“La corrupción es un
asunto explosivo que está derribando a políticos y, potencialmente, incluso a
gobiernos” especialmente en mercados emergentes, que pueden aceptar ayuda
externa para acabar con la corrupción, como Guatemala, o darle independencia a
sus propias instituciones, como Brasil, de acuerdo con el medio.
“México, en contraste, se encuentra a medio camino. Como la
mayoría de los países, no quiere ayuda externa -aunque el ‘importado’ Tratado
de Libre Comercio de América del Norte sea probablemente su institución más
exitosa. Pero no está claro que los procesos judiciales locales sean lo
suficientemente robustos”, apuntó.
“El presidente Enrique Peña Nieto encargó a un competente
abogado, pero también su antiguo aliado, para investigar los escándalos de las
casas de su esposa y su ministro de Finanzas; en una decisión que no sorprendió
a nadie, los limpió de irregularidades el mes pasado”, escribió el Financial Times en su editorial.
En los casos en los que las instituciones para prevenir la
corrupción de un país son muy débiles, la ayuda puede ser importada, dijo el diario
sobre la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig),
fundada en 2007 con el encargo de ayudar al sistema judicial guatemalteco en su
lucha contra el crimen que surgió después de tres décadas de guerra civil.
En el otro extremo se encuentra “la independencia de las
instituciones judiciales en Brasil, razón por la que la investigación sobre
Petrobras ha llegado tan lejos”, apunta. Si bien la investigación ha ocasionado
un caos en el gobierno, en el largo plazo fortalecerá el Estado de derecho,
atrayendo mayor inversión.
“México, al lado de los países más notoriamente corruptos,
continuará sufriendo de baja inversión y apoyo público”, de seguir por el mismo
camino, anticipó el medio británico.
(Con información de AristeguiNoticias)