El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo este martes en 1.7 por ciento la previsión de crecimiento para 2017 de la economía mexicana, segunda mayor de Latinoamérica, ante la incertidumbre sobre la relación con su mayor socio comercial, Estados Unidos.
“Las perspectivas de México, una de las economías más grandes de la región, se han debilitado”, señaló el informe del organismo sobre la economía mundial.
Ante el “empañamiento de las perspectivas de inversión y consumo de cara a condiciones financieras menos halagüeñas y más incertidumbre en torno a las relaciones comerciales con Estados Unidos”, en México “el crecimiento se moderará a 1.7 por ciento en 2017 y 2.0 por ciento en 2018”, consideró.
El gobierno mexicano prevé cifras similares para este año (entre 1.3 y 2.3 por ciento) pero superiores para el próximo (entre 2 y 3 por ciento).
El pronóstico del FMI no varía respecto a su informe de enero, cuando recortó su estimación de crecimiento para México ante la incertidumbre generada por la elección de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos.
Trump criticó muy duramente el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que desde 1994 une a su país con México y Canadá en una zona de libre comercio, y prometió renegociar sus términos, que considera demasiado ventajosos para el vecino del sur.
El FMI pone a México como ejemplo de posibles consecuencias negativas por la dilación en “las negociaciones de nuevos acuerdos comerciales”.
Así en México, “las condiciones de los mercados financieros se han endurecido considerablemente por el temor a que Estados Unidos adopte políticas más proteccionistas”, subraya.
Según el organismo estos factores contrarrestan el impacto positivo de una expansión más robusta de la economía estadounidense, que estima crecerá un 2.3 por ciento este año, y de la depreciación de la moneda mexicana, ya que un peso más débil debería impulsar las exportaciones del país, 80 por ciento de las cuales se destinan a Estados Unidos.
En 2016, el PIB de México creció 2.3 por ciento, frente a 2.5 por ciento el año anterior.
La actividad industrial, que representa un 30 por ciento del PIB, tuvo crecimiento nulo el año pasado ante una menor producción petrolera y una titubeante recuperación en la actividad manufacturera.
Por el contrario, el sector servicios, que corresponde a cerca del 60 por ciento de la actividad económica, ha mantenido un crecimiento estable y en 2016 creció 3.4 por ciento.