Cuanto más utilizamos Facebook, ponemos “me gusta” a diversas publicaciones, compartimos nuestros propios enlaces y entramos en contacto con los perfiles cuidadosamente elaborados de nuestros amigos, tanto peor nos sentiremos, indica un estudio.
En investigaciones anteriores sobre el uso de las redes sociales se ha indicado que el hecho de aislarnos en línea y alejarnos de las relaciones sociales cara a cara puede generar una conducta sedentaria y llevarnos a padecer una adición a la Internet.
Sin embargo, en un estudio más profundo realizado por la Escuela Bloomberg de Salud Pública de John Hopkins se encontró que casi cualquier forma de interacción con Facebook puede producir una reducción en el bienestar.
En un texto publicado en la revista Harvard Business Review, Holly Shakya y Nicholas Christakis señalan que las tres conductas en Facebook que midieron (poner “me gusta”, hacer publicaciones y dar clic en enlaces) producían autocomparaciones negativas y hacían que las personas se sintieran peor con ellas mismas.
Estos investigadores esperaban que poner “me gusta” en el contenido de otras personas fuera el principal impulsor de una reducción en la felicidad, pero señalan en general que la enorme cantidad de tiempo que las personas pasan interactuando con esta aplicación de redes sociales fue la que produjo los efectos negativos.
Los resultados fueron particularmente preocupantes en relación con la salud mental. “La mayoría de las mediciones sobre el uso de Facebook en un año pronosticaron una reducción en la salud mental durante el año siguiente”, escribieron Shakya y Christakis.
“Encontramos constantemente que el hecho de poner “me gusta” en el contenido de otras personas y hacer clic en enlaces pronosticaron de manera significativa una disminución posterior en la salud física, la salud mental y la satisfacción con la vida, según informes proporcionados por los propios participantes en el estudio”, añadieron.
En el estudio, publicado por Oxford University Press, se recopilaron tres conjuntos de datos acerca de 5,208 adultos estadounidenses durante dos años y se midió cómo había cambiado su salud mental, su salud física y su índice de masa corporal con el paso del tiempo en relación con su uso de Facebook.
También se recopiló información sobre las interacciones sociales de los sujetos con el mundo real. Mientras que las cifras mostraron que el uso de las redes sociales generaba una menor sensación de bienestar, no resulta claro cómo ocurre esto con exactitud. “No podemos indicar definitivamente címo ocurre [esto]”, escriben Shakya y Christakis.
Los investigadores concluyen: “Lo que parece bastante claro… es que las interacciones sociales en línea no sustituyen a las del mundo real”.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek