La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos informó que había encontrado a un niño de seis años en el desierto de Arizona, donde un traficante lo abandonó el martes por la noche.
Originario de Costa Rica, fue descubierto por la Patrulla Fronteriza al oeste de Lukeville, Arizona, minúsculo cruce fronterizo localizado justo al norte de México. La dependencia agregó que, en aquel momento, la temperatura exterior era de 38 grados centígrados.
En un boletín de prensa, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), explicó que el niño fue abandonado sin alimentos ni agua, pero que se encontraba en buenas condiciones, por lo que fue conducido a Tucson, Arizona para procesarlo. El menor trataba de reunirse con su madre.
“Este incidente resalta los peligros que enfrentan los inmigrantes a manos de los traficantes. Los niños, en particular, son en extremo vulnerables, no solo a la explotación sino también a los elementos del medio ambiente”, declaró la dependencia. “El desierto de Arizona es un lugar inhóspito para quienes no están preparados para su terreno apartado y riguroso, y su clima imprevisible”.
La dependencia no respondió de inmediato a las solicitudes de Newsweek para obtener información adicional sobre el estado del niño, cuya identidad no se ha divulgado hasta ahora.
CBP se ha visto atrapada en el fuego cruzado de la controversia nacional sobre las políticas de inmigración. Antes de asumir el cargo, el presidente Donald Trump manifestó que deseaba una frontera más “fuerte” y exigió la construcción de un muro en la frontera estadounidense con México, la cual el vecino país del sur habría de costear.
A principios de este año, el fiscal general Jeff Sessions anunció una política de “tolerancia cero” para la observancia de las leyes de inmigración, incluyendo el procesamiento judicial de tantos casos de cruces fronterizos ilegales como fuera posible. La iniciativa de la presidencia condujo a que más de 2.000 niños fueran separados de sus familias conforme los adultos eran arrestados en los cruces fronterizos.
Esas separaciones fueron el detonante de la indignación nacional, y la presidencia trató de esquivar la responsabilidad de las separaciones; incluido el propio Trump, quien intentó delegar el problema al Congreso.
“Si los demócratas se sentaran [a negociar] en vez de obstruir, podríamos hacer algo rápidamente”, acusó Trump este lunes.
A la larga, Trump terminó por ceder a la presión nacional y el miércoles, firmó una orden ejecutiva para limitar las separaciones y detener juntas a las familias. Sin embargo, la orden no resuelve el problema de los niños que ya han sido separados e incluso podría enfrentar una batalla legal, debido a que un decreto de consentimiento vigente limita a 20 días el internamiento de menores. Después de dicho límite, las separaciones podrían reanudarse.
Este jueves, la primera dama, Melania Trump, viajó a la frontera de manera sorpresiva para conocer, personalmente, la situación inmigratoria. Visitó un centro de detención para niños y preguntó por su bienestar.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation whit Newsweek