La actriz mexicana Salma Hayek sumó su voz a la larga lista de acusaciones contra el polémico productor de cine Harvey Weinstein a quien calificó de ser un “monstruo” al relatar el acoso sexual que sufrió para poder filmar la película sobre la vida de Frida Kahlo.
“Harvey Weinstein era un cinéfilo apasionado, alguien que tomaba riesgos, un mecenas del talento en el cine, un padre amoroso y un monstruo. Durante años, él fue mi monstruo”. Así inicia Hayek una columna publicada en The New York Times, en la que la actriz mexicana habló por primera vez de este episodio “doloroso”.
Salma cuenta cómo evitó hablar sobre el tema con la excusa de que ya había suficientes personas involucradas en el escándalo. “No consideré que mi voz fuera importante, ni pensé que haría la diferencia”.
“En realidad, estaba tratando de evitar el desafío de explicarles varias cosas a mis seres queridos: por qué, cuando había mencionado que había sido intimidada como muchos otros por Harvey, había excluido un par de detalles. Y por qué, durante tantos años, hemos sido cordiales con un hombre que me hirió tan profundamente. Me había sentido orgullosa de mi capacidad de perdón, pero el solo hecho de que me avergonzara describir los detalles de lo que había perdonado me hizo preguntarme si ese capítulo de mi vida realmente se había resuelto”.
Hayek escribió que conoció a Weinstein a través del director Robert Rodríguez y la productora Elizabeth Avellan, que era entonces su esposa, y quien la había tomado bajo su protección. “Todo lo que sabía de Harvey en ese momento era que tenía un intelecto extraordinario, era un amigo leal y un hombre de familia. Sabiendo lo que sé ahora, me pregunto si no fue mi amistad con ellos, y con Quentin Tarantino y George Clooney, lo que me salvó de ser violada”.
Relató cómo tras los primeros contactos buscó trabajar con Weinstein y su productora Miramax para rodar “Frida”, película sobre la vida la famosa pintora mexicana. “No me importaba el dinero; estaba tan emocionada de trabajar con él y esa compañía. En mi ingenuidad, pensé que mi sueño se había hecho realidad. Él había validado los últimos 14 años de mi vida [tiempo que le dedicó al guión de Frida]. Se había arriesgado, con alguien que no era nadie. Él había dicho que sí”.
“Pronto sabría que sería mi turno de decir que no: No a abrirle la puerta a todas horas de la noche, hotel tras hotel, ubicación tras ubicación, donde aparecería inesperadamente, incluyendo un lugar donde estaba haciendo una película en la que ni siquiera estaba involucrado; No a tomarme una ducha con él; No a dejar que me viera cuando tomaba una ducha; No a dejar que me diera un masaje; No a dejar que un amigo suyo desnudo me diera un masaje; No a dejar que me practicara sexo oral; No a mi desnudez con otra mujer. No no no no no …”
Salma dijo que “con cada negativa vino la ira maquiavélica de Harvey”. “No creo que odiara nada más que la palabra ‘no’…. El alcance de sus tácticas de persuasión pasó de hablarme con dulzura a cuando, en un ataque de furia, me dijo las aterradoras palabras: ‘Te mataré, no pienses que no puedo’. Cuando finalmente se convenció de que no iba a tener la película [“Frida”] de la manera que él esperaba, me dijo que había ofrecido mi papel y mi guión con mis años de investigación a otra actriz”.
“En su opinión, yo no era una artista. Yo ni siquiera era una persona. Yo era una cosa: no alguien, sino un cuerpo”, escribió Salma Hayek en The New York Times. Relató además cómo gracias al apoyo de la directora Julie Taymor, Antonio Banderas, Edward Norton y Ashley Judd logró sacar adelante la producción obligando a Weinstein a rodar la película, y despertando más su irá al grado de que boicoteó en distintos momentos la filmación.
“Lo único que notó fue que no era sexy en la película. Me hizo dudar si era buena como actriz, pero nunca logró hacerme creer que la película no valía la pena. Él me dio una opción para continuar. Me dejaría terminar la película si aceptaba hacer una escena de sexo con otra mujer. Y exigió desnudez frontal completa. Él había estado pidiendo constantemente más piel, más sexo. Una vez, Julie Taymor lo hizo conformarse con un tango que termina en un beso en lugar de la escena de hacer el amor que él quería que rodáramos entre el personaje de Tina Modotti, interpretado por Ashley Judd, y Frida.. estaba claro para mí que nunca me dejaría terminar esta película sin que él tuviera su fantasía de una manera u otra. No había lugar para la negociación”, contó Hayek.
“Tuve que decir que sí… tantos años de mi vida se habían metido en esta película. Llevábamos unas cinco semanas de rodaje y había convencido a tantas personas talentosas para que participaran. ¿Cómo podría dejar que su magnífico trabajo se desperdiciase?”, escribió.
“A pesar de que ‘Frida’ finalmente ganó dos Oscars… él nunca me ofreció un papel protagónico en otra película. Las películas que me obligaron a hacer en mi contrato original con Miramax fueron todas secundarias. Años más tarde, cuando me encontré con él en un evento, él me llevó aparte y me dijo que había dejado de fumar y que había tenido un ataque al corazón. Dijo que se había enamorado y se había casado con Georgina Chapman, y que era un hombre diferente. Finalmente, me dijo: ‘Lo hiciste bien con ‘Frida’; hicimos una hermosa película’. Yo le creí Harvey nunca sabría cuánto significaban esas palabras para mí. Él nunca sabría cuánto me lastimó. Nunca le mostré a Harvey lo aterrada que estaba de él. Cuando lo veía en público, sonreía e intentaba recordar las cosas buenas de él, diciéndome a mí misma que fui a la guerra y que gané”.