En medio de la primera recesión
extendida por más de dos años consecutivos desde 1930, Brasil anunció este
lunes un nuevo plan de austeridad en un intento de frenar la crisis económica
que azota al país. Sin embargo, las políticas que propone podrían aumentar la
ira del pueblo contra la presidenta Dilma Rousseff.
El plan de austeridad contempla la postergación
de ajustes salariales y contrataciones del sector público, eliminar 10 de los
39 ministerios, reducir hasta mil empleos y podar gastos en construcción de
infraestructura. También contempla recortes en el sensible terreno de los
programas sociales, principalmente en materia de vivienda y salud, causa que
abanderaron los gobiernos izquierdistas del Partido de los Trabajadores (PT), en el poder desde 2003.
Frente a las crecientes cifras de
desempleo e inflación, sospechas de corrupción que salpican a su partido y gobierno por fraudes en la compañía estatal Petrobras, la mandataria redujo
progresivamente la meta de déficit fiscal, hasta que este mes presentó al Congreso
un presupuesto en rojo, mismo que le valió la disminución de la nota de la
deuda soberana de Brasil a la categoría “especulativa” por parte de
la agencia Standard and Poor’s.
La séptima economía del mundo recorre
su quinto año de bajo o nulo crecimiento, mientras el gobierno de Rousseff enfrenta
un torbellino político con pérdida de popularidad y poca fuerza para negociar. Antes
este año, Rousseff ya había ordenado un
recorte de 21,600 millones de dólares del presupuesto.
Para el fin de 2015, la administración brasileña
espera una contracción del PIB de 1.8 por ciento, según la última cifra actualizada este
lunes, mientras el mercado prevé una caída del PIB de 2.55 por ciento. Además, en lo que
va de 2015, el real ha sufrido una caída del 30 por ciento de su valor en comparación con el año pasado, en el que la moneda brasileña cerró con una pérdida de 13 por ciento.
Según anunció elministro de Hacienda Joaquim Levy, las iniciativas de corte de gasto
y de aumento de recaudación tienen una valor total de 64 900 millones (USD
17 030 millones), lo cual significaría un superávit de 0.7 por ciento en lugar del
déficit fiscal primario de 0.5 por ciento del PIB para 2016.
Sin embargo, frente a este plan de austeridad, la moneda brasileña avanzó este lunes después de dos caídas consecutivas a 3.814
reales por dólar, un alza de 1.68 por ciento respecto al viernes, informó la consultora
de mercado CMA en Sao Paulo. Por su parte, la Bolsa de Sao Paulo
cerró este lunes con un alza de 1.89 por ciento, en 47 281 puntos, mientras que el viernes
la bolsa había cerrado con una leve caída de 0.22 por ciento en 46 400 puntos, su
segundo día de retrocesos leves.
Con información de AFP