El escritor inglés Johann Hari afirmó
que, a estas alturas, sólo existen dos soluciones para terminar con el problema
de las drogas: la legalización y cortar los ingresos de los cárteles.
La actual guerra contra las drogas
fracasó en todo el mundo. Algunos países, principalmente México y Estados
Unidos ya deberían de estar planeando una nueva forma de atacar a los grandes
cárteles que contemple la legalización y la manera de llevar a la bancarrota a
la siguiente generación de narcotraficantes, así lo señaló el escritor
británico Johann Hari, experto en el tema.
Para Hari, México ha pagado el precio de
librar una guerra bajo las condiciones impuestas por Estados Unidos, lo cual ha
cobrado más de 60 mil muertes, la penetración de los cárteles en todas las
esferas gubernamentales, en la economía y “escenas atroces”, expresó
a Huffington Post/SinEmbargo.
Durante su reciente visita al país dijo que
si México hubiera librado una guerra contra las drogas bajo sus condiciones y
términos, en este momento la economía de los estados del norte no estaría
dominada por grupos como Los Zetas ni la sociedad viviría en la indefensión en
la que se encuentra actualmente en ciudades como Juárez, Chihuahua, en donde
“los traficantes pagan a los policías para que maten a la gente”.
Para el autor del libro Tras el Grito
[Paidós, 2015], el gobierno de México cedió a una serie de “chantajes de
Estados Unidos”, para iniciar esta guerra que ya cumple nueve años, parte
de esas amenazas habría sido limitar los programas de ayuda que EU tiene para
distintas naciones
“Hay una frase que todos los
mexicanos deben saber: hace unos años, Michele Marie Leonhart, que era la jefa
de la DEA -entre 2007 y 2015-, le preguntaron hace qué pensaban de los miles de
muertos en México y ella respondió, ‘esa es una señal de éxito de nuestra guerra
contra las drogas'”, señaló.
“Lo que argumentaría es que la
sociedad civil mexicana debería de hacer campañas hacia la gente de Estados
Unidos, decir: ‘bueno, esta guerra les ha fallado a ustedes, pero ha sido mucho
peor para nosotros. Hay mejores maneras de protegernos ustedes y nosotros’.
David Simon, un escritor de una serie dice que Estados Unidos va a pelear esta
guerra hasta el último mexicano, porque son los mexicanos los que están
muriendo”, expresó.
Consideró que parte de este reclamo
debería ir enfocado a la forma en que Estados Unidos combate el consumo, pues
en más de cien años ha invertido trillones de dólares y matado a millones de
personas, y ni siquiera ha logrado eliminar el tráfico y consumo de drogas en
sus prisiones.
En su libro, el escritor británico narra
historias como la de Rosario Reta, un sicario de Los Zetas, reclutado, a los 13
años y que actualmente está detenido en Estados Unidos purgando cadena
perpetua; la de Marisela Escobedo Ruiz, activista asesinada en 2010 mientras
protestaba en Chihuahua por la muerte de su hija Rubí Frayre Escobedo. Pero
también cuenta experiencias de capitales completas secuestradas por la
violencia, como es el caso de Ciudad Juárez.
CIEN
AÑOS DE GUERRA INÚTIL
-Los más afectados por el combate contra
el narco son los ciudadanos, ¿qué papel juega la sociedad en esta guerra?
-La sociedad mexicana está en una
posición muy fuerte para pedir a los gobiernos de su país y de Estados Unidos
que terminen esta guerra, para decir: ‘¡dejen de matarnos, de darle poder a
estos asesinos ¡y mejor escojan el camino de quitarles el dinero, poner orden
social’. Es algo que el gobierno puede recuperar de los años 30, cuando México
fue punta de lanza en al guerra contra las drogas.
-¿Es posible que la sociedad emprenda una
lucha más activa en un país donde el nuevo sueño mexicano es ‘nacer pobre y
morir como narco’?
-Rosario [el sicario de Los Zetas preso
en EU] me platicó que los niños decían que en México en lugar de decir ‘quiero
ser un bombero’, decían ‘quiero ser un narcotraficante’. El problema es que
cuando los cárteles controlan la economía, secuestran al Estado: le van a pagar
más dinero a la Policía que el gobierno, van a secuestra conciencias y
obviamente la gente, si ve ahí más dinero, quiere formar parte de esa economía,
de ese pastel. Hay que quitarles a los narcotraficantes ese dinero. La razón
por la que los cárteles tienen una tradición cultural es porque tienen el
control del dinero, entonces la gente va a estar más atraída a los autos, las
mujeres, las mansiones, que a la otra economía en la que tienes que trabajar
mucho para vivir. Yo sostengo que a los grandes cárteles hay que llevarlos a la
bancarrota.
-¿Qué papel juegan las grandes
instituciones bancarias como HSBC o Citigroup en la expansión de estos
cárteles?
-Lo que debemos de entender es que estas
instituciones nunca afectan a la gente rica. Quien va a prisión es la gente
pobre por posesión o por adicción y “El Chapo”, aunque se haya
escapado. HSBC es el ejemplo clásico de que a los ricos no los tocas. Es parte
de la hipocresía de la guerra contra las drogas y eso está pasando aquí en
México. La demanda va a encontrar sus proveedores, siempre ha pasado eso.
Estados Unidos ha gastado trillones de dólares, en 100 años ha matado millones
de personas y al final ni siquiera puede eliminar las drogas en sus prisiones.
Si no pueden sacar las drogas de sus prisiones, el narcotráfico nunca lo van a
poder sacar de México.
-Otros expertos, como Roberto Saviano,
han comentado que ahora los bancos ingleses juegan un papel muy importante en
el lavado de dinero de los cárteles mexicanos, ¿se han relajado en los últimos
años sus controles antilavado?
-Yo como ciudadano británico me da pena
que Londres ha sido el centro de todas las operaciones económicamente corruptas
y es una vergüenza absoluta porque hay gente muy importante en Inglaterra que
está haciendo eso y ese dinero no debería de ser usado por asesinos. Me da pena
decir que Inglaterra y Suecia son los peores países en esta materia.
“TODO
HA FALLADO”
-Además del control financiero, ¿qué más
ha fallado en esta guerra contra las drogas?
-Ha fallado todo. Esta guerra ya está
perdida. Hay mas drogas, más muertes, más adictos; el norte de México ha sido
tomado por criminales armados, barrios enteros en todo el mundo, ¿qué hemos
ganado?, es lo que yo me pregunto.
-Si esta guerra ya se perdió ¿entonces
qué queda por hacer?
-En lo que debemos de pensar es cómo
meter en bancarrota a la siguiente generación de cárteles y eso se puede hacer
legalizando las drogas, y una vez que las legalizas vas a acabar con ese dinero
ilícito.
-Entonces volvemos a la eterna discusión
de la legalización.
-Cuando las drogas se legalicen esto se
va a ir. La legalización es un a parte enorme de la solución. Hablemos de
Suiza: tenía un gran problema con los traficantes de heroína, entonces,
legalizaron la heroína hace 10 años y los resultados han sido impresionantes,
no ha habido muertes relacionadas con el consumo de esta droga y nadie ha
muerto de una sobredosis. El argumento que usaron en Suiza y que se podría usar
en México es que el Presidente le explicó a la gente: ‘cuando hablamos de
legalización piensas en violencia y anarquía cuando sea legal, pero lo que
tenemos ahora es esa violencia y anarquía’, tenemos criminales que no conocemos
vendiendo químicos que nadie conoce. Están vendiéndole a todo mundo, incluyendo
a niños, todo está bajo la mesa, todo es caos es violencia; la legalización
restablecería orden a esa violencia, esa anarquía y ese caos, es poner esas
cosas bajo control es poner en bancarrota a los criminales y tratar a los
adictos de una manera sensible y también evitar que la droga llegue a los
niños. En el caso de Suiza, al principio sólo el 30 por ciento de los
ciudadanos suizos estaban de acuerdo, después hicieron un referéndum y el 70
por ciento estaba de acuerdo; también se ha hecho en Portugal, Uruguay… Al
principio es muy controversial, pero cuando la gente empieza a verlo en los
resultados hay mejoras significativas. Yo pienso que eso podría pasar en
México.
-Pero también tenemos el ejemplo de
Holanda que legalizó y ahora está intentando disminuir el consumo.
-Holanda tiene una legalización muy menor
en cafés. Lo que pasa es que la mayoría de los cafés legales están en Amsterdam
y llegan muchos turistas a esta ciudad a consumir y ese es un problema, pero en
los lugares que venden drogas legales se quiere mantener la legalización. Hubo
un movimiento muy conservador que trató de restringir las reglas donde no se
podía. Es como el Tea Party -un movimiento de legisladores de derecha de EU-,
lo que paso en Holanda, que legalizó desde 1976, es que en los últimos años han
llegado estos conservadores tratando de restringir muchas cosas. Tienes otro
ejemplo en Colorado, Estados Unidos, que ya legalizó la mariguana, al principio
55 por ciento votaron para legalizarla ahora el 70 por ciento lo apoya.
-¿La legalización es la única solución?
-Lo único que terminaría la actividad de
los cárteles es la legalización. Hay movimientos como el de Javier Sicilia [El
Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad], si hay un movimiento en México
diciendo ‘dejen de matarnos’, ese sería parte de un movimiento global que va creciendo
y que podría terminar con esta guerra; antes nadie estaba a favor de la
prohibición de alcohol, fue estúpido, se legalizó el alcohol y ahora los
grandes cárteles del alcohol se llaman Heineken, Smirnoff… y así se va a
recordar la guerra contra las drogas. Gente como Marisela Escobedo -la activista
de Chihuahua- no debía morir.
-También hay otro asunto: ¿Que debería
hacer el gobierno mexicano con los jefes de cárteles que están en la cárcel,
como el Z-40, por ejemplo?
-Lo primero es ver hasta dónde llega la
corrupción entre los cárteles y el gobierno mexicano. Sabemos que en Colombia
el jefe de la Policía, del Ejército… Todos estaban comprados, no sé en México
el caso hasta dónde llega, no sé qué tan metida está la corrupción. La historia
de “El Chapo” es una locura y alguien debe darme la razón porque el
gobierno mexicano está mintiendo sobre su fuga -a través de un túnel-, es un
insulto a la inteligencia, yo prefiero leer Alicia en el país de las
maravillas, pero yo pienso que esta gente debe quedarse en prisión.
-¿En prisión, pero en Estados Unidos?
-Si se los llevan a Estados Unidos
alguien más va a ocupar su lugar; puedes matar a Ronald McDonald pero no vas a
solucionar el problema de la comida chatarra, es una distracción, nadie pensó
que matar a Pablo Escobar pudiera hacer la diferencia en Colombia, entonces,
mientras tengas este problema siempre alguien puede tomar los acuerdos y el
liderazgo. Estos cárteles no son fuerzas inevitables son producto de la
situación que hemos creado. “El Chapo” y Los Zetas son el producto de
la producción de drogas, si hubiera prohibición no existirían.
JUÁREZ
VIVE EN EL TERROR
En su libro, Johann Hari hace una amplia
referencia a la situación que se vive en Ciudad Juárez, que visitó en 2012, y
donde conoció casos como el de la activista Marisela Escobedo.
-¿Cómo fue la experiencia de escribir
sobre Ciudad Juárez y toda su problemática?, ¿cómo se ve desde afuera?
-Antes de responder esa pregunta debo
decir que en México hay reporteros muy valientes que son de lo más admirables y
abiertos que jamás conocí. Ciudad Juárez es muy extraña. Yo me quedaba en El
Paso -en Texas- y caminaba hacia Juárez, porque fue un consejo que me dieron.
Pero cuando vas a este lugar parece una ciudad americana hay comercios muy
americanos, como Wendy’s, pero cuando hablas con la gente te das cuenta de que
viven en el terror, básicamente el asesinato ha sido legalizado. La ciudad tuvo
un momento terrible, pero tal vez los mexicanos ya estén acostumbrados a esto.
En Juárez me empezaron a presentar gente que sus familiares habían sido
asesinados por los policías, entonces yo pedí entrevistar a gente que tuviera
familiares que habían sido asesinados por los cárteles y la respuesta fue: ‘los
cárteles ya no matan, pagan a la policía para que nos mate’; ya no son fuerzas
separadas son lo mismo la policía y los cárteles. Entonces entendí lo terrible
que debe ser, no hay nadie que te pueda ayudar, la gente que debe protegerte
está en tu contra. Rosario Reta me contaba cómo mataba a las personas, cómo les
sacaba las entrañas y que a veces iba acompañado por la policía y policías eran
los encargados de tirar, de deshacer los cuerpos.
-¿Y cuál fue su impresión después de conocer
lo que pasa en la ciudad?
-Este es un producto de la guerra contra
las drogas, son cárteles que pelean por territorio y la violencia es un
producto de ello, esto habla de la gente como Rosario, por eso pasa todo esto,
por eso matan a todos los que se interpongan. Mi experiencia en Juárez fue
conocer a estos chicos que han crecido en este lugar de extrema violencia y lo
más triste de vivir así es que cuando ves gente muerte en la calle, pasan y
ven, pero nadie se detiene a ver qué fue lo que pasó. Pero también lo increíble
es como los mexicanos tienen esperanza ante una situación así, como Marisela
Escobedo. Una amiga suya, Bertha, me dijo que estaba muerta de miedo, pero el
amor a sus hijos es más grande que el miedo y para mi esa fue una cosa
inspiradora. Para mi el mensaje es que esto no debe continuar, es una
atrocidad, parte gracias al mundo externo y parte es culpa del gobierno de
México por haberse dejado intimidar.
-¿Acaso había manera de evitarlo?
-Esas muertes han sido innecesarias.
Nunca hubieran permitido hacer una guerra contra las drogas obligados por
Estados Unidos; hay una frase que todos los mexicanos deben saber: hace unos
años, Michele Marie Leonhart, que era la jefa de la DEA [la agencia antidrogas
de EU], le preguntaron hace unos años qué pensaban de los 60 mil muertos en
México y ella respondió: ‘esa es una señal de éxito de nuestra guerra contra
las drogas’, de esa manera hablan acerca de sus paisanos es lo que dicen acerca
de los asesinatos, de todas estas muertes, decapitaciones, asesinatos. Dicen
que es una señal de éxito de esta guerra. Lo que argumentaría es que la
sociedad civil mexicana debería de hacer campañas dirigidas a Estados Unidos y
decir que esta guerra les ha fallado ‘a ustedes, pero ha sido mucho peor para
nosotros’ hay mejores maneras de protegernos ustedes y nosotros. El problema es
que cuando Estados Unidos emprendió su guerra contra las drogas
“chantajeó” a muchos países con dejar de ayudarlos, y muchos de
ellos, como México, se sintieron intimidados.
-¿Quiere decir que en esta guerra contra
las drogas existe algo que no sabemos?
-Durante mi investigación me di cuenta de
que al principio de la guerra contra las drogas México fue líder. Todo empezó
con una ‘histeria racista’ en 1914, pero cuando Estados Unidos se impone ante
el resto del mundo, los primeros que hicieron la amenaza de ‘plata o plomo’ no
fueron los cárteles sino el gobierno estadounidense diciendo a todos los
países: ‘si accedes a pelear contra las drogas te vamos apoyar con dinero, si
no te vamos a castigar de una manera terrible’. El Gobierno mexicano le dio a
EU un doctor que fue el líder del programa antidrogas y decía que la canabbis
no era mala y que a la adicción deberíamos de responder con amor y compasión y
ayudar a los adictos, en lugar de criminalizarlos porque entonces el tráfico de
drogas iba a tomar al país. Pero el gobierno de Estados Unidos dijo: ‘deshazte
de ello y dijo está política no iba a funcionar en su país y no va a funcionar
en nuestro país’. Entonces cortaron la demanda de opiatos hacia México, que son
calmantes, lo que ocasionó que en los hospitales la gente empezara a morirse
del dolor; luego, el Gobierno mexicano tuvo que doblar las manos y cambió la
historia de México. Si Estados Unidos no hubiera intimidado tanto al gobierno
mexicano nada de esto hubiera pasado. Pero si México quisiera, podría cambiar
las cosas.
(Con información de Huffington Post/SinEmbargo)