Freud dice “que al comienzo del desarrollo es el odio, la más
antigua de las pasiones humanas, antes del amor. Este odio, indisociable del
miedo, es esencialmente también un miedo de sí, una incapacidad para hacer
frente y manejar sus pulsiones”. La campaña de Donald Trump puede entenderse
como el reflejo del miedo al cambio y la lectura correcta de las necesidades
del consumidor elector. Pues al encontrarse en el auge de la consolidación de
un inminente cambio cultural, una parte de la sociedad estadounidense se niega
al cambio por el simple hecho de temer a lo desconocido, y es dentro de este
sector donde Trump encuentra la raíz de su fortaleza.
1. MIEDO AL CAMBIO
El miedo al cambio es una de las actitudes más frecuentes que
adoptan las personas. La necesidad de control hace que la certidumbre sea
preferible a la incertidumbre, por bueno o malo que esto sea, y se buscan todas
maneras de evitar el cambio con el fin de crear la ilusión de que este es
evitable. La campaña de Donald Trump se basa en los miedos de una parte de la
sociedad estadounidense, que prefiere la negación antes que aceptar los
cambios. Sin embargo, la presencia inminente de sus detonantes lo hará
imparable. Por lo que gane Trump o no, no habrá manera de detenerlos y
enmarcaran la realidad, a su debido tiempo.
La sociedad estadounidense se encuentra en un proceso de
transformación cultural en donde la cultura anglosajona, la etnicidad europea y
el protestantismo ya no son las tendencias dominantes dentro de su población. Hay
un multiculturalismo que se encuentra penetrando en la estructura fundamental
de la nación, en donde la influencia mexicana es una de las que más aporta.
De acuerdo con un documento presentado por el Centro de
Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA) en 2013, los inmigrantes
originarios de México representan el principal grupo en importancia numérica de
los que llegan a Estados Unidos (28.02 por ciento del total), a la vez que la
población de origen mexicano representa el 10.94 por ciento de la población de
ese país. Aspectos fundamentales que ilustran el cambio por el que se encuentra
atravesando esa su población, y por lo tanto su sociedad.
2. LAS NECESIDADES DEL CONSUMIDOR ELECTOR
Las expresiones de Trump en donde se refiere a los inmigrantes
mexicanos que llegan a Estados Unidos como “gente con un montón de problemas
(…) [que] están trayendo drogas, el crimen, a los violadores” no son más que
viejas artimañas del miedo al cambio disfrazado de odio. Se teme a la inclusión
de una cultura fronteriza, que es en esencia diferente a la suya y que cuenta
con la suficiente fuerza de transformar a la suya de una manera irreversible. Para
bien o para mal sólo la experiencia próxima lo dirá, pero el chiste es que
cambia y eso cambia todo.
Una de las maneras más eficaces de llevar a cabo un negocio es
estar en sintonía con las necesidades del consumidor y encontrar la mejor
manera de satisfacerlas. Así pues, las declaraciones controversiales y el odio
racial canalizado por Donald Trump bien podrían resonar con esto. Si el señor
Trump en verdad se siente así con respecto a los mexicanos, permanecerá como un
enigma. Sin embargo, lo que sí se sabe es que es un excelente vendedor, capaz
de leer las necesidades del mercado de los bienes raíces, e intervenir de la
manera que le resulte más favorable. Es difícil creer que alguien tan bueno
para los negocios sea en verdad tan burdo.
La posibilidad de la correcta lectura de las necesidades del
consumidor elector puede ser el origen de la directriz de su campaña.
Convirtiéndose de esta manera en el acto más taquillero, y a Trump en el actor
de moda que una vez llegado al poder, se quitará la máscara e impondrá sus
términos y condiciones. Al final de cuentas, toda campaña es una estrategia en
donde la magnitud del consumo se ve reflejado en las urnas. En donde se espera
que el segmento de la población estadounidense que responde a este tipo de
necesidades sea una minoría.
El miedo al cambio refleja el terror que acarrea la noción de
la perdida total de lo que se tenía. En el contexto de la inserción cultural de
lo mexicano dentro de la cultura estadounidense se puede describir como un
miedo social al que no se sabe cómo defenderse debido a la proximidad de la
amenaza y a la naturaleza porosa de las fronteras que lo hacen posible. Es así
que mediante la correcta lectura de este contexto, que Trump podría haberse
transformado en el producto electoral deseado, para un segmento de la
población, y así llegar a medir la magnitud de su consumo en las urnas.
PIE:
ES DIFÍCIL CREER que alguien tan bueno para los negocios sea
en verdad tan burdo de pensamiento.