LA ESPERANZA, Honduras.— Familiares y amigos cargan el ataúd de la activista ambiental Berta Cáceres, durante su funeral, el 3 de marzo. Berta Isabel Cáceres Flores, la indígena ecologista laureada internacionalmente, sucumbió ante las balas el pasado jueves a los 43 años. Según su familia, pistoleros entraron por la parte posterior de la casa donde dormía, ubicada en esta ciudad, y le propinaron al menos dos disparos.
Cáceres fue una defensora del ambiente que denunció incansablemente las amenazas de las represas hidroeléctricas y mineras para los recursos naturales. Fundadora en 1993 del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, se construyó una reputación como defensora de la naturaleza que en 2015 la llevó a merecer el prestigioso premio ambientalista Goldman.
“En nuestras cosmovisiones somos seres surgidos de la tierra, el agua y el maíz. De los ríos somos custodios ancestrales”, declaró al recibir el galardón internacional en San Francisco, California. “Me siguen. Me amenazan con matarme. Amenazan a mi familia”, había denunciado, también, luego de recibir el premio. Por sus denuncias, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dictó medidas cautelares en su favor, pero el Ministerio de Seguridad respondió que ella había desistido de tener policías cuidándola en forma permanente.