En México, unos 20 000 menores son víctimas de abuso sexual cada año.
En México existe un problema que no está siendo debidamente atendido, pero que ocasiona daños irreversibles en los niños del país: el abuso sexual infantil.
Se estima que en México, cada hora, dos niños son abusados sexualmente. El Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) reporta que se denuncian dos nuevos casos de abuso infantil cada día, mientras que el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) informa que 150 millones de niñas y 73 millones de niños son víctimas de algún tipo de abuso sexual al año; de estos casos, 20 000 ocurren en territorio mexicano.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reporta que el 20 por ciento de las mujeres y el 10 por ciento de los hombres a nivel mundial manifiestan haber sido víctimas de abuso sexual por lo menos una vez en su vida y que, en la mayoría de los casos, no denunciaron por miedo, culpa, vergüenza o falta de apoyo familiar.
Por si esto fuera poco, hoy México ocupa el primer lugar en difusión y explotación de pornografía infantil vía internet, en violencia física y abuso sexual a menores de edad, y 85 000 niños son utilizados para la producción de este tipo de material. Tan solo en 2013 se detectaron 12 300 cuentas personales de internet desde donde se difundió material con contenido sexual y pornografía de niños en la red.
De acuerdo con la Interpol, en México existen 300 000 sitios en línea dedicados a la pornografía infantil; según su investigación, a un pederasta le toma entre 10 y 15 minutos convencer a un menor de edad para quitarse la ropa frente a una cámara, que el domingo es el día de mayor operación de un pedófilo y que agosto es el mes de mayor conexión en un horario de entre las 15:00 y 18:00 horas.
El problema es muy grave si consideramos que cada día los niños pasan entre tres y cuatro horas frente a una computadora sin supervisión, como consecuencia, cuatro de cada 10 menores son enganchados a través de las redes sociales. La población más vulnerable actualmente son los niños entre los seis y 12 años de edad.
México es hoy el blanco perfecto para pederastas y bandas de pornografía, quienes actúan con la confianza de tener de su lado la falta de una legislación adecuada y la ausencia de penas severas para quienes comenten estos delitos porque, a pesar de que el problema va en aumento, las leyes mexicanas cambian de un estado a otro, a tal grado que en ocasiones no se castiga el hecho de utilizar a un menor en material pornográfico o manteniendo relaciones sexuales bajo el criterio de “no violación”.
Paradójicamente, lejos del mundo virtual, las estadísticas han demostrado que es en casa donde ocurre el mayor número de casos de abuso sexual infantil, el 80 por ciento de ellos perpetrados por el padre o un familiar de primer grado, seguidos del abuelo, tío, vecino, conocido de la familia e incluso el hermano mayor.
A pesar de las alarmantes estadísticas, en México solo existe una fundación dedicada a la prevención del abuso sexual infantil. Trabaja desde hace cinco años en nuestro país y se llama Asexoria (www.asexoria.net y @asexoria en Twitter).
Está comprobado que un menor que sufre maltrato o abuso y que no es atendido a tiempo, tiende a repetir los patrones y consecuencias del abuso infantil que padeció, presentando en su vida adulta trastornos psicológicos y emocionales que afectan la salud de la sociedad.
El problema está ahí. No querer verlo puede significar que 20 000 niños mexicanos sigan siendo abusados sexualmente cada año.
Pablo Reinah es periodista, premio nacional de periodismo 2001. Actualmente colabora en UNO TV como reportero y conductor. Twitter: @PabloReinah