Durante el embarazo el cuerpo de la mujer atraviesa numerosos cambios físicos y emocionales, pero ¿podría también transformar el cerebro de maneras inesperadas? Una nueva investigación sugiere que sí: el embarazo altera las preferencias de temperatura. Las madres optan por el frío que por otros ambientes.
Un estudio realizado por la Escuela de Medicina de Baylor, en Estados Unidos, reveló que las mujeres en etapa posparto tienden a preferir ambientes más fríos. Esto se debe a modificaciones en el cerebro que influyen en la regulación de la temperatura corporal.
“Encontramos que las neuronas en el área preóptica (POA) están modificadas en ratones hembra posparto. Estas neuronas expresan el receptor de estrógeno alfa (ERα) y pueden ser excitadas por el estrógeno. Informes previos demostraron que la mayoría de las neuronas ERαPOA pueden activarse por el aumento de temperatura, definidas como la subpoblación de ERαPOA activada por calor”, comentó a Newsweek la autora del artículo y profesora de pediatría, Chunmei Wang.
Al analizar modelos de ratones, los investigadores observaron que las hembras posparto desarrollaban una preferencia sostenida por temperaturas más frescas. Incluso semanas después de haber destetado a sus crías, continuaban eligiendo ambientes más fríos en comparación con su estado previo al embarazo. Aunque evitaban el frío extremo, dejaron de mostrar su inclinación habitual por el calor.
Wang explicó que, tanto en humanos como en ratones, la temperatura corporal aumenta en las primeras etapas del embarazo; regresa a valores normales en las últimas semanas de gestación y vuelve a elevarse durante la lactancia. Estos hallazgos sugieren que la maternidad no solo cambia el comportamiento y la fisiología de las madres, sino también su percepción del entorno térmico.
EL CEREBRO DE LAS MADRES: “LAS NEURONAS QUE PERCIBIERON EL FRÍO SE VOLVIERON MÁS ACTIVAS”
Para entender por qué ocurre este cambio, los investigadores se centraron en la región cerebral POA, responsable de detectar y regular la temperatura corporal. Sus hallazgos mostraron que las hembras posparto tenían una disminución significativa en las neuronas que expresaban ERα en el POA.
Experimentos posteriores revelaron que cuando a ratones hembra vírgenes se les eliminaba el receptor de estrógeno alfa en estas neuronas, mostraban la misma preferencia de temperatura que los ratones posparto: preferían los ambientes más fríos y evitaban los cálidos.
El estudio también indicó que diferentes neuronas ERαPOA responden a estímulos de calor y frío. En ratones posparto, las neuronas que detectaron el calor mostraron una respuesta reducida, mientras que las neuronas que percibieron el frío se volvieron más activas.
Wang aclaró la diferencia entre dos conceptos sobre la regulación térmica. La temperatura ideal es la temperatura ambiente donde te sientes más cómodo. Por debajo de esta temperatura, sientes demasiado frío, y por encima, demasiado calor.
La termoneutralidad o zona térmica neutra es un rango de temperaturas en el que el cuerpo puede mantener una temperatura central estable con un mínimo esfuerzo.
“Cuando la temperatura ambiental está por debajo de esta zona, el cuerpo necesita iniciar reacciones de defensa contra el frío, como la búsqueda de calor y aumentar la producción de calor a través de escalofríos, para evitar la caída de la temperatura corporal central”, pormenorizó Wang.
Estos hallazgos podrían ser relevantes para comprender los trastornos del estado de ánimo posparto como la depresión, pero todavía no hay evidencia, aclaró.
“Se ha confirmado que una temperatura ambiental más alta perjudica el comportamiento maternal en los ratones”, afirmó Wang. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)