DE TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS
El expresidente Ernesto Zedillo acusó un hecho que era del dominio público, pero que nadie, con su peso, había denunciado. Dijo que la democracia mexicana ha desaparecido. La presidenta Claudia Sheinbaum respondió de inmediato tratando de desacreditar al exmandatario, pero la pérdida de nuestra democracia es una verdad incuestionable.
Vale la pena revisar los antecedentes para suponer los consecuentes. La democracia mexicana se estableció en la Constitución de 1857, pero solo fue un pensamiento ilusorio. La primera elección se llevó a cabo mucho antes: en agosto de 1824, y en 1828 se realizó el primer fraude electoral. A partir de ahí la inestabilidad política fue el común denominador hasta 1876, año en que se inició una dictadura.
Para ilustrar esto basta decir que los periodos presidenciales duraban cuatro años, pero de 1824 a 1876 corrieron 52 años que equivalían a 13 periodos. Durante estos 13 periodos hubo 40 presidentes de la república, un emperador y un regente.
La dictadura terminó con una guerra civil encabezada por Francisco I Madero. Porfirio Díaz renunció y Madero quedó como presidente. A Madero lo mató Victoriano Huerta y las guerras civiles duraron hasta la creación de un partido político hegemónico que gobernó de 1929 al año 2000. Este primero se llamó Partido Nacional Revolucionario (PNR), pero al cumplir diez años cambió de nombre a Partido Mexicano de la Revolución (PMR). Después, al cumplir 17 años, volvió a cambiar de nombre a Partido Revolucionario Institucional (PRI), que aún conserva.
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La dictadura de partido comenzó con el PNR. La cabeza era el general Plutarco Elías Calles, quien decidía quién sería presidente de la república. Este esquema de poder duró diez años y se terminó cuando Lázaro Cárdenas reorganizó al PNR y le cambió el nombre por el de Partido de la Revolución Mexicana (PMR).
En la nueva organización el periodo presidencial duraba seis años, no había posibilidad de reelegirse, y el presidente en turno nombraba a su sucesor. Así se organizaron grupos de poder que esperaban su turno para enriquecerse.
En 1946 se dio un cambio en el esquema. Los militares le cedieron el poder a un abogado, el licenciado Miguel Alemán Valdez, y comenzó un nuevo ciclo. En este, el Ejército pasó a un segundo plano, pero la lealtad al presidente de la república era incuestionable, y el compromiso presidencial con el Ejército, también. Era la época de la posguerra, México fue administrado con prudencia y el crecimiento nacional supero el 6 por ciento y alcanzó su época de gloria de 1954 a 1970 con un desarrollo económico alto y sostenido.
HUBO UNA ÉPOCA EN QUE LA DEMOCRACIA ERA IMPENSABLE
La familia política se había enraizado en el manejo del país, y una de sus principales preocupaciones era mantener el poder. Por ello, la democracia era impensable. El sistema creaba riqueza y controlaba a las fuerzas fácticas del poder.
En 1968 un pleito estudiantil de menor importancia fue duramente reprimido. Los estudiantes se unieron y generaron un problema político que demandaba una respuesta del gobierno. Este último respondió con una represión violenta que terminó en una masacre de estudiantes que con talento político pudo evitarse, pero el estilo de las dictaduras es ajeno a las concesiones políticas.
Luego, con los presidentes Echeverría y López Portillo se perdió la disciplina presupuestal y el país cayó en dos crisis económicas severas. Para darle un colofón a la tragedia, López Portillo, en un acto de furia irreflexiva, nacionalizó los bancos. El hacerlo tuvo muchas consecuencias. La más grave fue que introdujo la corrupción del gobierno al sistema bancario. Esto resquebrajó la estructura financiera nacional y redujo la liquidez del sistema. La solución a este dislate fue el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa).
La dictadura de partido había dejado de funcionar. Sin embargo, el gobierno controlaba las elecciones, por lo que la presidencia, los congresos y las gubernaturas se mantuvieron dentro de la familia revolucionaria.
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En 1988, Cuauhtémoc Cárdenas presuntamente ganó la elección presidencial, pero la maquinaria gubernamental volteó el resultado y declaró vencedor a Carlos Salinas. Al término de su mandato, este eligió a Luis Donaldo Colosio como candidato a la presidencia, pero fue asesinado. Así, Salinas tuvo que pronunciarse por Ernesto Zedillo.
Zedillo llegó al poder sin que nadie atisbara su arribo. No era parte de la familia revolucionaria y ni era universitario; incluso, se afilió al PRI no por convicción, sino porque su trabajo se lo exigía. Además, Zedillo fue un estudiante de los que fueron golpeados y sufrieron la brutal represión de 1968.
Ernesto Zedillo detonó una grave crisis en su primer año, pero él era un economista brillante y revirtió las consecuencias del error estableciendo las condiciones para que este no se repitiera. Así, logró crecimientos de la economía cercanos al 6 por ciento anual. Además, fortaleció la democracia mexicana y, como resultado, en el año 2000 el PRI cedió el poder presidencial al PAN, con lo que se inició la era democrática en el país.
LA 4T Y LA DEMOCRACIA MEXICANA
El pensamiento ilusorio que comenzó en 1824 y se vino por tierra en 1828, para convertirse en una serie de pesadillas políticas, una dictadura de un solo hombre y una dictadura de partido, terminaron convirtiéndose en una democracia incipiente que permitía que el poder cambiara de manos si la evaluación del pueblo era adversa.
Fueron 18 años y tres periodos presidenciales durante los cuales se privilegió el desarrollo de las estructuras democráticas, pero se descuidó la fortaleza de las estructuras jurídicas, el perfeccionamiento de los funcionarios encargados y la solidez de las instituciones que iban surgiendo.
En 2018, Andrés Manel López Obrador llegó al poder. AMLO se formó en el PRI de Tabasco y uno de sus mentores fue Manuel Bartlett Díaz, quien era el líder del PRI en Puebla cuando el tabasqueño estaba apoyando la campaña a gobernador de Enrique González Pedrero.
La influencia de Bartlett marcó definitivamente a AMLO, y aunque después se distanciaron, las enseñanzas de Bartlett dejaron una profunda huella en él. Otro de sus mentores fue Enrique Gonzales Pedrero, y también abrevó de las enseñanzas de Luis Echeverría Álvarez, un malabarista de la indisciplina presupuestal, represor criminal y manipulador de la información.
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López Obrador llegó al poder renegando de la corrupción y la falta de transparencia, pero una vez afianzado en el gobierno se declaró enemigo de la rendición de cuentas, de la democracia y de la disciplina presupuestal.
La falta de atención en el andamiaje estructural legal e institucional del país le permitieron a AMLO desarticular el Estado democrático y de derecho, por lo que convirtió al Estado en otra dictadura de partido, esta vez gobernado por incondicionales ineficientes en su trabajo.
La presidenta Sheinbaum ha tratado de desacreditar al expresidente Zedillo por sus declaraciones; pero si comparamos el sexenio de Ernesto Zedillo con el periodo de AMLO y de la presidenta Sheinbaum, este es el frío dictamen de los números:
En suma, al cuantificar, desde el crecimiento de la economía hasta el índice de sobrevida, pasando por los índices de corrupción, democracia y homicidios en México, los números de Zedillo son mejores que los de López Obrador.
En la evaluación numérica entre Zedillo y la 4T, esta última sale reprobada; y si añadimos los números de Claudia Sheinbaum la descalificación es aún más grave. Después de todo ya nos quedamos sin democracia, y de nuevo el sueño democrático está cada vez más lejos.
VAGÓN DE CABÚS
El gobierno de Estados Unidos le quitó la visa a la gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, y el FBI le encontró cuentas en paraísos fiscales a Rocío Nale, la gobernadora de Veracruz.
Trump quiere peces gordos, pero Sheinbaum se niega a dárselos y trata de entretenerlo con capos del narco. Por su parte, estos se están entregando y cooperando con la mira de reducir sus penas.
Esto le complicará más las cosas a la presidenta de México, pues las declaraciones de los capos se traducirán en procesos y órdenes de aprehensión contra importantes políticos mexicanos, tanto de Morena como de otros partidos.
Antes o después, la presidenta tendrá que responder ante la inaceptable alianza entre el gobierno y el crimen organizado en México. N
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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.