En los últimos años
se ha vuelto cada vez más fácil llevar una dieta sin gluten y así, lo que
iniciara como una tendencia se percibe ahora como un estilo de vida sano. Según
cálculos de NPD, firma investigadora de mercado de consumo, un tercio de los
adultos estadounidenses afirma haber decidido abstenerse del gluten para
mejorar su salud.
No obstante, adherirse
a ese estricto plan alimentario –aun cuando sea médicamente necesario- suele tener
una connotación negativa, sobre todo entre los hombres, para quienes ordenar
una hamburguesa sin pan es una forma de emasculación.
Una nueva
investigación encargada por Newburn Bakehouse, panadería sin gluten del Reino
Unido revela que muchos hombres intolerantes a dicha proteína afirman sentirse
estigmatizados por causa de sus restricciones alimentarias. El estudio halló que
36 por ciento de los británicos sensibles al gluten de los alimentos no siguen
su dieta, aun cuando una noche de cervezas con los camaradas termine en un día
pegado al retrete. Así mismo, 20 por ciento de los encuestados declaró que una
dieta sin gluten “no era [una dieta] para hombres de verdad”.
“Estamos
socialmente habituados a que las mujeres sean selectivas con lo que comen”,
señala Mary Schluckebier, directora ejecutiva de Celiac Support Association
quien, si bien no participó en la investigación, apunta que los hombres también
tienen mayor probabilidad de encontrarse en situaciones sociales donde
sacrifican la salud del intestino en aras de sus relaciones empresariales o
personales, como un almuerzo de negocios o una reunión en el bar con amigos.
En años
recientes, la comunidad médica ha empezado a aceptar que puede haber una
intolerancia al bagel en vez de una
enfermedad celíaca; es decir, algo conocido como “sensibilidad no celíaca al
gluten” o simplemente “intolerancia al gluten”. De hecho, según el más reciente
estudio del Centro para la Investigación Celíaca de la Universidad de Maryland,
casi 6 por ciento de la población estadounidense padece de cierto grado de
intolerancia al gluten.
Además, 1 por
ciento de la población de Estados Unidos tiene enfermedad celíaca, afirma la Fundación
Nacional para el Conocimiento Celíaco (NFCA, por sus siglas en inglés). Esta
enfermedad es un trastorno autoinmune grave que impide que el organismo digiera
el gluten, proteína que forma parte de diversos granos como trigo, cebada y
centeno. Ambos problemas de salud son estadísticamente más frecuentes en
mujeres que en hombres: a decir de NFCA, hasta 70 por ciento de las personas
con enfermedad celíaca son mujeres.
Sin embargo, la
causa de este desequilibrio de géneros puede ser conductual más que biológico
pues, como sucede con casi todas las enfermedades crónicas, los hombres tienen
menos probabilidades de acudir al médico, sobre todo si consideran que se trata
de una nimiedad, como un problema estomacal frecuente.
Los no celíacos
que afirman ser sensibles al gluten suelen manifestar síntomas de trastornos
gastrointestinales luego de ingerir grandes cantidades de alimentos con esa
proteína. La dieta sin gluten es médicamente necesaria para individuos con enfermedad
celíaca ya que, con el tiempo, el trastorno daña el intestino delgado y
ocasiona mala absorción de los nutrientes alimentarios. A la larga, la enfermedad
celíaca puede precipitar otros padecimientos crónicos graves que abarcan desde
deficiencia de hierro y osteoporosis hasta cáncer.
“Todo hombre con
enfermedad celíaca debe ser informado por su médico sobre la importancia de la
dieta sin gluten, pues es el único remedio para mantener su salud y evitar
problemas graves”, dice Lola O’Rourke, dietista certificada y administradora en
educación en Gluten Intolerance Group. “En términos generales, los individuos
con sensibilidad al gluten suelen mostrar menos inclinación a seguir la dieta”.