Gerald Carter, investigador de murciélagos en el Instituto Smithsoniano de Investigación Tropical en Panamá, quería averiguar cómo comparaban sus hábitos de acicalamiento con los de otras especies de murciélagos. En un estudio publicado este mes en la revista PLOS ONE, Carter y su coautora, Lauren Leffer, encontraron que los vampiros pasaban hasta 6 por ciento de sus horas de vigilia acicalándose mutuamente: 14 veces más que otras especies de murciélagos.
Carter realizó el estudio en la Organización para la Conservación de Murciélagos, en las afueras de Detroit, donde observó los hábitos de acicalamiento de seis especies de quirópteros. En ese ambiente, los murciélagos no tienen parásitos externos, de manera que el tiempo que pasaron acicalándose no se modificó por las diferencias aleatorias en la cantidad de parásitos, explicó Carter.
Los resultados proporcionan nuevas evidencias de que los murciélagos vampiro (Desmodus rotundus) son animales con vida social bien desarrollada, al menos comparados con otros quirópteros. Por ejemplo, los vampiros son singulares en cuanto a su hábito de compartir sangre con otros adultos con los que no están emparentados. Para ello, tienen la encantadora costumbre de regurgitar la sangre en la boca de sus congéneres.
Verás, los vampiros no llevan una vida fácil, ya que es común que no encuentren un bocado sangriento por la noche. Y por principio de cuentas, la sangre tiene un contenido relativamente bajo de nutrientes, así que pasarla sin sangre –que es su única fuente de alimentoy agua- durante un corto tiempo podría causarles inanición. En tales circunstancias, compartir es necesario para mantenerse vivos, dice Carter.
El acicalamiento ayuda a conservar el orden social que favorece el acto de compartir. También fortalece vínculos, y el tiempo que pasan acicalándose mutuamente puede servir como una “inversión social”, agrega Carter. Del mismo modo, cuando un vampiro regurgita sangre en la boca de otro, lo que hace es obtener “capital social”, de suerte que el que vomita tiene más probabilidades de recibir en el futuro.
El acicalamiento sirve para mantener relaciones sociales y las especies de grupos más grandes y complejos pasan más tiempo acicalándose mutuamente, dice Gerald Wilkinson, ex asesor de Carter en la Universidad de Maryland, quien no intervino en la investigación. “Los datos del murciélago vampiro son consistentes con ese patrón”, lo que significa que los vampiros son más complejos socialmente que los otros murciélagos que participaron en el estudio.
Esta semana, Wilkinson y Carter también publicaron un estudio en la revistaHormones and Behavior, donde demuestran que los vampiros compartieron más comida (sangre) entre sí después de administrarles oxitocina intranasal. La hembras que recibieron la hormona también pasaron más tiempo acicalándose mutuamente. La oxitocina desempeña una función importante en la vinculación de muchos animales, incluido el humano, y como han demostrado los investigadores, también en los vampiros.