Las selecciones de Estados Unidos y México se enfrentan el
sábado en un choque en el que, como dice una canción popular, “The winner
take it all” (El ganador se lo lleva todo), incluido el boleto a la Copa
Confederaciones de Rusia-2017.
El partido que definirá al representante de Concacaf en la
Confederaciones fue ordenado después de que Estados Unidos ganara la Copa Oro
2013 y México lo hiciera en la edición de 2015.
Muchas otras cosas habrá en juego en este partido, para el
que se espera lleno total de unas 92.000 personas en el gigante de Pasadena, el
estadio Rose Bowl, sede de la final del Mundial de 1994 y de varios choques
entre mexicanos y estadounidenses.
El encuentro arrancará a las 18H00 locales (02H00 GMT del
domingo).
Además de la feroz rivalidad entre los dos pesos pesados de
la Concacaf, el partido podría ser la prueba de fuego más grande que ha
enfrentado en sus cuatro años de reinado el entrenador de Estados Unidos, el
alemán Jurguen Klinsmann.
Son muchas las voces que se están levantando hoy en Estados
Unidos pidiendo la renuncia de Klinsmann si se perdiera éste partido, incluida
la de uno de sus principales detractores: el goleador histórico del
seleccionado norteamericano, Landon Donovan.
Excluido por Klinsmann del Mundial de Brasil-2014, Donovan
se acogió a retiro poco después de quedar fuera del cuadro de Klinsmann para
esa cita, y no pierde oportunidad para señalarle.
“Tuvimos un muy mal verano, con el desastre en la Copa
Oro, y si Klinsmann pierde el sábado, debe dar un paso al costado”, dijo
Donovan esta semana a la cadena radial de ESPN.
El seleccionado de Klinsmann ha ganado sólo dos de sus
últimos seis partidos, incluida la debacle en la Copa Oro, donde no pudo
refrendar el título al quedar en cuarto lugar.
(Con información de AFP)