En 1991, los sudafricanos decidieron su futuro, cómo librar el posapartheidcon un ejercicio de escenarios, “Los escenarios de Mont Fleur”. Desde ese momento, Rossana Fuentes Berain pensó: “¿Por qué nosotros no?”
La historia no terminó con la caída del Muro de Berlín en 1989, como sugirió Francis Fukuyama: la escribimos día con día. Así opina la autora de México 2020, una guía para entender al país y darle click a tu futuro(editorial Temas de Hoy), el Mont Fleur mexicano.
Si bien la teoría de escenarios no es una ciencia exacta y no predice lo que va a suceder, identifica lo que podría devenir y proyecta posibles resultados, permitiéndonos pensar en el futuro de diversas maneras.
El pueblo sudafricano, con la ayuda de Adam Kahane, experto en resolución de problemas complejos, pintó cuatro escenarios: el escenario “avestruz”, un gobierno que esconde la cabeza en la arena ante el peligro, poco deseoso de enfrentarse a la realidad; el escenario “pato cojo”, un gobierno incapacitado por una transición lenta e indecisa y que no puede levantar el vuelo; “Ícaro”, un escenario en que se intenta lograr demasiadas cosas demasiado rápido, un gasto masivo que termina quemando las alas del futuro y, finalmente, “el vuelo de los flamencos”, aves que emprenden el vuelo en desorden, generando un gran alboroto y que, al cabo de un rato, forman una nube rosa, un vuelo en armonía que surca el cielo, describe Fuentes Berain.
¿Cúales son los escenarios para México? La fundadora de México Media Lab, con la publicación de una serie de escenarios rumbo al México de 2020 en el periódico Reforma, y con la coyuntura del cambio de mando en el gobierno en 1996, cambió la temática de aves a películas: Un rincón cerca del cielo, la de Pedro Infante con el mítico grito del Torito; Nosotros los pobres/Ustedes los ricos, en el que Pepe el Toro se enfrenta a su desesperada situación de ser pobre; Mentiras piadosas, la película de Arturo Ripstein en que los protagonistas no pueden vivir juntos en paz por la desconfianza que se tienen; y Los olvidados, de Luis Buñuel, muestra del cine de crueldad.
Los escenarios que pintó Rossana Fuentes están basados en modelos econométricos, una ciencia que analiza variables y estima su evolución, investigación y entrevistas amalgamadas en una narrativa para cada uno de ellos, vistos todos desde la suposición y los resultados que generaría en materia de política, seguridad, política fiscal, demografía, educación, desarrollo económico, urbanización y medioambiente, energía y, finalmente, una consideración a la política exterior.
Fuentes Berain no tuvo la capacidad en su momento de identificar la fuerza disruptiva que tendría la revolución digital, tampoco la existencia de una reforma energética, lo admite. Por ello, en el libro en que recopila los cuatro escenarios que trazó a finales del siglo pasado, agrega dos más a raíz de un quinto, el actual, titulado “Escenario 2015-Somos lo que hay”.
Comenta que son sólo dos escenarios, en lugar de cuatro, como es la norma casi establecida por los profesionales de esta herramienta para la toma de decisiones, porque a su parecer estamos echándonos un volado a águila o sol que puede caer en el México premoderno de Amores Perros, en el que la corrupción, la violencia e informalidad reinan, o en Una película de huevos, un México moderno y productivo. Ya no recurre a los modelos econométricos ni a las estadísticas, sino a las acciones de los mexicanos, como titula el escenario anterior: somos lo que hay.
“HAY MUCHOS MÁS BUENOS QUE MALOS”
Desde la silla de su escritorio en las oficinas de México Media Lab, Rossana Fuentes, en tono de reproche, dice que la delincuencia no es un asunto de ricos o pobres, sino de moral. Ve con tristeza a quienes se pasan a la delincuencia o a la corrupción; sean ricos o pobres, se sorprende de la enorme cantidad de gente honesta frente a los niveles de impunidad.
Hace falta levantarnos y darnos cuenta de que hay muchos más buenos que malos, explica. “Sí, hay un hombre que se llama Joaquín Guzmán Loera que se fuga y corrompe a México, pero están los otros 120 millones que se paran a trabajar cada día, esto es trabajo, lo otro es delincuencia.”
Con la revolución digital hay una gran oportunidad en México, comenta, lo que hace falta para lograr Una película de huevos es una asociación de empresas privadas, gobierno, academia y ciudadanos, todos con la vocación de crecer, volar en conjunto en un vuelo de flamencos. Su libro pretende demostrar que este fenómeno digital es un espacio que nos permite hacerlo.
Darle clic al futuro, eso busca que haga cada persona. Al final del libro hay un capítulo, “Tu escenario 2020”, en que invita a hacer un escenario propio, una herramienta que la escritora pasó de ver exclusiva para negocios o países a una personal. Aporta los datos para que cada quien haga y organice su árbol de decisiones, un capítulo interactivo en la plataforma del papel que, avisa, en el sitio web de México Media Lab, hará de manera digital.
En la década de 1990, la autora vivía en Estados Unidos, pero tomó la decisión de establecerse en México, “de regresar a mi país y no quedarme a trabajar ahí, donde estudié y tenía un oferta laboral atractiva”, confiesa. Lo que la llevó a volver y a quedarse fue la emoción de ver y participar en la construcción democrática de México, además de las relaciones amorosas y familiares.
Se desespera al ver la pobreza en su país y compara a México con la Ítaca del poema de Constantin Cavafis, “Ítaca me enseñó el valor de todas la Ítacas”. No obstante, admite que el peor escenario de todos los que narra sería perder la esperanza de que México puede tener un buen desenlace.
Es una migrante digital, explica al señalar la computadora portátil que tiene enfrente, le cuesta trabajo la tecnología y ha tomado cursos para adaptarse, porque cree que ahí está el futuro.
En la última película de Batman, el héroe se enfrenta al villano Bane, quien le explica que nunca lo vencerá, pues sólo adoptó la oscuridad, no nació en ella. Los “memes” no tardaron en llegar, uno en particular decía: “Tú sólo adoptaste el internet, yo nací en él, fui moldeado por él”. Finalmente, y a pesar de su impedimento, Batman vence a Bane; el hombre murciélago, quien se había vuelto sedentario y no tuvo un reto importante desde que venció al Guasón, fue encerrado en una prisión mientras su ciudad estaba sumida en crisis; Batman aceptó el reto de escapar, se preparó y venció a Bane. Regresando al “meme”, en este caso no se trata de nativos contra migrantes digitales, sino de no quedarse encerrado en la prisión, aceptar la oscuridad, esta herramienta que son las tecnologías de información y comunicación (TIC), y usarla para mejorar nuestro México.
Para Rossana Fuentes Berain, el libro no tiene conclusión. De nuevo rompe con la costumbre de esgrimir finales como lo hizo al publicar las narrativas del futuro probable en 1996. Apartarse del periodismo de declaraciones, de las “declaracionitis”, como le llama. No tiene sentido una conclusión si esta se dará de forma automática en cinco años. Al llegar a 2020 tendrá lugar la conclusión del libro, cuando hayamos tomado las decisiones que hoy por hoy se están tomando.