
LA HISTORIA DE LA MEDICINA ESTÁ HECHA DE PRESENCIAS: el médico con su maletín de cuero y estetoscopio al cuello como promesa de alivio. Sin embargo, hay momentos cuando la vida se cifra en minutos y el juicio clínico debe operar antes que el bisturí.
Tiempo y espacio para quienes no pueden acceder a servicios de salud esenciales. La Organización Mundial de la Salud estima en esas condiciones hasta al 30 por ciento de la población mundial.
Es entonces cuando la Telemedicina revela una poderosa oportunidad de hacer la diferencia. En la Ciudad de México, esta área operada desde el Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5), fue certificado en su operación por la Secretaría de Salud federal.
Se convierte en el primer Centro de Emergencias del país acreditado y define una arquitectura clínica desde la cual se reconfigura la relación entre cuerpo, tiempo y decisión médica.
La atención prehospitalaria se reconoce aquí como un puente entre el síntoma y el hospital, con un espacio autónomo de juicio clínico. Treinta médicos operativos, disponibles los 365 días del año, atienden más de 3 mil 200 llamadas semanales.
Su intervención escucha, valora, clasifica y decide. Gracias al triage remoto y a la aplicación rigurosa de 33 procedimientos validados por la Dirección General de Modernización del Sector Salud, el 21 por ciento de las emergencias canalizadas desde el 9-1-1 no requirió el desplazamiento de unidades prehospitalarias.
Los protocolos aplicados para casos de paro cardiorrespiratorio, convulsiones, crisis hipertensivas, traumatismos y alteraciones del estado mental dan paso a una forma de hacer medicina pública que actúa con conocimiento incluso antes del contacto físico.
El dictamen legitima el modelo impulsado por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, al facultar al C5 para elaborar manuales, dirigir procesos formativos y delinear estrategias que eventualmente darán forma a la política nacional en Telemedicina de emergencia.
Existe precedentes internacionales de esta metodología. Países como Estados Unidos han explorado caminos semejantes con el programa ETHAN, que ha logrado evitar traslados en el 90 por ciento de los casos de baja urgencia.
La evidencia converge: la inteligencia médica remota, cuando se formaliza, reduce traslados innecesarios, acelera decisiones críticas y reconfigura la arquitectura sanitaria.
El C5 también responde a múltiples canales ciudadanos —el 911, el *765 SOS Mujeres, el 089 o la línea antiextorsión— con una estructura médica autónoma. Convierte la inmediatez en criterio, y la emergencia, en un hecho clínico sujeto a método. N
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Salvador Guerrero Chiprés es doctor en Teoría Política por la Universidad de Essex, Inglaterra, y coordinador general del Centro de Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) de la Ciudad de México. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.
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