Si las ligas tienen éxito como espectáculo deportivo, más ojos las observarán.
Estamos en una era donde la información fluye vertiginosa, imparable. El deporte se ha vuelto una industria cada vez más llamativa.
No es solo por el mundial de la FIFA celebrado este año, es por el escándalo alrededor de la NFL, con la ola de críticas sobre el golpe en video del ahora excorredor de los Ravens de Baltimore, a su entonces prometida, Janae Palmer.
Si los investigadores entregaron una copia genuina de tal video antes, tanto a la Oficina del Comisionado de la NFL, como a la oficina de los Ravens de Baltimore, eso está dejando en mala posición a Roger Goodell, comisionado del más importante espectáculo deportivo del mundo, con los 32 equipos más potentes del orbe, dentro de cualquier “Top 50” serio.
Envueltos en la polémica de si se firma por demasiado dinero a los jóvenes elegidos para la firma mediante el famoso draft, quienes vienen de un sistema de la NCAA cuestionado en su rigor académico…
Sumémosle el origen socioeconómico, en ocasiones con antecedentes incluso penales; la problemática de si las contusiones los están volviendo violentos, dentro de un ambiente verbal y físicamente hostil en vestidores o campos de entrenamiento.
Hay una lógica: si la liga, como espectáculo deportivo, tiene éxito, más ojos observan. Esa situación implica más atención por parte de una prensa, y no podemos asegurar su valoración ética en sus procedimientos.
Así, se debate hoy si la prensa está haciendo tanto ruido para el caso Ray Rice, que su familia puede ser “dañada colateralmente” si tomamos en cuenta las declaraciones de su ahora esposa, Janae Palmer.
Lo mismo está debatiéndose fuertemente con la invasión a la privacidad de bellas actrices, pero vino el caso de una deportista famosa.
Lo de Hope Solo se pinta aparte. Acusada de violencia familiar hacia su hermana y su sobrina, no le fueron retirados los patrocinios, situación que ha sucedido prácticamente en cada caso reciente en varones.
Peor aún, a Solo no la sentaron para los juegos de la poderosa selección de fútbol de los Estados Unidos, permitiéndole lograr una histórica marca de 72 encuentros sin recibir anotación.
Es entonces que se “filtran” unas fotografías de ella sin ropa, para que el debate cambie, y de cuestionada cambie a víctima.
Igualmente, quienes han osado criticar a Derek Jeter, capitán de los Yankees de Nueva York ahora en el retiro, han sido fuertemente asediados en las redes sociales.
Keith Olbermann, en ESPN, puso muy buen sustento a sus observaciones sobre Jeter. Chris Carlin en SNY (SportsNet New York) quizás no pudo ser tan claro por la presencia del anfitrión, pero también puso muy buenos puntos sobre el no tanto predominio del “Capitán América”.
Es más fuerte la percepción y el embate de los aficionados, quienes de inmediato claman renuncias, insultan.
Los medios marcan tendencias, pero, ¿conocen todas las regulaciones del mismo deporte o las disposiciones legales aplicables?
Es donde se detecta el riesgo en un coctel que incluye: carretadas de capital, deporte a tope de nivel, percepción desviada desde un público ávido de noticias.
Alejandro Aguerrebere es columnista especializado en deportes. Colabora en varios periódicos y programas de radio y televisión tanto nacionales como internacionales. @Alejou