Un extraño estigma ronda la conducta del gobernador del Estado de México.
Eruviel Ávila Villegas podría ser un gobernador “metalero”, pues confiesa que le gustan Guns N’ Roses: “I used to love her”, “November Rain”, y Kiss: “Charisma”, por ejemplo.
Y la verdad trata de disculparse al anunciar la suspensión del llamado festival Hell & Heaven Metal Fest 2014, programado para este fin de semana en el municipio de Texcoco, en el marco de la Feria del Caballo.
Pero a miles de jóvenes que habían programado incluso acampar en ese lugar no les convence el argumento de falta de seguridad que ofreció el oriundo de Ecatepec para justificar su negativa de que se lleven a cabo los conciertos, en donde se tenían programadas las presencias de Kiss, Guns N’ Roses, Twisted Sister, Rob Zombie, Korn, P.O.D., Opeth y Trivium.
“Una verdadera locura la determinación de Eruviel Ávila Villegas, un atentado a la integridad intelectual de miles de jóvenes, lo rechazamos, lo reprobamos, no comulga con la juventud…”, es lo menos que se puede leer en algunas redes sociales en lo referente a la intención de cancelar lo que han llamado “el nuevo Avándaro”, memorando el histórico concierto de la década de 1970, el cual dio la vuelta al mundo no obstante la ausencia, en aquellas fechas, de herramientas de comunicación como internet.
“Le da miedo a Eruviel la concentración de jóvenes de pensamiento libre, pues no hace lo mismo con las tocadas de Los Tigres del Norte”, se difunden en otras voces juveniles que se autocalifican como “metaleros pensantes” con capacidad de crítica hacia el gobierno, dicen.
Y es que la programación es exquisita para aquellos que gustan del metal como a Eruviel Ávila Villegas.
En el escenario de Texcoco las luces y sonidos ya se imaginan entremezcladas con los gritos ¡amooor, perdóóón, me vale madre, presta para andar iguales y el clásico mátame por que me muero…
O bien, el grito de “I wanna Rock N Roll All Night!” de Kiss al mando de uno de sus vocalistas, Tommy Thayer.
Lo cierto es que el buró encargado de la imagen del gobernador Eruviel Ávila Villegas, un ciudadano de Ecatepec, Estado de México, región metalera en una parte de su población joven, y quien en su campaña se autoidentificó como vidriero, oficio que le sirvió para progresar en la vida, tendrá que aplicar esfuerzos extraordinarios para recomponer el posible estigma que marcaría sus más de dos años al frente del Ejecutivo mexiquense al tratar de aniquilar este evento, el cual, al cierre de esta edición, se discutía su cancelación.
No es la primera vez que Eruviel Ávila Villegas emprende medidas que incomodan a ciertos sectores medulares de la región mexiquense más transparente del priismo nacional por darle a sus actitudes una connotación partidista.
Inquietó, al iniciar el año, a las bailarinas exóticas y a sus patrones:
“Si me encuero o enseño mi cuerpo no es delito en virtud de que lo hago en un recinto privado y nadie me obliga…”, expresa Azul, nombre que utiliza una mujer de unos 27 años de edad de oficio “bailarina” de un centro nocturno del Paseo Tollocan, ubicado a un costado de la carretera México-Toluca.
“Sr. gobernador, déjenos trabajar”, rezan también varias mantas colocadas en algunas fachadas de los “restaurantes-bar” de la avenida Alfredo del Mazo, en la periferia de Toluca, los cuales han sido amonestados so pretexto de evitar la trata de blancas.
Las consecuencias, afirma Ramón, uno de los dueños de los llamados tugurios, es el desempleo de decenas de bailarinas, meseras, galopines, meseros, guardias de seguridad, taxistas, taqueros, pordioseros y hasta boleros.
“No somos delincuentes…”, reiteran en las mantas de protesta los encargados y trabajadores de los night club’s en casi toda la mayoría de los municipios mexiquenses donde operan.
Pero no solo eso, una mayoría de maestros federales y estatales del Estado de México están espantados también.
Y es que Eruviel Ávila Villegas habría enviado al congreso local una iniciativa de ley, que de inmediato retiró ante la indignación de los mentores y otros sectores de la opinión pública, en donde se proponía cárcel para los trabajadores de la educación que protestaran por las calles en razón de hacer uso de su derecho a manifestarse.
Intención que de una u otra forma despertó la indignación en una parte de los mexiquenses, el rechazo casi contundente, y a la vez animó ciertas incomodidades a algunos analistas sobre el perfil que encapsula el gobernador del Estado de México.
Es decir: un estigma ronda la conducta del gobernante, que si bien vela por la seguridad de jóvenes, mujeres y maestros, pareciera que su sana intención requiere de un reacomodo en sus tácticas y estrategias, pues suspender el Metal Fest de última hora, atentar contra las fuentes de trabajo de mujeres bailarinas exóticas, además de intimidar a miles de maestros con llevarlos a prisión por ejercer su derecho de manifestación no es buen augurio para un político que reconoce que le gusta Guns N’ Roses: “I used to love her” y “Novemeber Rail”.
Tomás Flores Rosales, analista y maestro en Periodismo Político, es director general del diario 8 Columnas. Twitter: @TomasFloresR10