Un año se va y otro aparece, y cada año es más
parecido a lo que solemos ver en las películas. Las casas se vuelven
inteligentes y los libros extraordinariamente digitales y Siri un poco más sexi.
Nuestro brazo y muñeca pueden portar médicos, entrenadores, mensajeros y
asistentes; hacemos infinidad de pagos electrónicos y los delitos se trasladan
a lo virtual. El ancho de banda permitirá comidas vía Skype y que las fiestas
se celebren dentro de Facebook y la comodidad de la casa.
Todo se simplifica y tiende a mejorar.
Acortar distancias, responder correos y sacar pendientes en cualquier momento y
en cualquier lugar; motivarnos a hacer ejercicio y realizar compras en la red son
solo algunos de los atajos que nos brinda la tecnología. Pero hay que tener
cuidado en no volver de estos atajos una necesidad.
Crear, aplicar y utilizar la tecnología
corresponde a una responsabilidad social y, sobre todo, natural. A través de
los años se ha demostrado que los seres humanos somos demasiado vulnerables a
la tecnología y a la capacidad de esta para alertarnos y complementarnos en
detalles que jamás habíamos imaginado.
Luciano Floridi, filósofo italiano, en su
libro “La cuarta revolución: cómo la infoesfera está remodelando la
realidad humana”, comenta que estamos pasando de ser seres relacionados
con la información a seres dependientes de la tecnología de la información y
comunicación.
Ha llegado a proponer la necesidad de que la
filosofía desarrolle un marco intelectual correcto para ayudarnos a darle
significado y entender nuestra nueva situación. “Necesitamos una filosofía
de la información como la filosofía de nuestra época para nuestra época”,
opina.
No se trata de descartar a la tecnología, al
contrario, hay que utilizarla, acoplarla y aceptarla para lo que se ha creado.
Una meta para el 2015 sería utilizar la tecnología de una forma asertiva y
productiva, sacarle el mayor jugo sin volvernos un extracto de esta.
Las tendencias e innovación móviles seguirán
sorprendiendo, los teléfonos aumentarán en tamaño y capacidades hasta empatar y
sustituir a las tabletas. Cambiar un buen reloj automático por un pulsera
inteligente está a la vuelta de la esquina así como olvidar leer las manecillas
del reloj. Vestimenta de otro mundo visitará las pasarelas y nos vestirá
electrónica e inteligentemente.
Hablar e interactuar con nuestros
dispositivos es algo ya común y, la mayoría de las veces, recibimos muy buenas y
útiles respuestas. En los automóviles continuaremos portando una extensión de
nuestros teléfonos inteligentes con comandos de voz, autoaprendizaje propio,
música en “stream” y aplicaciones para escapar del tránsito, que nos sumergirán
completamente en nuestros dispositivos y nos desprenderán del ambiente vial.
La inteligencia en casas crecerá a pasos
agigantados en América Latina, con tecnología en busca de una vivienda
sustentable y que se adapte a nuestras distintas formas de vivir y actuar.
Desde manejar una residencia con el teléfono hasta un cerebro programado que
entienda la vida que llevamos y, con base en esto, nos prepare la bañera, cree
ambientes de entretenimiento, conozca nuestras sensaciones corporales y hasta
nuestros placeres culpables. Dispositivos automáticos para colaborar en cuanto
al ahorro de gas, agua y luz serán una de las innovaciones medulares para
derivar en una tecnología autosustentable en las grandes ciudades.
“Queremos darle cierto estilo a la vida de
cada persona, aportándole grandes amenidades y mayor confort para que puedan
disfrutar al máximo de sus casas y sus gustos con sus seres queridos, cuidando
que no queden aislados del mundo que los rodea”, comenta Rafael Mutio de
Tomcat México, una empresa dedicada a la automatización de casas.
La seguridad y el nivel de vida residencial
se incrementarán y, en este sentido, la tecnología será el bastión innovativo.
“La domótica y la tecnología seguirán creciendo, buscar un equilibrio es
el punto perfecto para gozar de un nivel de vida con calidad y, sobre todo, seguridad”,
apunta Rafael Mutio.
Drones, esos aviones no tripulados, lucharán
por hacerse de un lugar en el espacio aéreo de las principales ciudades, no
solamente como medio de cuidado ciudadano, sino como herramientas de entrega a
domicilio, juguetes voladores y cámaras en movimiento. GoPro piensa lanzar un
dron con cámara integrada. La regulación en estos será un tema primordial para
los gobiernos.
El software, la música y las películas
dejarán de distribuirse en CD, los videocentros seguirán sucumbiendo y las
plataformas de streaming continuarán creciendo en contenidos y presencia.
Startups lograrán que las empresas por fin
den una mayor libertad a sus empleados con aplicaciones y servicios en la nube
con un flujo más seguro y rápido de la información para mejorar las conexiones
remotas y la comunicación corporativa.
La velocidad de transferencia en la red será
primordial y las investigaciones para duplicar, triplicar e intensificar las
señales tenderán a persistir en búsqueda de medios capaces de mejorar el ancho
de banda.
Los gobiernos y entidades de seguridad no se
olvidarán de vigilar y cuidar todos los nuevos avances con el objetivo de
mantener un equilibrio conveniente para ellos. Habrá un sinnúmero de
inversiones para detener la piratería, los delitos virtuales y, sobre todo, a
las oposiciones que presenten un peligro para los poderes.
En 2014 contemplamos cómo Latinoamérica se
abrió a pasos agigantados en el desarrollo de tecnología e innovación , lo que
pone sobre la mesa del año venidero metas y objetivos claros para seguir
acumulando éxitos, no solo en el consumo, sino en el desarrollo e ingeniería.
Otorgar beneficios a las comunidades más
necesitadas y crecimiento de estas con base a la tecnología sería más que
interesante para demostrar que la innovación tecnológica es solamente un punto
de apoyo para vivir humanamente.