La historia detrás de esta fotografía se ha vuelto viral en
redes sociales y ya ha dado la vuelta al mundo: una pequeña niña de Siria, al
momento en que un fotógrafo quiso retratarla en su vida cotidiana, cuando vio
que la cámara le apuntaba, levantó los brazos inmediatamente en señal de
rendición al pensar que era un arma.
La fotografía fue dada a conocer por la fotoperiodista,
originaria de Gaza, Nadia Abu Shaban, quien compartió la imagen en su cuenta de
Twitter.
La profundidad de lo que el hecho revela ha causado
controversia en internet, pues a cinco años del conflicto sirio ésta es sólo
una de las consecuencias; niños que viven con miedo, con el temor de que en
cualquier momento alguien pueda apuntarles con un arma y, como única defensa,
sólo puedan levantar los brazos en señal de sumisión, de petición de paz y de
perdón.
¿Cómo es posible que niños que aún no alcanzan ni los cinco
años y ya conocen el lenguaje de la guerra?
De acuerdo con la Unicef, aproximadamente 14 millones de
niños han sido afectados por el conflicto sirio.
Crece la historia
Aunque la imagen dio la vuelta al mundo a partir de que fue
compartida por Nadia Abu Shaban, el sitio BBC acaba de publicar que la imagen
no fue tomada tan recientemente, sino en 2014 en un campo de refugiados de
Atmeh, en Siria; pero fue publicada en el diario Türkiye hasta enero de 2015.
Asimismo, el sitio indica que el autor de la imagen es el fotoperiodista turco, Osman Sagirli, quien ha trabajado durante 25 años, cubriendo
guerras y desastres naturales fuera de su país.
Sagirli contó que la pequeña había llegado al campamento,
que queda a unos 10 kilómetros de la frontera con Turquía, con su madre y dos
hermanos. Estaban a unos 150 kilómetros de su hogar en Hama.
“Estaba usando un lente con teleobjetivo y ella pensó
que era un arma”, contó a BBC.
“Me di cuenta que estaba aterrorizada después de que vi
la foto porque se mordió los labios y levantó las manos. Normalmente los niños
salen corriendo, esconden sus caras o sonríen cuando ven una cámara”.
Osman Sagirli también comentó sobre el sufrimiento de los
refugiados y las nuevas generaciones.
“Uno sabe que las personas en los campamentos están
desplazadas. Tiene más sentido ver el sufrimiento no a través de los adultos,
sino de los niños. Son ellos los que reflejan lo que se siente con su
inocencia”.