No debe pensarse que la constitución de un cártel de cárteles es una muestra de debilidad del crimen organizado.
En junio pasado, en Piedras Negras, Coahuila, tuvo lugar una narcocumbre a la que asistieron líderes y representantes de cinco de las organizaciones criminales más poderosas del país. El objetivo: establecer una alianza y constituir un megacártel.
De acuerdo con datos de inteligencia de México y Estados Unidos, al encuentro acudieron Nemesio Oseguera Cervantes, alias el ‘Mencho’, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación; Vicente Carrillo Fuentes, el ‘Viceroy’, del Cártel de Juárez; y Omar Treviño Morales, el ‘Z40’, por parte de Los Zetas. Héctor Beltrán Leyva no estuvo, pero envió a un representante: Fausto Isidro Meza Flores, el ‘Chapo Isidro’.
Debido a las diversas actividades delictivas en las que se especializa cada uno de esos grupos, ese cártel de cárteles controlaría la importación y exportación de cocaína, la fabricación de drogas sintéticas, el narcomenudeo, el robo de combustibles y vehículos, la extorsión, el secuestro, el tráfico de personas, de animales en peligro de extinción, de maderas finas y piedras preciosas, la piratería y el cobro de piso.
En conjunto, tendrían presencia en una veintena de estados, entre ellos, Sonora, Sinaloa, Durango, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Zacatecas, Estado de México, Hidalgo, Veracruz y Jalisco.
Las fuentes que revelaron la información aseguraron que esto es muestra del “debilitamiento” que han sufrido por la captura o abatimiento de sus líderes y de que las acciones del gobierno federal han limitado su margen de acción.
Sin embargo, la noticia no deja de ser altamente preocupante si se toma en cuenta que, pese a los golpes a su estructura, estos cárteles han reorganizado su mando o, en el peor de los casos, se han fracturado en múltiples células, lo que ha hecho más difícil su identificación, persecución y destrucción.
La multiplicación de los cárteles
La Procuraduría General de la República (PGR) reveló que la “guerra contra el crimen organizado” de Felipe Calderón, lejos de exterminarlos, generó 80 nuevos cárteles, además de que los más fuertes se consolidaron como “empresas” y expandieron su presencia a unos 50 países.
Según el informe “Células delictivas con presencia en el país”, elaborado por la dependencia en marzo de 2013, en el país operan 88 organizaciones criminales dedicadas al tráfico ilegal de estupefacientes, cuyas ganancias anuales se estiman en 468 000 millones de pesos.
De ellas, ocho son consideradas como “grandes organizaciones del narcotráfico”: Los Zetas, el Cártel de Sinaloa, los Arellano Félix, La Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios, el Nuevo Cártel de Juárez, el Cártel de la Barbie y el Cártel de los Beltrán Leyva.
Dos hechos llaman la atención. El primero: el debilitamiento del Cártel del Golfo producto de la captura de quien sería su último líder, Eduardo Costilla Sánchez, el ‘Coss’, ocurrida el 12 de septiembre de 2012.
Sin embargo, esta información debe ser tomada con reserva, pues el estudio “Mexico’s Drug Trafficking Organizations: Source and Scope of the Violence”, del Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos, señala que sus áreas de influencia todavía pueden ubicarse en Reynosa, Matamoros, Tampico, Veracruz y Villahermosa.
El otro aspecto destacable es el surgimiento y rápido ascenso del Cártel de la Barbie, no obstante que Édgar Valdez Villarreal fue detenido el 30 de agosto de 2010. De hecho, de esas ocho grandes organizaciones del narcotráfico, esta es la que cuenta con más grupos afines: 23.
Le sigue el Cártel de los Beltrán Leyva con 19; la de los Arellano Félix, con 14; el Cártel del Pacífico, con 12; La Familia Michoacana, con cinco; Los Zetas, con tres; y Los Caballeros Templarios y el Nuevo Cártel de Juárez, con dos, respectivamente.
El documento de la PGR advierte que una revisión simplemente numérica es incompleta, pues se debe tener en cuenta el poder de esos apéndices. Por ejemplo, el Cártel de Sinaloa es el que tiene a las organizaciones satélites más relevantes.
El informe de la PGR revela que los 80 nuevos cárteles surgidos en el pasado sexenio se ubican en 24 entidades, incluido el Distrito Federal. Aunque la mayoría se localizan en el norte y el centro del país, son cuatro los estados que concentran al 85 por ciento de los cárteles medianos y pequeños, células y pandillas: Guerrero, Morelos, Baja California y el Estado de México.
Estos datos hacen evidente que, lejos de recuperar territorios y acotar a los grupos criminales, como se propuso Calderón Hinojosa, estos han encontrado sus propias formas de expandirse a través del reclutamiento de la delincuencia semiorganizada, o a través del establecimiento de alianzas como la que hoy se gesta.
De hecho, no ha sido el primer ni el único ensayo de esta naturaleza. Las autoridades judiciales tienen registros de acercamientos, alianzas coyunturales y pactos de no agresión entre Los Zetas y los Beltrán Leyva, desde 2007.
La PGR tiene constancia de que, en ese año, Sergio Villarreal, alias el ‘Grande’, a nombre de los Beltrán Leyva, y Heriberto Lazcano, el ‘Lazca’, entonces líder de Los Zetas, pactaron acciones conjuntas.
Los retos
En su Segundo Informe de Gobierno, el presidente Enrique Peña Nieto presumió la captura o abatimiento de 84 de los 122 objetivos prioritarios de la delincuencia organizada.
Entre quienes se encuentran prófugos están Ismael el ‘Mayo’ Zambada, quien subió al mando del Cártel de Sinaloa tras el arresto de Joaquín el ‘Chapo’ Guzmán; Juan José Esparragoza Moreno, el ‘Azul’, otro de los principales cabecillas de esta organización; y Juan Pablo Ledezma, segundo al mando del Cártel de Juárez.
Además de Fernando Sánchez Arellano, actual líder del Cártel de los hermanos Arellano Félix; Servando Gómez Martínez, la ‘Tuta’, quien encabeza a Los Caballeros Templarios; Maxiley Barahona, el ’19’, de Los Zetas; y Sergio Ricardo Basurto Peña, el ‘Grande’, del Cártel del Golfo.
De ahí que no se debe asumir una actitud triunfalista ni pensar que la constitución de este megacártel es una muestra de debilidad. Los retos para devolver la tranquilidad y reconstruir el tejido social son muchos y pasan por el combate a la impunidad y por poner freno a la corrupción. Tareas nada fáciles.
Hannia Novell es periodista y conductora del noticiario de la televisión mexicana Proyecto 40. Twitter: @HanniaNovell