Lejos de ser la última frontera, el espacio podría ser la clave para desvelar información desconocida de la Tierra. Eso pretende Orbital Insight, compañía estadounidense que monitorea el planeta recurriendo a una combinación de aprendizaje automatizado y geoanalítica mejorada con satélites.
Desde niveles de tráfico detallista y agricultura hasta generación de mapas de pobreza, la empresa californiana ha adoptado un enfoque científico para gestionar datos a través de su asociación con compañías satelitales, con la finalidad de lanzar cohetes al espacio y observar cambios industriales críticos desde la oscuridad del cielo.
Para el año 2020, el espacio estará poblado con suficientes satélites para vigilar al mundo entero en tiempo real, aseguró AJ DeRosa, un ejecutivo de Orbital Insight entrevistado por Newsweek durante la conferencia AI and Data Science celebrada en Londres, el 1 de marzo. “Sí, ya llegó Skynet”, dijo, con una carcajada.
No obstante, Orbital Insight no pretende convertirse en el gobernante supremo de la inteligencia artificial. Por el contrario, la compañía dice tener la misión de “buscar la verdad y la transparencia” usando imágenes satelitales –y el análisis de grandes datos- a fin de ofrecer a sus clientes (de pago) la información pertinente a sus campos de especialización.
Los ejemplos prácticos son numerosos. En un caso reciente, la firma causó revuelo al utilizar sus herramientas para mapear los problemas de un detallista estadounidense llamado JC Penney. Luego de monitorear las imágenes de sus estacionamientos durante un año, encontró que el descenso en la cantidad de vehículos correspondió con la caída en el precio de sus acciones.
“Las imágenes satelitales están explotando y, además, tenemos el aprendizaje profundo, uno de los temas más candentes de la actualidad”, dijo DeRosa en un auditorio repleto de asistentes. “Ya ha alcanzado la madurez, y ahora es capaz de caracterizar y clasificar imágenes mejor que un ser humano. Si eso sucede ahora, es posible escalarlo”.
“Nuestra plataforma puede visualizar autos, trenes, aviones, tanques de petróleo, lo que quieras. Una vez que lo hacemos, podemos meterlo todo en algoritmos para ciencia de datos, y obtener información y conocimientos a partir de eso. Luego, podemos presentar la información en un portal Web o en una API [interfaz para programación de aplicaciones]”.
Por supuesto, no es barato enviar satélites al abismo negro del espacio. Es por eso que Orbital Insight se ha asociado con empresas que ya lo están haciendo. Una de ellas es un startup estadounidense llamada PlanetLabs, que hace poco lanzó más de 100 “cube-sats” (satélites pequeños) desde la Estación Espacial Internacional, cada uno con un costo de 100,000 dólares.
Estos satélites ofrecen una resolución de 3 a 5 metros del planeta, y producen información diaria. DeRosa reconoce que aún tienen que lidiar con problemas climáticos, como las nubes, pero aseguró que, con una visión clara, la empresa es capaz de ofrecer resultados revolucionarios. “La Ley de Moore se va al espacio”, sonrió.
Orbital Insight, que el año pasado recaudó 20 millones de dólares (16.2 millones de libras esterlinas) en capital nuevo –con un poco de ayuda de In-Q-Tel, la rama tecnológica de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)-, afirma que su plataforma tiene una variedad de usos envidiable, los cuales abarcan desde agricultura hasta la posibilidad de contar barcos en los puertos, detalló DeRosa.
Sin embargo, algunos de los ejemplos más interesantes se apartan de las aplicaciones humanitarias e incursionan en lo potencialmente clandestino. Uno es monitorear la producción petrolera de China; otro, que se puede utilizar para obtener información de las plantas nucleares que están funcionando en todo el mundo.
“Hablemos de China, por ejemplo”, propuso DeRosa. “Si quieres medir el petróleo chino, tienes que saber en dónde están sus tanques y China no te dirá una palabra; muchos países se niegan a dar información. Así que, lo que podemos hacer, es crear una red neural que pueda encontrar los tanques”.
“Los chinos dieron a conocer, públicamente, 500 tanques [de petróleo]; nosotros encontramos 2,001”.
Y no es la primera vez que la compañía utiliza su capacidad para monitorear niveles de petróleo. “Podemos ver la parte superior de los tanques de petróleo –tienen techos flotantes, así que suben y bajan con el nivel del crudo-, de manera que podemos medir la sombra que proyectan y determinar cuánto petróleo contienen”, reveló DeRosa.
“Será extraordinario poder hacer eso, en la escala mundial y en los próximos dos o tres meses”, añadió.
En cuanto a las plantas nucleares, dijo: “Puedes ver cuándo están encendidas o apagadas. Tal vez eso no sea la gran cosa en Estados Unidos o el Reino Unido, porque los registros que tenemos son bastante precisos. Pero si vas a los países que no tienen la menor transparencia, esto se convierte en una señal muy importante”.
Y a todas luces, también es una herramienta poderosa, a pesar de que depende de satélites comerciales, y solo está apuntalada por los datos históricos que contienen los satélites. Para Orbital Insight, ese es el diferenciador, la pequeña distancia que lo separa de un mercado de “datos alternativos” cada vez más saturado.
Durante su ponencia, DeRosa confirmó que los clientes de Orbital no tienen acceso directo a las imágenes satelitales en tiempo real. En vez de ello, se les proporciona la información solicitada, misma que la empresa extrae y deposita en bases de datos; aunque, de cualquier manera, no deja de ser impresionante.
“Lo que vemos y lo que nos parece lógico es distinto de lo que una máquina visualiza y le encuentra sentido”, explicó. “Lo bueno de las máquinas es que no somos nosotros, ¿cierto?”.
Muy cierto. Es el futuro, Kim, pero no como lo conocemos.
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