Traición, exasperación y enojo, son las sensaciones que comparten entre los propietarios estadounidenses de vehículos Volkswagen con motores diésel, mismos que fueron alterados para cumplir con normas ambientales de emisiones contaminantes.
“Me siento traicionado”, dice resignado Bob Merlis uno de los casi 500 000 estadounidenses dueños de un Volkswagen (VW) trucado por el constructor alemán para falsear los tests contra la polución.
Al volante de su Jetta Diesel comprado hace dos años comenta: “El auto me atrajo por el lado ambiental, era un auto ‘limpio'”, afirma Merlis quien dice que hace 20 años que es fiel a la marca VW.
“Parecía ‘demasiado bueno para ser verdad’ y por cierto que no era verdad: un auto de excelente consumo, buen desempeño y respetuoso de las normas ambientales”, dice mientras conduce por las calles de Los Ángeles.
Merlis no está solo. La exasperación ha ganado a los propietarios de autos diésel Volkswagen luego de que se reveló que 482 000 de esos vehículos tenían un dispositivo que hacía creer que emitían menos gases contaminantes de los que realmente emitían.
“Cuando uno gasta mucho dinero por un auto, porque lo precisa para ir a trabajar o para lo que sea, uno espera cierta calidad y de hecho no fue así. Es muy decepcionante”, comenta Marivi Badin mientras llena el tanque de su VW en un puesto de combustible de Los Ángeles.
El escándalo causó particular enojo en California, uno de los estados que lideran la batalla contra la contaminación del aire. Su agencia de protección del ambiente es parte de los denunciantes de VW, la cual está expuesta a multas que pueden llegar a los 18 000 millones de dólares.
“Es una farsa”
Cerca suyo la cólera es la misma. “Voy a pedir que me cambien el auto. No puedo conducir un auto que contamina el ambiente”, afirma Grace Balangue, otra dueña de un VW trucado.
Según las autoridades estadounidenses, los autos incriminados lanzan a la atmósfera una cantidad de gases contaminantes hasta 40 veces mayor que la tolerada por la ley. Entre esos gases está el óxido de nitrógeno que está asociado a enfermedades respiratorias.
“Es realmente muy malo”, sintetiza Balangue.
Ya varios abogados vieron que el caso representa un filón. Intentando canalizar la cólera y esperanzados en jugosas indemnizaciones, varios están exhortando abiertamente a los automovilistas a presentar demandas colectivas contra Volkswagen.
Frente a la cámara, su colega Steve Berman comenta que el de VW “es el último fiasco de la industria del automóvil”.
“Vamos a lanzar una acción colectiva en nombre de los clientes de Volkswagen y están invitados a unirse a nosotros”, dice este abogado de Seattle (noroeste) cuyo gabinete ya ha presentado una veintena de denuncias.
Esos mensajes han sido recogidos y cerca de 40 demandas ya han sido presentadas contra VW en Estados Unidos.
Bob Merlis tiene la intención de agrupar las filas de demandantes y exigirle a VW que los indemnice.
“Incluso aunque ajusten (los autos) a las normas legales sobre emisiones, los coches perderán en calidad de desempeño o en consumo de combustible y así ese auto ya no es el que nos tentaron a comprar”, razonó.