Hace pocos meses, una piñata de dinosaurio de un metro de alto estaba enfrente de una casa en California. La piñata, sin romper pero desprovista de dulces, era demasiado linda para botarla, pero dado que era el regalo de cumpleaños de un exnovio, su dueña tampoco quería tenerla por allí.
Ahora es una de las reliquias en el Museo de las Relaciones Rotas, el primer museo de aportación pública en Hollywood, el cual se inauguró a principios de junio. “Algunas relaciones terminan: con los amantes, con los seres queridos, con los sueños y con las ciudades”, dice en su sitio web, Brokenships.la. “Si usted ha deseado aligerar la carga emocional mediante borrar todo lo que le recuerde esa experiencia dolorosa mediante botarlo todo, no lo haga. Dénoslo”.
Aun cuando se creó originalmente como una exhibición temporal en Croacia en 2006 por los cofundadores Olinka Vistica y Drazen Grubisic (quienes solían salir pero rompieron hace una década), el Museo de las Relaciones Rotas desde entonces ha visitado docenas de ciudades de todo el mundo. Este mes, su sitio hermano se inaugura en Hollywood, rodeado por museos de cera, restaurantes con luces de neón y el Paseo de la Fama.
Alexis Hyde, director del museo de Los Ángeles, ha tenido dificultades para lidiar con el influjo de donaciones provenientes de todo el país y desde tan lejos como Rusia y Australia. Los artículos notables incluyen un velero del tamaño de una palma de Catalina, donado por una mujer que tenía un lenguaje secreto de emojis con su novio en el cual el velero siempre significaba “con viento en popa”. Otra mujer donó las botellas de colonia de su difunto marido. Más de unas cuantas donaciones han sido de fluidos corporales, los cuales no pueden mostrarse por razones obvias. “Nunca pensé que tendríamos más de una entrega de pelusa del ombligo, pero las hemos tenido”, dice Hyde.
Cada una de las salas del museo tiene una temática que gira alrededor de un tipo diferente de relación y seccionada por el tipo de objeto (recuerdos, animales de peluche, cartas). Alrededor de 100 piezas serán mostradas a la vez, y la primera exhibición durará seis meses. Aun cuando es una meditación sobre el final del amor, los curadores esperan que los visitantes no se vayan sintiéndose demasiado deprimidos. “Quiero que la gente se vaya sabiendo que no está sola”, concluye Hyde.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek