En 2013 India festejó un siglo de existencia de su célebre cine, conocido popularmente como Bollywood. Las conmemoraciones dieron la vuelta al mundo y el pluricultural país reafirmó su posición como un icono de la cinematografía visualmente llamativa, festiva y exuberante.
En lo que quizá fue el homenaje más perfecto para honrar este centenario, Prahbat Verma, manager general del exitoso Taj 51 Buckingham Gates (un alojamiento de 82 suitesde lujo al pie del palacio real en Londres) decidió crear una suite especial, distinta a cualquier otra, para honrar el séptimo arte con una fuerte inspiración india.
El resultado fue majestuoso. El interiorismo de esta suite de 170 metros cuadrados estuvo a cargo del afamado diseñador Sabyasachi Mukherjee, quien logró plasmar lo suntuoso de Bollywood en cada esquina del alojamiento. La elegante tapicería Nina Campbell está detallada con flores exageradas y coloridas; el trabajo de maderería es impecable y los acentos decorativos salpican los cuartos de verde vibrante, marrón y color marfil. Los tapetes, cojines y cortinas estampados le dan un aire asiático, mientras que las antigüedades que lo amueblan (auténticas halladas en las calles de Londres) recuerdan sin duda a la estética europea. No hay un solo rincón desperdiciado, y ninguna pared carece de decoración. Todo esto hace del espacio el ideal para abrazar su punto focal: una imponente pantalla de 85 pulgadas, en 3D, de alta definición y con sistema de sonido surround Steinway Lyngdorf, en el centro de la sala de estar.
El séptimo arte es el corazón absoluto de esta suite, tan moderna como antigua, inacabable como el cine mismo. Rodeada de arte con excesivos marcos color oro, en las paredes nos observan, a manera de celebración leyendas de la historia de la cinematografía: Marilyn Monroe, El Padrino, Casablanca, Marlene Dietrich, Alfred Hitchcock y la lista se despliega por toda la suite. Por si esto fuera poco, bajo la pantalla gigante está una interminable colección de películas de donde escoger, cualquier título que salte a la mente se encuentra ahí, porque no podría llamarse Cinema Suite sin joyas del cine que disfrutar.
Este alojamiento exclusivo de dos recámaras, sala, comedor, dos baños y medio, cocina, estudio y estancia podrá parecer un exceso, tanto en decoración como en tamaño, para quien no guste de lo barroco, pero la experiencia vale la pena en su totalidad porque solo con ese derroche de elegancia es que uno se transporta de inmediato a un paraíso solo imaginable en las películas. Y entonces la suite cumple y supera su razón de ser: una verdadera oda al cine universal.