Lila Downs quiso y se dejó querer.
La noche del jueves, una de las voces más potentes de la actualidad en México -tanto por su calidad como por el mensaje de sus letras- salió al escenario del Plaza Condesa de la capital mexicana para dejar en claro por qué “Balas y chocolate” es uno de los discos más vendidos del 2015.
Y es que los versos de Lila Downs enchinan la piel de cualquier mexicano que se jacte de serlo, ya que nada pasa de largo de lo que ocurre en el país para la cantante oaxaqueña: el caso Aristegui, la violencia contra los periodistas, la (eterna) crisis económica… Ayotzinapa.
Y no solo eso, también
reivindica la parte mágica de México que, aún en la jungla de asfalto,
es capaz de evocar con esa voz de “agua-ardiente” las texturas, colores y sabores más impregnados de la cultura mexicana, desde el mezcal hasta el chocolate… pasando por la
Cumbia del mole.
Impresiona que su sencillo
Patria Madrina bien podría ser una antología sonora de lo que pasa en el país.
“Hoy me levante con el ojo pegado
ya mire el infierno, ya mire las noticias
fosas, muertos, daña madre naturaleza
ambición, poder y a mi me agarro la depre”….
La vigencia de la letra no para ahí, por el contrario, se vuelve más específica sobre un tema que tanto ha dolido a una sociedad que parece pasmada ante un gobierno que actúa de forma avasallante.
“Todos quieren tajo del petroleo Business
y a quemar la madre tierra con urgencia
para hacer más carros ara hacer más dinero
como si pudiera comprarte la felicidad”
Sin duda vale la pena incluir a Lila en los discos de cabecera, y es que sus canciones parecen hechas para llenar de energía y conciencia a las personas antes de ir al trabajo, de asistir a la marcha, de corromper o dejarse corromper, quizá en sus letras encontremos algo de lo que se ha perdido en la sociedad mexicana: amor por el país.
“Tu eres la patria de toda mi ilusión, el que no respete, le parto el corazón”, advierte la mujer que luce un colorido traje típico mexicano que en un breve intermedio -que fue aprovechado por el público para contar del 1 al 43 por los normalistas de Ayotzinapa- fue sustituido por un atuendo mezcla de tradiciones flamencas y oaxaqueñas.
“Y todo amaneció, mejor mejor”, al menos esa fue la sensación esta mañana después de un concierto con olor a copal y cempasúchil.