son escenario desde
octubre de una ola de violencia que enfrenta a palestinos y fuerzas
israelíes y que ha dejado más de 200 muertos, la inmensa mayoría
palestinos.
Pasando entre las barreras dispuestas por la policía, los peregrinos
extranjeros acarreaban grandes cruces de madera, al tiempo que
salmodiaban y cantaban. Los palestinos cristianos pertenecen a Iglesias
orientales que celebran Semana Santa este año el 1 de mayo.
“Es magnífico estar aquí con toda esta gente venida del mundo entero
para marchar juntos en paz”, aseguraba a la AFP Carl-Leo von Honenthal,
protestante alemán de 31 años.
Una satisfacción que queda muy lejos del sentimiento de frustración
de los comerciantes de la Ciudad Vieja de Jerusalén, que aseguran haber
perdido gran parte de sus ingresos desde que se reanudó el ciclo de
violencia.
En el marco de las celebraciones previas a Pascua, los fieles
recorren en procesión la Via Dolorosa, situada en el sector oriental de
Jerusalén, palestino aunque ocupado y anexionado a Israel desde 1967.
La procesión termina en la iglesia del Santo Sepulcro, construida sobre la supuesta tumba de Cristo.
Los cristianos representaban más del 18% de la población de Palestina
cuando se creó el Estado de Israel, pero hoy no alcanzan el 2%.