Dicen en Argentina que quien gana las elecciones en La Matanza gana en el país. Se refieren a un distrito superpoblado vecino de Buenos Aires que es un verdadero termómetro electoral, sobre todo si los políticos alzan las banderas de la justicia social.
Sus habitantes son en su mayoría clase trabajadora, la más vulnerable a los vaivenes de la economía y pendientes de los planes de ayuda social.
“Nosotros siempre fuimos los ‘negritos’. Para la Capital, no existimos”, dice a la AFP Cecilia Presas, una activista de 30 años de la Jotapé (Juventud Peronista) de La Matanza.
Presas está orgullosa de pertenecer al movimiento político más popular de Argentina al que apelan tanto candidatos conservadores como izquierdistas.
La joven viene de asistir a la inauguración de una Unidad de Pronta Atención (UPA), los centros de emergencia sanitaria 24 horas inspirados en un modelo brasileño que son bandera de campaña del candidato presidencial oficialista Daniel Scioli.
Según la militante, Scioli “expresa la continuidad del proyecto” kirchnerista iniciado por Néstor Kirchner (2003/7) y seguido por su esposa Cristina Kirchner. Ellos “devolvieron la fe en la política”, dijo.
Su testimonio es eco de muchos de los 600 000 jóvenes que viven en el municipio, cuya población total (1,8 millones) supera la de ciudades clave como Córdoba (1.3 millones) y Rosario (1.2 millones).
Con sus 325 km cuadrados y un padrón de un millón de votantes, La Matanza es un apetecible botín hacia las elecciones generales del 25 de octubre.
“El llamado ‘primer cordón’, pegado a la capital, es bastante parecido a los barrios porteños desde lo cultural y lo social; después hay un ‘segundo cordón’ que es eminentemente popular y, al fondo, una zona rural”, describe Abelardo Vitale, director del documental “La Matanza, la historia” (2005).
Con peso de provincia
Desde la ruta que atraviesa La Matanza se extienden kilómetros de barrios obreros de casas bajas sólidas, muchas sin pintar o en construcción, y calles de tierra.
Más lejos crecen asentamientos más pobres por la afluencia de pobladores llegados del interior del país o inmigrantes de la región, que se instalan en sus suelos inundables.
Este municipio, como el resto de los 23 del llamado “conurbano bonaerense”, depende de la poderosa provincia de Buenos Aires en cuyo territorio vive 40% del padrón electoral y que desde 2007 es gobernada por Scioli, favorito en los sondeos.
Zona de esplendor industrial y crecimiento demográfico desde mediados de la década de 1940, durante el primer gobierno de Juan Perón (1946-55; 1973-74), líder histórico del principal movimiento político argentino, La Matanza se fundó peronista.
Este municipio también fue la expresión de las sucesivas crisis, con cierre de fábricas y pérdida de miles de puestos de trabajo, transformándose en símbolo de pobreza. Tras la debacle económica de 2001 quedó con casi 70% de su población bajo la línea de pobreza y 53% de desocupación.
Una recuperación en la última década que generó 300 000 nuevos puestos de trabajo en la zona, según cifras oficiales, junto a políticas de subsidios hizo salir a flote a los mantanceros.
Pero las mejoras en el acceso al agua potable y a la salud, no logran convencer a María Elba Barros, de 41 años, madre de una niña de dos.
Esta paraguaya llegada a Argentina hace 15 años, asegura que quiere “un cambio” y que prefiere perder la “asignación universal por hijo” de 837 pesos argentinos (88 dólares) que recibe, a cambio de “más trabajo”.
Aunque Barros como extranjera solo vota por autoridades locales y no en la presidencial, confiesa que votaría a Mauricio Macri, el conservador alcalde capitalino que se postula a la presidencia por la alianza opositora Cambiemos.
“Todos peronistas”
Macri también se acercó varias veces a La Matanza en esta campaña electoral. Allí prometió bajar a un dígito la inflación en un plazo de dos años, en este país azotado por aumentos de precios de alrededor de 25% anual .
Presas y Barros están en las antípodas políticas, pero en este municipio oficialismo y oposición se asumen peronistas.
“Como decía Perón, peronistas somos todos”, afirmó a la AFP Miguel Saredi, candidato a alcalde de Cambiemos, al referirse a un fenómeno indescifrable para extranjeros.
En las elecciones primarias de agosto, Scioli obtuvo cerca de 39% de los votos en el país, pero en La Matanza llegó a 52,4%; mientras que su principal contrincante consiguió 30% en el país pero solo 20% en este municipio clave.
“Es muy difícil que un candidato que gane en el país no gane también en La Matanza, siempre acompaña el voto mayoritario”, señaló a la AFP el consultor y analista Raúl Aragón.
Por Liliana Samuel / AFP