México, Colombia, Perú y Chile ejemplifican la capacidad de crecimiento de una buena parte de América Latina.
La Alianza del Pacífico constituye un esfuerzo muy interesante para la integración e impulso mancomunado de México, Colombia, Perú y Chile, cuatro economías que ejemplifican con creces el potencial de crecimiento de una buena parte de América Latina, de esa que con políticas públicas inteligentes se inserta con éxito en las oportunidades que ofrece la realidad global de hoy.
Si bien Latinoamérica ya no es la zona de las catástrofes financieras generalizadas y crisis recurrentes, los países siguen teniendo grandes retos por resolver, como la desigualdad que es común y el mayor de todos. Y precisamente por ello cobra jerarquía este vínculo de naciones, porque coadyuvan al tema vía el fortalecimiento de los mercados internos y la microeconomía regional.
Los cuatro países juntos representan la octava economía del orbe, la séptima en potencial de exportación, y reúnen 212 millones de consumidores con un PIB per cápita de 10 000 dólares anuales promedio. En captación de inversión extranjera, conjuntan 84 300 millones de dólares por año, una cifra muy interesante para los millones de pequeñas y medianas empresas (Pymes) que nacen y operan en sus economías.
Las cifras amplían el Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), rebasan al Mercado Común del Sur (MERCOSUR) e instauran una alternativa más equilibrada que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) u otros tratados entre países que no comparten necesidades y objetivos. En la medida en que avance la integración económica del bloque, podrían adherirse otros países, como Panamá o Costa Rica, y también se lograría ubicar como referente de articulación política para América Latina.
La unificación y los números lucen oportunos para las Pymes, pues son las empresas que predominan en estos países y que requieren de mercados amplios para poder consolidarse. Las Pymes son empresas que sufren para subsistir. Las causas son comunes en la región: baja productividad y capacitación, informalidad, escaso financiamiento y nulo acceso a mercados.
Es un círculo vicioso que las condena a fenecer en sus primeros años de vida, son ínfimas las que sobreviven al primer lustro; ello frena el crecimiento económico de los emprendedores y la expansión de fuentes de empleo, pero también el desarrollo de los mercados internos de las naciones, pues difícilmente se alcanzan cadenas productivas de largo aliento. No se produce mayor valía.
Por eso es tan importante conjuntar mercados y regulación en materias comercial y financiera, para ampliar el espectro de apoyo a sus carencias e integrar cadenas de valor que ayuden a que las cifras de inversión foránea y estabilidad macroeconómica trasciendan de los noticiarios y lleguen a la microeconomía, al mercado interno, a las Pymes, al bolsillo de los ciudadanos.
He escrito que Latinoamérica enfrenta una paradoja de la globalización, donde el anémico crecimiento económico global obliga a cimentar el desarrollo en los mercados internos de cada país. Pues bien, la Alianza del Pacífico es un claro ejemplo donde el regionalismo puede ser factor de éxito para que países similares apoyen a sus empresas compartiendo oportunidades.
Considero que el proyecto debe priorizar el fortalecimiento de los gobiernos corporativos de las empresas Pyme, lo que desembocaría en acceso a financiamiento de mejor calidad y, por ende, en que los negocios tengan herramientas para construir valor y atender un mercado creciente. El beneficio sería tripartita: emprendedores, empleados y país, un ciclo microeconómico favorable.
Si la región logra alcanzar un PIB per cápita de 13 000 o 14 000 dólares promedio, entonces se podrá pensar en tasas de crecimiento anual de 6 o 7 por ciento, justo lo que hoy se razona necesario. Y bueno, claro que se puede, pero los mercados internos son la clave, ojalá que prospere el esfuerzo.
Amable lector, recuerde que aquí le proporcionamos una alternativa de análisis, pero extraer el valor agregado le corresponde a usted.
Óscar Armando Herrera Ponce es administrador financiero y maestro en Impuestos y en Educación. Ejerce como profesor de Finanzas en posgrado y columnista para diversos medios. @oscar_ahp