El próximo domingo y luego de 60 años, el MoMa inaugurará
una nueva exposición sobre la arquitectura latinoamericana, cuyo propósito es examinar
las soluciones que encontraron los arquitectos a los problemas que se
registraban en distintos países.
De acuerdo con un reportaje del diario El País, Latin
America in Construction: Architecture 1955-1980, es sucesora de la muestra realizada
en 1955, Latin American architecture since 1945, la cual, según expertos, sólo se
dedicó a explorar la diversidad o su originalidad.
“En la exposición de 1955, el MoMA intentaba controlar la
avalancha de imágenes y proyectos de revistas americanas y europeas, que
transmitía un cierto temor a que la región tropicalizara el estilo
internacional. En un contexto en el que en EE UU y Europa no se construía nada,
había una necesidad de etiquetar el fenómeno al que llamaron Modernismo
latinoamericano, pero de lo que había que hablar es de arquitectura en Latinoamérica”,
explica Patricio del Real, uno de los encargados.
Sin embargo, la nueva exposición replantea la trascendencia
de dicha arquitectura.
“Recoloca al visitante obligándole a verlo desde el sur, no
desde la perspectiva de los países del Norte”, dice Barry Bergdoll, comisario
jefe.
“El objetivo de esta exposición es corregir el hecho de que
tres másteres en Historia del Arte en EE UU no me habían enseñado nada sobre
arquitectura latinoamericana”.
A partir de eso, los encargados de la muestra realizaron una
ardua investigación que –durante cuatro años- logró recabar la obra
arquitectónica de Chile, Brasil, Perú, Cuba, México, Argentina, Uruguay,
Colombia, Venezuela, República Dominicana y Puerto Rico.
Lo interesante es ver cómo se refleja una evolución e
intención en el pensamiento de los artífices de grandes obras, como Lucio Costa
y Oscar Niemeyer.
“Los arquitectos cambian de postura”, expresa Patricio del
Real, otro encargado, “el entusiasmo sigue, pero de otra manera. Ahora (por
ejemplo) se pasa a humanizar la arquitectura, a pensar en los usuarios. Los
arquitectos están en el campo de batalla, no están mirando revistas como creían
desde Europa”.
Más de 500 proyectos originales e inéditos, que incluyen
planos, dibujos, fotografías y vídeos, además de maquetas de algunos de los
edificios más emblemáticos del periodo podrán admirarse a partir del próximo
domingo en el último piso del MoMA.