Naciones Unidas decidió poner un alto temporal a las conversaciones de paz que se inciarion hace una semana y cuya finalidad era terminar con la guerra en Siria.
La pausa se debe a la falta de compromiso, tanto de los rebeldes sirios como del gobierno de al-Assad.
“He concluido, sinceramente, que después de una semana de
pláticas preparativas hay mucho trabajo por hacer, y no sólo por nosotros”,
dijo el mediador de las Naciones Unidas, Staffan de Mistura, en una conferencia
después de hablar con los delegados de la oposición el miércoles.
Esta pausa no significa que las pláticas de paz hayan
fallado o que no se vayan a llevar a cabo. En conferencia en un hotel de
Ginebra en el que se están llevando a cabo las conversaciones el mediador sugirió que
las pláticas no pueden continuar hasta que el gobierno sirio permita la entrada
de medicamentos y comida a los pueblos rebeldes.
Esta pausa -que terminará, a más tardar, el 25 de febrero- afectarían
a la conferencia que inició este jueves en Londres y en donde los países más
ricos del mundo discutien la posibilidad de juntar dinero para alimentar a los
miles de sirios que se encuentran refugiados en el mundo, pues un
total de 4.6 millones de sirios han huido a países vecinos (Líbano, Jordania,
Turquía, Irak y Egipto) desde que empezó la guerra, en 2011, y varios cientos
de miles llegaron a Europa poniendo su vida en peligro en la travesía del
Mediterráneo.
Sin embargo, a pocas horas de inciadas las conferencias los países ofrecieron más de 10 000 millones de
dólares, superando el objetivo inicial, anunció el primer ministro británico
David Cameron. “Los
logros de hoy no son una solución a la crisis, todavía necesitamos ver una
transición política en Siria”, dijo Cameron, un día después del fracaso de
las conversaciones de paz en Ginebra.

Las conferencias en Londres iniciaron este jueves
Las conversaciones de paz se detienen justo cuando Rusia presta ayuda a las fuerzas sirias para que estas avanzen en el conflicto, lo que los hace
menos cooperativos con las Naciones Unidas. Al mismo tiempo, los rebeldes -y sus aliados en Arabia
Saudita y Turquía- se ven presionados a hacer un trato e incluso a firmar un
cese al fuego sin ninguna garantía de que el presidente Bashar al-Assad será
destituido de su cargo.
El bloque de la oposición dijo en Twitter que no regresará a
Ginebra hasta que no vea progreso en tierra.

Al mismo tiempo, organizaciones de mujeres sirias demandan
tener un rol más participativo en las conversaciones de paz, ya que quieren
evitar la radicalización de sus hijos. Como respuesta las Naciones Unidas han
declarado que en las conversaciones habrá un grupo de mujeres sirias que
aconsejarán al enviado especial, Staffan de Mistura.