El envejecimiento está envejeciendo en Japón. El gobierno
tiene la tradición de agasajar a los centenarios con el obsequio de un
sakazuki, una taza de sake de plata, en el año en que cumplen 100, pero
actualmente hay tantas personas que llegan a esa edad que el estado busca una
opción más barata.
En 1963, cuando Japón empezó a mantener registros sobre las
personas centenarias, había 153 personas de 100 años o más el país. Cinco
décadas después, en 2015, 61,568 personas han llegado a esa edad, de acuerdo
con el Ministerio de Trabajo, Salud y Bienestar de Japón.
Esto equivale a 0.048 por ciento de la población, de
acuerdo con los cálculos de la Revisión de las Perspectivas de la Población
Mundial de 2015, realizada por NU, lo que convierte a Japón en el país con más
centenarios per cápita. En Estados Unidos hay 71,972 centenarios, sólo que esta
cantidad representa únicamente 0.022 por ciento de la población. Puerto Rico,
Guadalupe, Italia y Martinica tienen las concentraciones más altas después de
estas.
En 2013, Japón tenía el promedio de esperanza de vida más
alto del mundo. Poco más de la cuarta parte de la población tiene 65 años o más,
de acuerdo con el Banco Mundial, y el gobierno ha advertido que se debe contar
con un millón extra de trabajadores de atención para hacer frente al envejecimiento
de la población en 2025, cuando la proporción de personas de 65 años o más
alcanzará 40 por ciento, según pronósticos.
Ryuichi Kaneko, subdirector del Instituto Nacional de
Investigación sobre Población y Seguridad Social de Japón, dice que, aunque no
existe un solo factor decisivo para explicar la longevidad de la población japonesa,
ésta puede atribuirse a los patrones alimentarios, al sistema de salud
universal del país, a la existencia de una sociedad igualitaria y a una razón
de ser entre la población de edad avanzada, muchos de cuyos miembros continúan
trabajando después de su jubilación oficial.
Las tazas conmemorativas que se obsequian a los
centenarios de Japón tienen un valor aproximado de 66 dólares. El 15 de
septiembre, el Día de los Adultos Mayores en Japón, el gobierno envió el
obsequio a 30,379 personas con un costo aproximado de 2 millones de dólares.
Preocupado por estos crecientes costos, en 2009, el Ministerio de Salud redujo
el tamaño de la taza de 4 pulgadas de diámetro a 3.5 pulgadas. El gobierno
considera la posibilidad de fabricar la taza con un material menos costoso,
aunque una taza de estaño parecería una opción demasiado cruel.
(Fuente: Ministerio del Trabajo, Salud y Bienestar de
Japón.)
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek.