
Rocío Gómez pasó una hora explorando los canales de Copenhague en barco sin gastar un solo céntimo. La turista mexicana recogió residuos flotantes y aprovechó una iniciativa de verano en la capital danesa, que premia las acciones ecológicas.
Durante el recorrido en una lancha rápida eléctrica —que normalmente cuesta 80 euros por hora— Rocío colaboró en la limpieza del puerto de la ciudad.
“Haces algo bueno y, al mismo tiempo, disfrutas el momento”, comentó en entrevista con la agencia AFP.
Con poco más de 30 años y dedicada al desarrollo sostenible, planea participar en otras actividades del programa durante su estancia. Lanzado a mediados de junio y con una duración prevista de nueve semanas, el proyecto “CopenPay” propone a turistas y habitantes un centenar de recompensas como un café, una bollería y un concierto por una hora de recoger de basura. Además de una comida a precio reducido a cambio de jardinería o una visita guiada gratuita si la estadía supera los tres días.
“Cuatro de cada cinco personas quieren hacer una buena acción, pero solo una lo hace. Por eso nos preguntamos cómo reducir esa brecha e incentivar a más personas a hacer algo bueno por el medioambiente”, explicó Rikke Holm Petersen, directora de comunicación de Wonderful Copenhagen, la oficina de turismo local.
El año pasado el programa piloto de esta iniciativa sedujo a 75,000 personas. En 2025 Wonderful Copenhagen apuesta atraer “al doble o incluso más”. El número de instituciones y empresas participantes se multiplicó por cuatro, sin recibir ningún tipo de compensación económica a cambio.
La oferta del organizador de paseos en los canales GoBoat es limitada y lo mismo sucede con otras propuestas. “Unas 60 personas pueden venir todos los martes y jueves a la mañana tras inscribirse en nuestra página web”, precisó Isabel Smith.
Esta bióloga marina se encarga de analizar los residuos recogidos por los usuarios de CopenPay, que suelen recuperar dos kilos por barco y, especialmente, plásticos. “Esto nos ayuda a entender mejor las investigaciones actuales sobre la contaminación plástica en el puerto y a localizar donde se concentra esta contaminación”, señaló.
La propuesta convence a los adeptos. “Cuando uno viaja a distintos lados busca vivir experiencias diferentes y esto me pareció bastante increíble”, afirmó Rocío Gómez. “Al principio todo estaba bastante limpio, incluso demasiado, pero después encontramos algunos lugares que estaban bastante sucios y empezamos a recoger entonces toda la basura con una red de pesca“, relató.
La turista mexicana compartió el paseo con Marta Reschiglian, una estudiante italiana, y sus amigos del programa de intercambio europeo Erasmus.
“Como somos estudiantes y a veces tenemos un presupuesto muy ajustado, es realmente agradable poder hacer estas cosas: combinar un comportamiento sostenible y respetuoso con el medioambiente con una forma de conseguir cosas gratis”, dijo Marta.
Para ella, “muchas ciudades deberían comenzar a adoptar este tipo de iniciativas. Observamos en todo el mundo que el turismo de masas plantea numerosos problemas. Es un buen ejemplo”.
El proyecto podría inspirar a otros destinos más allá de las fronteras danesas. “Hemos iniciado una discusión completamente nueva o una agenda mundial sobre el impacto de los viajes, lo que es realmente importante”, estimó la responsable de Wonderful Copenhagen.
En la capital danesa la iniciativa también podría volverse más duradera, con una versión de invierno. Unos cuatro millones de turistas visitan Copenhague cada año y la mayoría viene en verano. N
(Con información de AFP)