En apenas seis años, México ha retrocedido 18 lugares en el Índice de Transición Energética (ETI, por sus siglas en inglés) que elabora el Foro Económico Mundial (WEF), lo cual revela una alarmante falta de avance en la modernización del sistema energético nacional y la adopción de energías limpias.
De acuerdo con el estudio “Fomento de una Transición Energética Eficaz”, publicado este mes por el organismo internacional, México se ubicó en el puesto 55 de 118 países evaluados en 2024, mientras que en 2019 ocupaba el lugar 37.
UN REVÉS EN LA REGIÓN Y POCA PREPARACIÓN PARA EL CAMBIO
A nivel regional, el desempeño de México también fue preocupante. En Latinoamérica y el Caribe, el país quedó en el lugar 13 de 19 naciones, superado por Argentina, Bolivia, Brasil y Chile, entre otros.
El índice del WEF se basa en dos grandes pilares:
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Desempeño del sistema energético, que considera la seguridad, la equidad y la sostenibilidad.
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Preparación para la transición energética, que evalúa factores como regulación, infraestructura, educación, inversión en tecnologías limpias y capital humano.
Mientras que en el primer apartado México obtuvo una calificación de 67.3 puntos, apenas 10 menos que Suecia, líder global del ranking, en el segundo factor la situación fue mucho más crítica: apenas alcanzó 39 puntos de 100 posibles, apenas nueve por encima del país con peor desempeño: la República Democrática del Congo.
Este segundo rubro refleja la débil planeación a largo plazo, la falta de inversión en redes inteligentes, y la escasa promoción del desarrollo tecnológico vinculado a energías renovables.
LÍDERES GLOBALES Y AVANCES EN INNOVACIÓN
El top tres del índice lo ocuparon, como en años anteriores, Suecia, Finlandia y Dinamarca, naciones con infraestructura sólida, baja dependencia de carbono y una visión estratégica de largo plazo.
Por su parte, China alcanzó su mejor posición histórica en el lugar 12, gracias a su liderazgo global en inversión en energía limpia y su capacidad de innovación tecnológica.
Estados Unidos se ubicó en el puesto 17, impulsado por una mejora constante en sostenibilidad energética y una fuerte seguridad en su sistema eléctrico.
¿QUÉ IMPLICA ESTA CAÍDA PARA MÉXICO?
El retroceso de México en el índice no es solo simbólico. Representa una alerta internacional sobre los rezagos en políticas energéticas, particularmente en un contexto global donde la transición hacia fuentes limpias es urgente tanto por razones ambientales como económicas.
Analistas advierten que esta posición puede afectar la confianza de inversionistas extranjeros, especialmente en sectores de infraestructura energética, tecnología renovable y manufactura verde.
Además, México corre el riesgo de perder competitividad frente a países de la región, en un momento en que América Latina busca atraer proyectos sostenibles en el marco de la descarbonización industrial global.
Así quedan los resultados del país en cifras:
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México cayó del puesto 37 al 55 en el Índice de Transición Energética del WEF entre 2019 y 2024.
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Ocupa el lugar 13 de 19 en América Latina y el Caribe.
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Su preparación para la transición energética es una de las más bajas del ranking global.
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Suecia, Finlandia y Dinamarca lideran el índice, mientras China y Estados Unidos muestran avances clave.
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El retroceso mexicano refleja problemas estructurales, regulatorios y de inversión en el sector energético.
En plena carrera mundial hacia la descarbonización, México enfrenta el reto urgente de redefinir su estrategia energética si quiere mantenerse competitivo y cumplir con sus compromisos climáticos. N