La red delictiva que ahí ha operado da cuenta de su sofisticación. Roban hidrocarburos y desvalijan modernas plataformas con grúas marítimas que posteriormente venden o alquilan a empresas privadas dedicadas igualmente a la extracción. Y todo ello en un diámetro bajo vigilancia de instituciones de seguridad nacional como personal del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), militares y exmilitares adscritos a la Subdirección de Salvaguardia Estratégica de Pemex (antes llamada Gerencia de Servicios de Seguridad Física, GSSF), y de la Armada de México.
El caso más reciente ocurrió hace unos días, entre la noche del 31 de octubre y la mañana del 1 de noviembre. El robo se dio en cada una de las tres plataformas del complejo Tsimin: Tsimin-A, Tsimin-B y Tsimin-C. De ellas desmontaron las pistas de anaviaje, llamados también helipuertos. Se trata de pesadas estructuras que, en promedio, pesan 20 toneladas por unidad. El robo incluyó otras piezas menores en una maniobra que se extendió por horas y sin interrupciones de ninguna autoridad.
Hasta hoy, el robo se mantiene en la esfera privada de Pemex como un asunto confidencial. Sin embargo, existe una investigación interna, en cuyos avances se ha detectado que en la carretera Paraíso-Comalcalco, en Tabasco, en un área relativamente cercana al puerto de Dos Bocas, en un terreno recubierto de malla exterior, hay paneles y equipos “muy parecidos” a los que fueron desvalijados de las Tsimin. A pesar de ello, ningún cuerpo de seguridad ha intervenido.
Las plataformas Tsimin se ubican a una distancia de 62 kilómetros de la Terminal Marítima de Dos Bocas, Paraíso, Tabasco, en tirantes de agua de 14 metros. Son las estructuras más nuevas adquiridas por Pemex para explotar la zona.
El Tsimin es un importante yacimiento de gas y condensado que pertenece al elemento paleográfico conocido como Pilar Tectónico de Akal, que oficialmente fue descubierto en 2009. Su explotación arrancó en 2012 con tres plataformas de perforación para 30 pozos convencionales. La administración de Enrique Peña Nieto lo ha perfilado como el más rentable del Golfo de México, es decir, es el yacimiento del sexenio.
Entre 2011 y 2012 se compraron las tres plataformas de perforación: una tipo jack up, otra octápodo y otra jack upcon equipo fijo y autoelevable. A las tres se les denominó Tsimin-A, Tsimin-B y Tsimin-C. Su precio promedio fue de 500 millones de pesos cada una. Se instalaron en el área de 50 kilómetros cuadrados que pertenecen al Programa Estratégico de Gas, Componente Crudo Ligero Marino del Activo Integral Litoral de Tabasco. El conjunto es parte del Proyecto Estratégico de Desarrollo Tsimin-Xux-Kinbe.
LA RED DELICTIVA da cuenta de su sofisticación: roba hidrocarburos y desvalija modernas plataformas con grúas marítimas que luego venden o alquilan a empresas privadas. FOTOS: ESPECIAL; CUARTOSCURO
Al comenzar la explotación del Tsimin se dijo que en 2017 alcanzaría su mayor producción. En los hechos, sin embargo, de acuerdo con una investigación interna de Pemex, las tres plataformas están siendo desmanteladas por una red criminal.
Un dato sirve para dimensionar la magnitud del hecho. El Activo Integral Litoral de Tabasco actualmente representa para Pemex su segunda unidad de negocios de producción de petróleo, solo detrás de Cantarell, cuya dinámica de extracción ha entrado en declive. Para mayor claridad: de los 2 millones de barriles de petróleo diarios que Cantarell producía, el último año ha tenido una producción promedio de 190,000 barriles de petróleo diarios, con su nivel más bajo de producción en septiembre pasado, en el que produjo únicamente 119,730 barriles, de acuerdo con datos oficiales de Pemex.
Las instalaciones que están desvalijándose, según registra la investigación, administrativamente corresponden a la subsidiaria Pemex Exploración y Producción, a cargo de Juan Javier Hinojosa Puebla, el mismo funcionario bajo cuya administración se han cometido otros saqueos en la misma zona marítima. Es también el directivo que desde hace año y medio permite operaciones fuera de contrato de la plataforma Strategic Excellence, el caso que Newsweek en Españolreveló en exclusiva en septiembre pasado.
A esa área de las plataformas puede acceder únicamente personal adscrito a su operación, tanto de Pemex como de compañías privadas, así como elementos de las corporaciones encargadas de su vigilancia: militares y exmilitares adscritos a la Subdirección de Salvaguardia Estratégica de Pemex (antes llamada Gerencia de Servicios de Seguridad Física, GSSF), personal de la Armada de México y del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen). El personal de Pemex y de las compañías contratistas, igual que el de las nuevas petroleras que trabajan bajo la nueva modalidad de contrataciones derivadas de la reforma energética, ingresan por helicóptero y barco, en traslados que oficialmente son controlados por directivos de Pemex y la Capitanía de Puerto.
Desde tierra, la infraestructura náutica y las aguas a su alrededor se monitorean mediante sistemas de supervisión y control de datos, como el sistema Supervisión, Control y Adquisición de Datos, unidades remotas de monitoreo y sistemas de vigilancia operados por la Subdirección de Salvaguardia Estratégica de Pemex, a cargo del general brigadier Eduardo León Trauwitz, un área a la que la administración de Peña Nieto dio mayores atribuciones al transformarla de gerencia a subdirección. Entre sus responsabilidades recae, precisamente, prevenir y evitar robos, ataques, atentados o cualquier situación que vulnere esa zona, en colaboración también con autoridades policiacas civiles y de las fuerzas armadas. Pese a ello, el saqueo ocurre sin contratiempos en las tres plataformas Tsimin.
RED DELICTIVA CUMPLE UNA DÉCADA
Los robos en las plataformas Tsimin no son inéditos en la zona, sino los últimos de una serie de atracos que se han registrado por lo menos desde 2008, año en que precisamente en esta misma región marina comenzaron a robarse costosos equipos de diversas plataformas petroleras recién instaladas.
ILUSTRACIÓN: NW/NOTICIAS
Oficialmente, en el país se vivía la guerra contra el crimen organizado emprendida por Felipe Calderón, pero se ocultaba lo que sucedía en Pemex. Con una red de complicidades difícil de esconder, empleados de la petrolera tejieron alianza con células delictivas e iniciaron el robo de hidrocarburos, tanto en tierra como en instalaciones marítimas. Ante la impunidad prevaleciente por dicho hurto, a la par comenzó el desmantelamiento de equipo y materiales de las plataformas propiedad de la empresa.
Ese 2008 se registró uno de los casos más inauditos: la plataforma Yaxche-Bravo, una novísima instalación tipo horsepor la que Pemex recién había pagado 126 millones de pesos a la empresa Industria del Hierro —subsidiaria de ICA—, fue desvalijada cuando estaba aún en proceso de avituallamiento y entrega recepción. Se afinaban los detalles para que la Yaxchefuera conectada a los pozos en los cuales extraería crudo ligero de los activos integrales Abkatún-Pol-Chuc y Litoral de Tabasco, cuando fue atracada.
Entre la noche del 14 y la madrugada del 15 de septiembre de ese año, burlando el cerco de las fuerzas armadas, los patrullajes náuticos y la supuesta vigilancia que desde el área de control marino de Pemex se hacía en ese punto, alrededor de 20 tirantes de agua ubicados entre la instalación y el Activo Integral Litoral de Tabasco, los atracadores desmontaron equipos, arrancaron cableado, gabinetes, puertas, tableros e instrumentos de control, así como la tubería de asbesto y aluminio, la red de tierras físicas y electrónicas, las alarmas, los sistemas de detección de gas y fuego, todo el alumbrado, las luces de emergencia, el pararrayos y una parte importante del helipuerto.
De la misma forma en que ocurrió al arranque de este mes, en 2008 todos los sistemas de seguridad fracasaron en detener los robos en la Yaxche.
Por ese entonces, un robo de ese tipo era inédito en la industria, al punto de que generó una reunión urgente entre el personal de la GSSF y la V Región Naval Militar, destacamentada en Centla, Tabasco. Ante los miembros de la Armada, los directivos de Pemex trataban de culpar a los pescadores de los robos. No obstante, esa versión resultó inverosímil porque, además de que no hay lancha pesquera capaz de soportar el peso de la instalación que fue robada, para desmontarla se requería por lo menos de una grúa de grandes dimensiones. Es decir, para retirar la estructura y sacarla de la zona fue necesario emplear un barco provisto con grúa de posicionamiento dinámico.
No hubo detenidos ni los equipos robados se recuperaron. A cambio, se ordenó reforzar la seguridad en la zona. Pero los robos se expandieron a otras plataformas dentro de la misma área náutica, cada vez con mayor descaro, hasta llegar al impune desmantelamiento de todo un helipuerto.
Tres semanas después de que ocurrió el primer robo en la Yaxche, el 11 de octubre de 2008, un robo similar se registró en la plataforma Kab-A: una Sea Pony que, al igual que la Yaxche,Pemex había adquirido en 126 millones de pesos —esta compra también se hizo a Industria del Hierro—. Además de llevarse los mismos equipos que en la Yaxche,sustrajeron lo sistemas de cómputo y tableros de control, lo que dañó toda la instalación.
La Subdirección de Ingeniería y Desarrollo de Obras Estratégicas (SIDOE) levantó un reporte interno en el que escribió que en el robo se registraron, además, “actos de vandalismo”.
El 14 de octubre de ese mismo año ocurrió un segundo atraco, esta vez a la Kix-2, una plataforma tipo hexápodo en la que, además de robar los mismos equipos que en las plataformas anteriores, se sustrajeron el panel solar, el banco de baterías y las luces para la navegación.
LOS DOCUMENTOS: Gestión para el reclamo por robo en Yaxche-Bravo y minuta de recorrido de inspección física del helipuerto y los diferentes sistemas y equipos de la plataforma Sinan-SO.
Los directivos de Pemex se reunieron a puerta cerrada —en calidad de urgente— para sostener una reunión confidencial que tuvo lugar en la Terminal Marítima de Dos Bocas. Allí hablaron de los robos, que se mantenían en el más absoluto secreto.
Pero los robos continuaron. El 8 de marzo de 2009, en la plataforma Sinan-SO —en el mismo Activo Integral Litoral Tabasco— fue sustraído todo el cableado de cobre, las fotoceldas y equipos del helipuerto.
Casualmente, la Sinan-SO era otra de las plataformas recién compradas. Esta le había costado a Pemex más de 200 millones de pesos y se adquirió con la empresa Swecomex, S. A. de C. V., del magnate Carlos Slim.
En los meses subsecuentes, la Sinan-SO fue objeto de un segundo robo. El 25 de julio se sustrajeron los instrumentos de medición, los tableros de seguridad y control de pozos, las puertas de tablero de interface, celdas solares, tubería, tableros, gabinetes y banco de baterías. Cuando los criminales fueron desmontando cada uno de esos equipos, dañaron toda la plataforma.
Aunque los robos en plataformas se habían convertido en el pan de cada día, los delincuentes no dejaban de sorprender: en 2009, de la plataforma Yaxche-Bravo, la misma que fue saqueada un año antes, se robaron el helipuerto entero. Esa instalación de 20 toneladas, cuyo desmonte implicaba usar una embarcación con grúa, posicionamiento dinámico y un mínimo de 12 personas expertas en ese tipo de maniobras, desapareció en una sola noche, igual que ha sucedido ahora con los helipuertos de las Tsimin, según la investigación interna de Pemex.
PLATAFORMAS DE CORRUPCIÓN
Como las plataformas Tsimin, cada una de las estructuras y artefactos marítimos del Activo Integral Litoral de Tabasco representan las inversiones más recientes que Pemex ha hecho, y consecuentemente la mina de oro para la red criminal.
En cuanto al tema de los robos, varios hechos coinciden entre los ocurridos desde 2008 y los que acontecieron al arranque de este noviembre: la circunscripción geográfica donde ocurren los atracos; muchas plataformas se desvalijaron en la etapa final de la entrega-recepción; hay indicios que hacen suponer la posibilidad de una colaboración entre el personal de la petrolera con grupos criminales, al identificar la ubicación exacta de los equipos que, una vez instalados costa afuera se desvalijan, según se desprende de fuentes que conocen la investigación.
Hasta antes de la reforma energética se decía que el mercado negro que podría generar el robo de equipos robados tendría como destinatarias las compañías que arriendan plataformas a Pemex. En la actualidad, tras la puesta en marcha de la reforma, las empresas privadas pueden operar sus propias plataformas sin estar obligadas a demostrar si los equipos que usan realmente les pertenecen o no. Lo que es un hecho es que las plataformas que han sido saqueadas solo pueden ser utilizadas en la industria petrolera.
•Desde 2008 una red criminal roba hidrocarburos y desmantela plataformas de Pemex en el golfo de México, empleando barcos dotados con grúa y una flotilla de técnicos especializados.
•El desmantelamiento más reciente ocurrió el 31 de octubre y 1 de noviembre en las tres plataformas recién adquiridas por la empresa, llamadas Tsimin A, B y C, a 62 kilómetros de la costa.
•Desmontaron tres helipuertos, de 20 toneladas de peso cada uno, y equipo fijo y autoelevable con valor millonario. Cada plataforma costó 500 millones de pesos.
•El Tsimin cubre 11000 km cuadrados en aguas someras. Es un filón de gas y condensado descubierto en 2009 en el pilar tectónico de Akal. Actualmente operan 30 pozos. Es el yacimiento del sexenio.
•El Activo Integral Litoral de Tabasco actualmente representa para Pemex su segunda unidad de negocios de producción de petróleo, solo detrás de Cantarell.
•El ingreso de personal es vigilado por la Armada de México y el Cisen. Solo se llega en barco y helicóptero. Aun así, no hay registro de ninguna detención.