Nicholas Cage ha estelarizado
algunas películas que te gustan. Nicholas Cage ha estelarizado algunas películas
que no te gustan. Nicholas Cage ha estelarizado muchas películas. Y no lamenta
haberlas hecho.
Desde Adiós a Las
Vegas y Cara a cara hasta filmes más recientes como la versión de Werner Herzog
de Teniente corrupto, Cage ha sido aclamado por su presencia, intensa e
inconfundible, en la pantalla y también ha sido criticado por su selección (y
cantidad) de papeles. “No me arrepiento de nada”, dice a Newsweek el ganador
del Oscar de 51 años. “Creo que lamentarse es una pérdida de tiempo”.
La maniaca energía
de Cage es lo mejor de Pay the Ghost, película de horror ambientada en el día
de la brujas, donde el actor enfrenta al veterano cineasta alemán Uli Edel.
Cage interpreta a un profesor inglés cuyo hijo es raptado durante un desfile, y
así se desata una búsqueda desesperada para desentrañar una antigua
conspiración sobrenatural. Abundan los sustos y las características
contorsiones faciales de Cage, pero nada de locas persecuciones para robar la declaración de Independencia.
Nicolas Cage habló
con Newsweek sobre sobre Pay the Ghost, su afición por el Día de Brujas y su
renuencia a ver las películas en que ha trabajado.
—Para empezar, el elemento emocional que
considero una pesadilla para cualquier padre –la pérdida de un hijo en un lugar
público debido a un secuestro-, es algo que muchos progenitores pueden entender
o temer. Pasar de ese horror emocional y muy real hacia el horror de otra
dimensión; una dimensión sobrenatural para tratar de recuperar a tu hijo. Es
una secuencia inusual que jamás he visto en una película. Me planteó el desafío
de hacer que pareciera real, dramático.
—A menudo interpretas personajes que están
en una especie de misión obsesiva. ¿Buscas esos papeles o los papeles te
encuentran?
—Creo que me encuentran, pero también me
identifico con ellos. Me gusta la idea de emprender un viaje en cierto nivel,
como fórmula de una estructura fílmica. La idea de ir de un destino a otro y
regresar, si tengo suerte. Se presta para una estructura en la que puedo
trabajar. El concepto de aventura. Aunque sea algo tan mundano como un carnaval
de día de brujas, la idea de emprender una aventura, de que las cosas cambian
para siempre y luego, tratar de encontrar el camino de regreso. Es una
estructura con la que puedo identificarme.
—La película está ambientada en el día de
brujas. ¿Tienes buenas anécdotas personales de esa época?
—No, solo que siempre me ha gustado el día
de brujas. Me parece imposible que un actor –o una actriz- no tenga en su
corazón un recuerdo agradable del día de brujas. Porque es la única festividad
que invita a usar disfraces y maquillaje. Eso es parte de lo que hacen los
actores. Es parte del instrumental de la actuación, la posibilidad de
transformarnos. Así que siempre me alegra la llegada del día de brujas. También
es una de las pocas festividades en que departimos con perfectos extraños y nos
atrevemos a confiar. Me gusta ver a los chicos disfrazados y pidiendo
golosinas. Es la primera parte divertida del día de brujas. La otra es cuando
los niños llegan a tu casa, tocan el timbre y gritan “dulce o truco”.
—¿Regalas caramelos el día de brujas?
—Claro. Me gusta hacer las dos cosas. Mi
hijo sale a pedir golosinas y luego se disfraza para la segunda parte de la
festividad, la de dar dulces. Obsequiar caramelos a los chicos del vecindario.
Conservo recuerdos muy gratos del día de brujas.
—Hay ciertos aspectos de la trama que
recuerdan algunos de tus papeles anteriores. He visto que algunos la comparan
con Hombre de mimbre. ¿Te preocupa
ser repetitivo?
—No, estoy en desacuerdo contigo en este
caso. Podríamos tener un buen debate al respecto. No veo comparación alguna con
Hombre de mimbre excepto, posiblemente, el elemento pagano. Hombre de mimbre
trata de las personas que somos, en un sentido muy absurdo, y de torturar a
alguien con base en prácticas rituales, mientras que Pay the Ghost trata de una fuerza de otro mundo y no necesariamente
de personas.
—Solo en los últimos dos años has
participado en ocho o nueve películas. ¿Te resulta difícil equilibrar todos
esos proyectos?
—No, porque son muy distintos entre sí.
Para mí, The Runner fue un drama
político y esta es una especie de aventura sobrenatural. No tengo problema en
cambiar de roles. En Army of One, que
todavía no se estrena, interpreto un personaje completamente distinto. Mientras
pueda reinventarme por completo o encontrar un nuevo punto de expresión y ser
ecléctico, podré mantenerme interesado y también, conservar el interés del
público.
—¿Te han ofrecido algún papel que después
te arrepintieras de haber rechazado?
—No me arrepiento de nada. Creo que
lamentarse es una pérdida de tiempo. Siempre trato de seguir avanzando, en vez
de aferrarme al pasado o pensar en las películas que pude haber hecho. Sin duda
hay algunas que tal vez me habrían beneficiado, si las circunstancias de mi vida
me hubieran permitido aceptarlas.
—¿Alguna película en particular?
—El
señor de los anillos. La
trilogía. Aragorn. O Matrix. Pero el
problema con esas películas es que las veo. Las disfruto como miembro del
público. Nunca miro mis películas. Y sinceramente me gusta ver esas dos, sobre
todo El señor de los anillos.
—¿Te ofrecieron un papel en la trilogía?
—Sí… En ese momento, estaban sucediendo
muchas cosas en mi vida que mi impedían viajar y ausentarme tres años. Pero
hablo en serio. Puedo disfrutar de esas películas como miembro del público,
porque no veo las que hago.
—Hablamos brevemente de Hombre de mimbre. Ese tipo de películas
ayudó a convertirte en un meme de internet. Los supercuts con escenas tuyas son
realmente populares. ¿Qué dices al respecto?
—Sin duda es un fenómeno. No estoy seguro
de que la película amerite semejante atención, buena o mala. El público la
interpreta como una experiencia irónica. Mas no creo que se den cuenta –o al
menos no todos- de que fue concebida como una comedia de humor negro. Sus
retratos tienen algo de ironía. Parece que muchos en internet creen que [el
director] Neil LaBute y yo no nos habíamos percatado de ese hecho, pero se
equivocan.
—¿Consideras que la gente que se apasiona
hablando de ti en línea ha beneficiado tu carrera?
—De veras no sé cómo evaluar eso. No tengo
un punto de referencia al respecto en cuanto al desarrollo de mi carrera, al
menos antes de la Internet. Ni siquiera sé cómo procesarlo. Así que no pienso
mucho en el asunto.
—¿Cómo fue la experiencia de trabajar con
Uli Edel en Pay the Ghost?
—Siempre reescribía el guión. Me parece que
le importaba mucho la perfección y dar en el clavo en los niveles de suspenso,
para evitar que se volviera convencional o poco original. No he visto las
películas que trataba de evitar. Pero fue muy claro en su intención de ser poco
original. Hizo enormes esfuerzos para adaptar el guión.
—¿Hay algún director con el que no hayas
trabajado y con quien te gustaría colaborar el algún momento?
—Me encantaría trabajar con Paul Thomas
Anderson. Considero que es uno de los grandes y ciertamente es un verdadero
artista. En cuanto a Quentin Tarantino, seguramente podríamos hacer algo muy
especial. Pero soy positivo y tengo la esperanza de que sucederá,
eventualmente.