Rubén Oseguera González, alias el “Menchito”, hijo de Nemesio Oseguera Cervantes, presunto líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), fue consignado a un juez federal por delincuencia organizada y lavado de dinero.
Oseguera González, también conocido como el “Junior” fue trasladado al penal de máxima seguridad de El Altiplano, en el Estado de México, del cual se fugó hace más de un mes el capo más buscado del mundo: Joaquín Guzmán Loera, y será un juez quien determine si el ministerio público federal aportó las pruebas suficientes para dictar auto de formal prisión o es puesto en libertad.
El “Menchito”, señalado como uno de los principales operadores del CJNG, mismo que emplea técnicas de violencia extrema para eliminar a sus adversarios, fue detenido por elementos de la Defensa Nacional y de la Policía Federal en un domicilio ubicado en el municipio de Zapopan, Jalisco.
Con apenas 25 años de edad, Oseguera González, originario del estado de California, Estados Unidos, es considerado el segundo al mando de la estructura delictiva del grupo que encabeza su padre, la cual fue responsable de derribar un helicóptero del ejército mexicano en abril, en una jornada que dejó más de 17 militares muertos.
Al ser detenido junto con su cuñado,Julio Alberto Castillo Rodríguez, le fueron asegurados dos fusiles AR-15,dos fusiles de asalto AK-47 y dos armas cortas, así como cuatro granadas calibre 40 mm.
A finales de enero de 2014, Rubén Oseguera fue detenido junto con otras cuatro personas en Zapopan, Jalisco, por las fuerzas especiales de la Defensa Nacional y la Armada de México; sin embargo, fue liberado en el mes de diciembre del mismo año por falta de pruebas.
En su intento por evitar la captura del hijo de Nemesio Oseguera, por quien la Procuraduría General de la República (PGR) ofrece una recompensa de 2 millones de pesos por su captura, el 30 de enero del año pasado el grupo criminal respondió con la quema de vehículos en Jalisco.
A Jalisco Nueva Generación se le atribuyen espectaculares y violentos ataques a las fuerzas de seguridad mexicanas, como dos emboscadas en marzo y abril que dejaron 20 policías muertos en Jalisco.
En el vecino Michoacán, 42 presuntos miembros del cártel y un agente federal murieron a finales de mayo en un operativo policial.
(Con información de El Universal)