Pekín.— El primer ministro Li Keqiang hace una seña a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, antes de una reunión en el Gran Salón del Pueblo el 5 de febrero. Después del viaje, cuya intención fue aumentar los lazos económicos entre ambas naciones, Kirchner usó Twitter para reírse del acento chino, reemplazando deliberadamente las ”r” con “l” en un mensaje en el que mencionaba el arroz y el petróleo. Tras un furioso contragolpe en línea, Kirchner siguió su mensaje previo con una disculpa que decía: “Sorry. ¿Sabes qué? Es que es tanto el exceso del ridículo y el absurdo, que solo se digiere con humor. Si no, son muy, pero muy tóxicos”. La metedura de pata se produjo en un momento en que Fernández enfrenta fuertes críticas en su país sobre la misteriosa muerte del fiscal Alberto Nisman, quien había investigado el bombardeo de un centro judío en Buenos Aires ocurrido en 1994 y acusó a Fernández de encubrir a Irán.
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